domingo, 13 de octubre de 2013

[SUPER JUNIOR + MBLAQ] Manos de pianista capítulo 8. Final.

Por @Ari2PMAM

No sacar ni publicar en otros lugares sin permiso de la autora y los respectivos créditos.

Capítulo 8:



Durante otros tres días debido al trabajo agotador que tenían, sólo pudieron llamar a Hong Ki, que negó saber nada sobre Heechul. Así que esperaron a que llegasen los programas a los que tendrían que asistir para pillarlo por banda y sacarle información.

            Mientras, Inma seguía llevando su mismo ritmo de vida, como si Heechul no hubiese entrado nunca en ella y no preguntaba si había noticias cuando Mir la llamaba o daban clases pero él sabía que por dentro estaba pasándolo mal, porque quería una explicación para su comportamiento.



            Finalmente, una tarde, MBLAQ y FT. Island tenían que asistir al mismo programa de variedades, por lo que Mir vio la ocasión perfecta para atrapar a Hong Ki ayudado por Joon. Antes del programa y durante su retransmisión, todo fue de lo más natural, así que Hong Ki estuvo muy tranquilo, tanto, que a la salida del programa y cuando se dirigían a las caravanas, le sonó el móvil y al ver el identificador, contestó sin antes cerciorarse de si había alguien observando. Antes de que se diese cuenta, Mir le había arrebatado el móvil y miró el identificador, al ver que era Heechul, lo miró en silencio enarcando una ceja pidiendo explicaciones. Le devolvió el teléfono y esperó a que terminase de hablar, pero sin dejarle ir. Como no terminaba de entrar a la caravana, los demás se asomaron y Hong Ki les hizo el gesto de que se fuesen, señalando que él se iría con Mir y Joon. Se despidieron y se fueron sin más preguntas.

            Cuando terminó de hablar, cerró los ojos y suspiró derrotado esperando el interrogatorio.

            — Dinos dónde está Heechul, porque está más claro que el agua, que tienes toda la información sobre dónde y cómo está, porque sino, no te habrías mostrado tan tranquilo al hablar con él. — El tono mordaz de Mir era tan corrosivo como el ácido sulfúrico.

            — Maldita sea ¿es que no puede irse a pensar cuando está agobiado sin que os metáis todos por medio? — Ahora era Hong Ki era el que contraatacaba con desprecio

            — Me da igual lo que haga con su vida, mientras las personas a las que quiero no se vean afectadas por ello. — Mir ya no podía más y estaba muy cabreado, por lo que Joon tuvo que sujetarlo y serenarlo.

            — Chul Yong, recuerda dónde estamos y que cualquiera nos puede ver y descubrirse todo el pastel— Su tono bajo y admonitorio le hizo respirar profundamente y calmarse— Será mejor que vengas con nosotros, el resto de nuestro grupo está esperando y en cuanto lleguemos a nuestra casa, cogeremos uno de los coches e iremos en busca de Heechul. — Los dos se lo quedaron mirando azorados— Si pensáis que os dejaré ir solos estáis locos, alguien tiene que ir que logre mantener la cabeza fría para que no acabéis otra vez a palos y en el hospital. Ahora vamos de una vez, no podemos perder más tiempo. — Su tono imperativo hizo que los otros dos lo siguiesen. Al resto del grupo les extrañó ver a Hong Ki pero dijeron que tenían planeado hacer un viaje y que por eso se iba con ellos. Hicieron más preguntas pero dijeron que era una sorpresa. Joon, haciendo el tonto consiguió distraer la atención del asunto y el resto del viaje transcurrió entre bromas y risas. En cuanto llegaron a la zona donde vivían, se cambiaron y cogieron un coche para dirigirse a un pequeño pueblo a unos ciento veinte kilómetros de Seúl, cerca de las montañas, donde Heechul se había ido a refugiar.

            Al principio, el viaje transcurrió en un silencio tenso pero luego Hong Ki le pidió a Mir que le explicase qué era lo que estaba pasando, porque él apenas sabía nada y al ver que tanto Leeteuk hyung como ellos estaban metidos en el asunto, tenía que ser algo muy importante. Al principio Mir se negó a contestar a su pregunta diciéndole que no le importaba pero Hong Ki jugó la carta ganadora.

            — ¿Es que crees que Heechul hyung te escuchará? Por si no lo recuerdas, de los tres aquí presentes, el único que lo puede dominar y hacer que entre en razón, soy yo. Así que más te vale que me pongas al día si quieres que te ayude a que ese problema se resuelva. — Estaba enfadado, porque querían utilizarlo como una marioneta y no estaba dispuesto a ello, así que Mir, rezongando le contó toda la historia, haciendo que Hong Ki se quedase estupefacto durante unos minutos, mientras asimilaba toda la información.

            — No os preocupéis, os ayudaré a resolverlo todo. Hyung desde luego está ciego y yo le abriré los ojos. — Y sin decir más, se quedaron en silencio durante el resto del viaje.

            Al llegar, Hong Ki los llevó a la casa donde se alojaba Heechul, que estaba a las afueras del pueblo y que era de un diseño tradicional.

            — ¡Hyung! ¿Dónde estás? — Estaban en el patio de la casa, esperando que ante el grito de Hong Ki, apareciese Heechul y no tuvieron que esperar mucho hasta que este apareció con una sonrisa, que enseguida se le borró al ver que estaba acompañado. — Lo siento, me descubrieron y no tuve más remedio que traerlos.

            — Ya veo— No dijo nada más y se los quedó mirando en silencio

            — ¿Es que no piensas dar la cara en lo que te resta de vida? — A Mir le hervía la sangre y la furia estaba empezando a dominarlo. Empezó a caminar hacia él con las manos convertidas en puños pero para evitar que acabasen otra vez a golpes, Joon lo sujetó, mientras que Hong Ki se fue corriendo a por Heechul, para evitar que agarrase a Mir y lo arrastró hasta el interior de la casa, llevándolo a una de las habitaciones más alejadas.

            — Hyung, durante todo este tiempo respeté tu deseo de intimidad después de la pelea pero creo que es hora de que enfrentes las cosas. Mir me puso al tanto de todo durante el viaje hasta aquí y tengo que decirte que tiene toda la razón. — Su tono era suave y persuasivo. — Vamos, no creo que seas un cobarde al que le dé miedo enfrentarse al mundo. Nunca lo fuiste como para serlo ahora. ¿Qué problema puede haber? Por lo que sé es una gran mujer y desde luego serás tonto si la dejas escapar— Estaba siendo paternalista intentando hacerle ver lo absurdo de la situación.

            — ¿Qué problema puede haber? Muy fácil, que mi familia la rechace por haber estado enferma, que la prensa la encuentre y le haga la vida imposible, que las fans la conozcan y le hagan daño. Por eso es mejor que me mantenga alejado de ella, para que no sufra. Está mejor sin mí. — Su amargura y su autoconvencimiento sobre que estaba mejor sola dejó asombrado a Hong Ki que no se podía creer lo que estaba viendo de su hyung, así que decidió ponerse en plan duro.

            — Me equivocaba, eres un maldito cobarde. El Heechul que conocía haría frente a todo eso sin arredrarse ante nada y se ocuparía de que nada le pasase a sus seres queridos. Ahora sólo te regodeas en la parte mala de nuestro mundo y de nuestra sociedad para eludir lo que estás ansiando de verdad pero no te atreves a tener. La amas, es así de claro pero has dejado de ser ese hyung al que admiraba. El que se ponía el mundo por montera, al que le daba igual lo que pudiesen decir de él, el que siempre decía lo que pensaba ¿no fuiste tú el que se peló para defender a Hang Kyung cuando se metían con él por ser chino? — Hong Ki lo miraba cabreado y respirando con fuerza— ¿Acaso sabes el dolor infernal que pasas cuando hieres a alguien que quieres con toda tu alma y que casi pierdes por un comportamiento estúpido? ¿Es que acaso no recuerdas cómo lo pasé cuando le hice todo aquel daño a mi madre? Viste lo deshecho que estaba y me ayudaste a salir adelante, tiraste de mí. Pero es el día de hoy que sigo sintiéndome avergonzado por ello. — Heechul seguía esquivando su mirada, así que Hong Ki lo agarró por la pechera, haciendo que sus caras estuviesen a apenas unos centímetros— Maldita sea, sé un hombre y afronta las cosas como lo hacías antes. Vuelve a ser ese Heechul que todos admirábamos. Deja de dar excusas estúpidas ni que tú mismo te crees y regresa ahora mismo a  Seúl para pedirle perdón a la mujer que amas, porque te advierto, sino luchas ahora por ella, puede que al final, Mir te la acabe quitando y que pierdas la única oportunidad de encontrar la verdadera felicidad a su lado. Y ahora respóndeme ¿acaso te gustaría que fuese Mir el que se acostase con ella todas las noches, el que le diese placer, el que le diese hijos, el que la hiciese reír? — Se calló y vio que Heechul empezaba a respirar con fuerza y que la furia se apoderaba de él pero seguía sin responder. Hong Ki sonrió de medio lado— Ya veo que no, Tienes dos minutos para recogerlo todo. No me sigas decepcionando hyung. — Y soltándolo con un empujón lo dejó allí para que rumiase las ideas que había plantado en su mente. Sabía que aquello daría resultado. Si había algo que Heechul odiaba, era perder aquello que quería y sabía que en el fondo, seguía estando su hyung luchador, que no dejaba que nadie lo derrotase.




Al salir solo, Mir y Joon se lo quedaron mirando con los ojos muy abiertos. Fue Joon el que consiguió reaccionar primero, porque Mir estaba volviendo a enfurecerse.

            — No conseguiste convencerlo.

            — Tranquilos, me aseguré de que venga con nosotros. Está recogiendo sus cosas. En un par de minutos estará aquí. — Y sonriendo con confianza, se sentó en la plataforma de madera a esperar y sin equivocarse, a los dos minutos, Heechul estaba allí bolsa en mano. — Bien, es hora de que regresemos. Aunque será mejor que Mir se siente delante conmigo, mientras Joon va detrás con Heechul hyung, que no quiero que os matéis por el camino. — Los miró con condescendencia, mientras su tono era sardónico y en silencio se fueron al coche e iniciaron el regreso a Seúl.

            El viaje transcurrió en silencio hasta casi llegar a Seúl, momento en que Heechul hizo por fin la pregunta que le llevaba carcomiendo un montón de tiempo.

            — ¿Cómo está Inma? — Su tono era suave pero se notaba que estaba avergonzado y que le costaba mucho trabajo hacerla.

            — Pregúntaselo cuando la veas— El tono seco y cortante de Mir hizo que no preguntase nada más, porque no estaba dispuesto a caer en ese juego de pedirle perdón a él por lo que había pasado con ella.

            Dejaron a Heechul en su casa y luego a Hong Ki, para irse finalmente a su casa.

            — Hoy hemos tenido un día muy ajetreado. Como sigamos así no sé cómo llegaremos a las presentaciones. — Joon lo miró sonriendo y trataba de bromear con él para que se relajase y se olvidase por ese día del tema de Heechul.

            — Gracias— Mir lo miraba con cariño y el tono suave en que lo dijo hizo que Joon, lo cogiese por el hombro y se encaminasen hacia la casa.

            — Donseng, será mejor que te acuestes ya, creo que tu cerebro empieza a fallar— Y tras ese tono bromista, Joon pedía en silencio que todo saliese bien y que no sufriese.



            Esa noche, Mir llamó a Inma pero no le dijo nada sobre la vuelta de Heechul, ya que no quería darle falsas esperanzas por si acaso. Esperaría unos días y sino pasaba nada, volvería a tomar cartas en el asunto.



Dos días más tarde, Inma iba con Jo Wook camino de la cafetería, cuando de repente, al llegar cerca del auditorio, empezó a sonar “Claro de Luna” de Beethoven 

 
 Inma lo miró extrañada y se acercaron a mirar quién podía ser. Al entrar y ver quién era, quiso salir pero Jo Wook cerró con llave.
            — Perdóname Inma, pero Heechul hyung me pidió que le ayudase a pedirte disculpas. No te enfades conmigo y escúchalo por favor. Me voy pero cuando hyung me llame, volveré para abrir.

            Inma bufó furiosa por aquella trampa que le habían tendido. No tenía salida y lo sabía, así que más le valía acabar rápido con aquello para largarse y no verlo más. A regañadientes se fue acercando al escenario y subió para no tener que mirarlo desde abajo. Se puso al otro extremo del piano y le observó tocar en silencio. Lo hacía realmente bien y sus manos eran grandes y con dedos largos y finos, lo que se llamaba siempre, manos de pianista. De vez en cuando levantaba la mirada y en esos momentos ella se sentía como la noche en que se acostaron pero no estaba dispuesta a rendirse ante él de nuevo. Finalmente la interpretación llegó a su final y el silencio se instaló entre ellos dos mientras se miraban. De repente, el Heechul con un ego más grande que Corea volvió a hacer su aparición.

            — ¿No hay un aplauso para mi gran interpretación? ¿No me vas a decir qué te pareció?— Estaba intentando ser divertido para distender el ambiente, aunque en el fondo estaba muy inseguro por cómo lo trataría ella pero no quería que lo notase.

            — Has tenido que pasar por un entrenamiento de años y muy duro, así que es lógico que sepas tocar el piano. Que no lo sepas hacer con la maestría de un pianista profesional es lógico. Además, tienes manos de pianista, lo que ayuda bastante a la hora de poder tocar un piano. — Su tono era desapasionado, como si estuviese hablando del tiempo. Su postura rígida y su mirada fría lo dejaron descolocado.

            Él se levantó del banco y se acercó despacio a ella, sin perder en ningún momento el contacto visual, hasta quedarse apenas a un paso de distancia. Alargó sus manos para coger las de ella, pero se lo impidió y las dejó caer a un lado con un suspiro de frustración.

            — No me extraña que no quieras que te toque después de cómo te dejé. — Se llevó una de sus manos a la parte de atrás de la cabeza y empezó a frotársela, mientras permanecía en silencio tratando de decir lo que quería— Yaish. Esto no me resulta nada fácil, la verdad— Se lo dijo con una sonrisa torcida carente de humor y volvió a guardar silencio.

            — Lo que tengas que decir, dímelo de una vez y acabemos para seguir cada uno con nuestros planes. — El tono glacial de Inma lo dejó tan azorado que sólo la pudo mirar sin pestañear durante un minuto hasta que se recompuso.

            — Bueno, verás… — Ahora tenía sus manos en los bolsillos traseros del pantalón, mientras no dejaba de pensar en cómo disculparse en condiciones y que ella lo perdonase— El día que fui a tu casa a pedirte perdón no tenía pensado que las cosas acabasen así. — Guardó silencio recordando esa noche y su sangre empezó a hervir nuevamente y vio cómo ella, a pesar de tratar de disimularlo, enrojecía y su mirada se turbaba ante la mención de esa noche, lo que le hizo sonreír interiormente de satisfacción. — Sólo quería disculparme por cómo te había tratado. Bueno, ya te pedí disculpas por todo aquello, así que lo sabes. — Ahora estaba molesto porque no sabía cómo encarar lo que se le venía encima. Al principio había estado muy confiado y animado por los ánimos que le dieron Jo Wook, Leeteuk y HongKi pero ahora se encontraba desarmado ante ella. — Tengo que decirte que no me arrepiento para nada de que nos acostásemos y que para mí fue la mejor experiencia de mi vida pero al mismo tiempo me dejó tan desnudo ante la realidad de mi vida que me asusté y huí como un cobarde. — De nuevo guardó silencio analizando la reacción de ella, que fue la de sonrojarse tanto que parecía un tomate. Vio cómo su respiración se aceleraba y desviaba la mirada. Además, empezó a frotar las manos contra el pantalón, lo que le dio confianza para seguir. — Debería de haberte dejado una nota pidiéndote tiempo, que confiases en mí o haberte llamado pero no pensé en ningún momento en cómo te podrías sentir, fui un maldito egoísta, al pensar sólo en mí. — Sonrió sin humor y su tono era mordaz, se recriminaba el no haber actuado como un hombre y se arrepentía. — Puede que sea demasiado tarde, puede que no quieras volver a saber nada de mí, pero es que en esos momentos no era el Heechul de hacía unos años. — Su tono suave y bajo reflejaba mucho pesar y suspiró derrotado. — Tenía miedo porque era débil— de nuevo el silencio y vio cómo ella lo miraba interrogante, ante lo que él sonrió sin humor. — No sé en qué momento dejé de ser el Heechul que era al principio para dejarme llevar sin luchar y debido a eso te puedo perder. — Carraspeó y empezó a pasearse arriba y abajo durante un momento antes de volver a tener las fuerzas suficientes para continuar. — ¿Sabías que Mir revolvió cielo y tierra hasta dar conmigo? — Inma abrió los ojos de manera desmesurada y tragó saliva procesando lo que le acababa de decir y él sonrió con pesar. — Se dio cuenta de que sólo Hong Ki podría saber dónde estaba, así que lo estuvieron vigilando hasta que lo pillaron y lo obligaron entre él y Joon a que los llevase hasta donde estaba. — De nuevo el silencio esperando su reacción y vio que ella se emocionaba pero que enseguida se controló, lo que la hizo admirarla en silencio y sonreír con pesar. — Ese hombre te quiere mucho y eres muy especial para él. A punto estuvo de molerme a palos si Joon no le hubiese sujetado y HongKi no me hubiese llevado a otra parte. — En su voz se notaba el fastido por Mir pero también admiración hacia un hombre que luchaba contra viento y marea por defender y proteger a sus seres queridos. — Aunque tengo que decir que el que terminó de convencerme fue Hong Ki. Él me abrió los ojos para que viese lo que podía perder. — Empezó a sonreír al ver la cara de ella de azoramiento. — Ese chico sabe siempre qué tecla tocar para poder dominarme y gracias a ellos dos estoy aquí ahora. — Suspiró profundamente y la miró con incertidumbre. — Me conoces lo suficiente para saber que eso de pedir perdón no es algo en lo que tenga mucha práctica. — Otra vez silencio y la miró como un niño pequeño miraría a su madre para que le levantase el castigo. Suspiró y bajó la cabeza derrotado porque veía que ella no cedía un ápice en su postura. — Demonios, no sé si mi ego aguantará lo que voy a hacer pero no me queda más remedio que hacerlo para convencerte de que soy sincero y que esta vez no te fallaré. — Se quedó en silencio un momento, mientras se frotaba la nuca fastidiado. — Menos mal que sólo estamos tú y yo y espero que nunca reveles lo que voy a hacer o tendré que aguantar las burlas el resto de mi vida. — Y antes de que ella pudiese decir nada, Kim Heechul se puso de rodillas, haciendo que ella diese un paso atrás y emitiese un sonido de sorpresa. — Quiero pedirte perdón por la manera en que te traté, dejándote sin una explicación, sin llamarte, sin que tuvieses noticias mías. — Inspiró hondo, tragó saliva con fuerza, carraspeó y siguió. — Sé que no tiene disculpa lo que hice pero la razón era que ni siquiera tenía fuerzas para protegerme a mí mismo, no las iba a tener para poder protegerte a ti en caso de que alguien descubriese que estábamos juntos. Estaba aterrado ante la idea de que las fans te hiciesen algo o que la prensa no dejara de acosarte, haciendo con ello peligrar tu trabajo y la vida tranquila que llevas. — De nuevo suspiró y se calló unos instantes. — También tenía miedo de mi familia, de que no te aceptasen. Sabes que los coreanos somos muy curiosos y tenía miedo de que si te conocían y descubrían lo que te pasó, te diesen de lado. — Un nuevo carraspeo— No quería que sufrieses y me veía incapaz también de protegerte de ellos. — Silencio, mientras se frotaba las manos contra los pantalones. — Elegí la salida más rápida, que era la de huir y abandonarte, porque pensé que estarías mejor sin mí. — Levantó la mirada hacia ella, que pudo ver en los ojos de Heechul una intensa emoción, arrepentimiento y una gran tristeza. — Pero fui un cobarde, como ya te dije y así me lo hicieron ver. — Sonrió de medio lado y se frotó la nuca. — No sé si tú estarás mejor sin mí, pero sé que yo seré un desgraciado si no te tengo a mi lado. — Su mirada y tono implorante hicieron que Inma tuviese que pestañear para alejar las lágrimas y carraspear para deshacer el nudo que tenía en la garganta. — Y ahí va mi gran pregunta, bueno, en realidad son varias, pero de momento, con que me respondas a una, me basta. — Su sonrisa y su tono de voz reflejaban bien a las claras lo inseguro que se sentía. — ¿Podrías perdonarme y dejarme que te demuestre que cambié y que esta vez voy en serio? — Se quedó en silencio, mirándola, esperando su respuesta, intentando leer en ella, buscando la respuesta que quería y que ella no terminaba de darle. 

 

            De repente Inma hundió la cabeza, cerró los ojos y suspiró. Estuvo así un momento que a Heechul se le estaba haciendo eterno hasta que levantó la cabeza y lo miró de manera directa.

            — Supongo que esta vez te podré perdonar…— Iba a continuar pero antes de que pudiese terminar de hablar, Heechul emitió un grito de alegría se levantó y la abrazó con fuerza, algo que pilló a Inma totalmente desprevenida, aunque sólo tardó un momento en devolverle el abrazo. — Más te vale cumplir lo que dices, porque no habrá una nueva oportunidad ¿te queda claro? — Su tono era serio y frío pero en el fondo sabía que cuando Heechul se lanzaba a hacer algo, siempre lo lograba. Él se apartó un poco para mirarla a la cara y esta vez su expresión era seria y decida.

            — Te juro que no te arrepentirás y que te haré feliz. Te demostraré que cambié y que volveré a ser el de hace unos años. Por cierto— la miró con una sonrisa pícara— Se me olvidó decirte lo más importante. — Te amo. — Su sonrisa era espléndida y esas dos simples palabras, hicieron que a Inma se le doblasen las rodillas, por lo que él la sostuvo con más fuerza. — ¿No me vas a decir lo mismo? — Ahora pasó a ser un niño caprichoso y exigente.

            — ¿Es necesario que te lo diga? — Estaba fastidiada, no quería ser tan evidente pero al parecer él no la dejaría marchar hasta no escuchar lo que quería.

            — Por supuesto, yo también necesito que me lo digas, no voy a ser el único que ceda terreno. Además, bastante hice que me puse de rodillas ¿no? ¿Es que no vas a tener un poco de piedad conmigo? — Su tono molesto la hizo sonreír. Sabía que aquello había sido un gran sacrificio por su parte, así que sólo movió la cabeza de un lado a otro y le sonrió con cariño.

            — Está bien, está bien. Te amo ¿estás contento? — Ella sonreía mientras se lo decía y él, al escucharlo, gritó de felicidad y ella se echó a reír, pero su risa fue apagada por el beso que él le dio y en el que ambos demostraron la necesidad que sentían el uno por el otro. Estuvieron así un par de minutos, hasta que a regañadientes, él se separó.

            — Será mejor que llamemos a Jo Wook para que nos saque de aquí o terminaré haciendo algo de lo que nuevamente me arrepentiré. — Y apoyó su cabeza en la frente de ella, mientras ella sonreía con satisfacción femenina al notar su erección y cómo trataba de calmarse.

            — Por cierto, ¿cuál era la otra pregunta que me querías hacer? — Iban a empezar a bajar para llamar que les abriese y de repente él se quedó parado.

            — Bueno, verás, la verdad es que como no sabía lo que me ibas a contestar, no lo preparé como se debe y quería esperar a más adelante para hacerlo bien. — Se puso de nuevo en camino, tirando de ella para bajar y que dejase el tema pero ella le dio un tirón y lo hizo parar. Al volverse vio que no se moverían de allí hasta que él respondiese a su pregunta.

            — ¿Por qué me tuve que ir a enamorar de la mujer más tozuda que jamás conocí? — Le sonrió burlón mientras le decía eso, lo que le hizo ganarse un puntapié en la espinilla, haciendo que chillase de dolor. — Encima agresiva— Enseguida levantó las manos para decir que se rendía, cuando ella estaba por arrearle un puñetazo. — La otra pregunta es ¿quieres casarte conmigo? Y de paso ¿quieres ser la madre de mis hijos? — La estaba mirando de una manera tan tierna que derretiría un glaciar pero enseguida cambió a una expresión preocupada cuando la vio palidecer. — ¿Qué sucede?

            — Verás, no creo en el matrimonio, eso del vestido, la ceremonia y una comida para cientos de invitados, lo odio, no me gusta. Sé que aquí eso de vivir juntos sin más no se estila, que es lo que yo quiero, pero no se puede. Así que si te sirve, podemos firmar los papeles en el Registro Civil pero desde luego, no pienso acceder a celebrar una boda de esas a las que estáis acostumbrados. Es a eso a lo que puedo acceder y en cuanto a los hijos. — Se calló un momento y respiró hondo— no quiero tener hijos biológicos, soy más de adoptar. Esto es lo que hay, así es como pienso y no pienso cambiar en ninguno de esos dos aspectos. Ahora eres tú el que debe decidir si me quiere así o bien dejamos lo nuestro antes de que empiece y acabemos al final viviendo un infierno por nuestras diferencias sobre esos temas. — Su tono era serio y lo miraba de manera directa, esperando su reacción.

            Heechul se quedó un par de minutos pensando en todo aquello que ella le había dicho. La verdad es que lo dejó tan azorado que no pudo responder enseguida, hasta hacerse a la idea de lo que ella planteaba.

            — Está bien, lo haremos de esa manera. La verdad es que lo de la boda era más por ti que por mí, porque normalmente las mujeres quieren tener una gran boda. — Sonrió y se llevó una mano a la parte de atrás de la cabeza. — Pero no me había parado a pensar en que las occidentales tenéis otra mentalidad respecto a eso, así que por mí perfecto, cuanto más íntimo, mejor y de esa manera, con dos testigos, basta. — Ahora se puso más serio. — Respecto a los hijos, si no los quieres tener y prefieres adoptar, también accedo, porque para mí, lo más importante es que estés a mi lado y así ser feliz. — La cogió por la mano y sacó su teléfono para llamar— Bien, es hora de salir de aquí y que vuelvas a clase, mientras yo voy a enfrentarme a la bronca de mis compañeros y jefes. — Su tono resignado la hizo reír y unos minutos después, al verlos Jo Wook tan felices y felicitarlos, cada uno emprendió camino a sus tareas.



            A las seis de la tarde sonó el timbre de su puerta y allí estaban Mir y Joon. La habían llamado al final de la mañana para decirle que se podrían escapar para las clases, así que les preparó una cena especial para agradecerles la gran ayuda.

            En cuanto abrió la puerta y Mir entró en la casa, Inma se lanzó a abrazarlo lo más fuerte que podía, pillándolo totalmente desprevenido y a Joon alucinando por esa reacción.

            — ¿Se puede saber a qué se debe esa efusividad? — Mir estaba riendo y le devolvía el abrazo con ganas. Estuvieron un momento así, hasta que ella se despegó un poco y mirándolo con gran cariño, le sonrió y le dio un beso en una de sus mejillas— Gracias. Gracias por todo lo que hiciste por mí, por la manera en que me cuidas y proteges. — A Mir no le hizo falta más para entender que todo se había arreglado, así que sonrió resignado.

            — Vaya, así que al final fue lo suficientemente valiente para arreglar las cosas. Menos mal, porque ya estaba pensando que le tendría que dar una paliza para hacerle entrar en razón. — Ella le dio un pequeño golpe en el brazo fingiendo enfadarse y él sonrió. Aunque todavía quedaba otro que no pensaba quedarse a dos velas.

            — ¿Y para mí no hay un abrazo siquiera? Yo fui el que impidió que se liasen a golpes otra vez. — Estaba algo molesto por no ser reconocido. Inma se  fue hacia él, y lo abrazó también como había hecho con Mir, pero a éste le dio dos besos, lo que hizo que Mir se enfurruñase.

            — Gracias a ti también por ser la voz de la razón y por haberme ayudado en algo que ni te va ni te viene. — Se separó de él dejándolo con una gran sonrisa, para un momento después, seguir con la rutina de todos los días que tenían clase, aunque como siempre, para ellos, lo mejor era la cena española que ella les preparaba.




            En el piso de los SUJUS, por fin, a las once de la noche se reunieron todos después de unos ensayos mortales y con un Heechul, cabreado porque tuvo que escuchar más broncas de una sola vez de las que había escuchado en mucho tiempo.

            Cuando salió de la ducha, ya que se le castigó a ser el último, se encontró con que todos sus amigos estaban riéndose de lo lindo y al acercarse para ver qué era, se puso lívido, antes de montar en cólera.

            — ¡¿SE PUEDE SABER QUIÉN DEMONIOS GRABÓ ESO?! — Quiso acercarse para quitar aquella grabación, pero lo sujetaron entre Kangin, Leeteuk y Siwon y éste último, le tapó la boca para acallar sus protestas. — Todos estaban aullando de risa mientras veían la disculpa de Heechul.

            — Donseng, es una pequeña venganza por todos los dolores de cabeza que me llevas dados a lo largo de este tiempo. Con eso, estamos en paz. — Leeteuk lo miró con suficiencia, mientras que de la mirada de Heechul salían chispas. Finalmente se resignó y aceptó que durante el resto de su vida, aquella panda de cafres le recordarían ese momento día sí y día también. Pero bueno, ya pensaría en una manera de vengarse. Porque si había algo que se le daba bien, era devolver los golpes que le daban.



            El tiempo fue pasando y la relación entre Inma y Heechul iba viento en popa. Todos sus amigos ayudaron a que se mantuviese en secreto su relación. Heechul le presentó a la Chocoball, toda su pandilla de amigos, sobre todo al más especial de todos, Hong Ki, con el que enseguida hizo buenas migas. También le presentó al resto de Super Junior, lo que para ella fue otro sueño hecho realidad y todos le dieron las gracias por cambiar a Heechul y hacerlo feliz.

            Por su parte, Mir y Joon, seguían asistiendo a sus clases y también le presentaron al resto de miembros, que andaban ya mosqueados por sus continuas ausencias. Tuvo la suerte de que también con ellos hizo buenas migas.

            Finalmente llegó el día del lanzamiento de los nuevos trabajos de ambos grupos, que fueron con dos semanas de diferencia y tanto unos como otros, arrasaron.

            Lo malo, es que la presencia de Super Junior en diferentes programas de variedades, hizo que todos se diesen cuenta del gran cambio que se había producido en Heechul. Le interrogaron sobre ese cambio tan brusco pero él no dijo nada, simplemente dijo que le dio por ahí. Intentaron sonsacarles a los demás miembros pero todos cerraron filas. De esa manera empezaron las especulaciones entre los periodistas, sobre si se debería a una mujer y los paparazzi empezaron a perseguirlo y las fans a acosarlo, atacándolo por echarse novia. Sin embargo él seguía sin confirmar nada y desde la SM el silencio era sepulcral.

            Inma por su parte, seguía con su trabajo como si nada, aunque cada vez se preocupaba más por cómo andaban las cosas. Heechul trataba de tranquilizarla pero llegó un momento en que él ya no podía salir de casa porque tenía la entrada llena de periodistas y paparazzis. Harto ya de la situación, a través de los abogados de la SM, sacó un comunicado confirmando su noviazgo con una mujer anónima, que no quería entrar en este mundo. Se les pedía a todos respeto y apoyo para su relación, pero también se advirtió que todo aquella persona que tratase de descubrir la identidad de la novia de Heechul, así como su acoso, sería demandado y llevado a los tribunales sin importar quién fuese.

            Las reacciones no se hicieron esperar, sobre todo entre las fans, que se enfadaron bastante pero que con la personalidad de Heechul, más el apoyo del resto de grupo, no les quedó más remedio que aguantarse con lo que había y la prensa tuvo mucho cuidado de no seguir con las investigaciones, porque la SM tenía mucho poder, muchos grupos y podía dejar a las cadenas de televisión en una grave situación con sus programas.

            Por fin, de esa manera, encontraron la paz y la libertad que querían para poder llevar una vida de pareja, siempre que los compromisos profesionales de Heechul se lo permitían.



            UN AÑO MÁS TARDE



            Era un viernes por la mañana, a primera hora, nada más abrir el Registro Civil, allí estaban Heechul e Inma, acompañados de los testigos para la firma de los papeles de matrimonio, aunque eran más de los requeridos, porque estaban Mir y Joon por parte de ella y Leeteuk y Hong Ki de parte de él. Los cuatro insistieron en querer estar presentes en ese momento. Así que al final, como testigos, firmaron Mir y Hong Ki, mientras los otros dos se declaraban testigos honorarios, lo que les hizo reír a todos. Antes de dirigirse cada uno a su trabajo, Leeteuk y Hong Ki los detuvieron un momento.

            — Inma, esta tarde sobre las siete estate lista porque os tenemos preparada una sorpresa. Hong Ki te pasará a recoger y Heechul irá con nosotros directo desde la televisión.

            — ¿Qué habéis planeado? — Inma lo miró de manera desconfiada, mientras Heechul, conociéndolos como los conocía, simplemente inclinó la cabeza y suspiró derrotado.

            — Cariño, mejor que no trates de negarte a lo que dicen. Cuando se proponen algo no hay quien los pare, así que simplemente cede. — Ella suspiró derrotada pero Heechul la abrazó y le dio un beso que hizo que los otros cuatro carraspeasen, provocando que ellos dos a su vez, se separasen entre risas. — Ya nos veremos esta tarde entonces donde estos hayan planeado.

            Leeteuk se giró hacia Mir y Joon, que miraban sin saber lo que se planeaba.

            — En cuanto ella se vaya, os contaremos de qué va la cosa y por supuesto, también estáis invitados.

            — Está bien, está bien, ya me voy para que podáis seguir tranquilos con vuestras conspiraciones. — Y rezongando, se marchó rumbo a la universidad, mientras ellos la miraban sonriendo.



            A las siete y media de la tarde, Heechul e Inma hicieron su aparición por la puerta de un reservado acompañados de Leeteuk y Hong Ki. Lo que vieron les hizo abrir la boca por la sorpresa y mirar con los ojos desorbitados. Habían montado una fiesta para celebrar su matrimonio y allí estaba toda la Chocoball, SUJU, ya con Kyu y Wookie de vuelta, así como MBLAQ.

            Inma se giró hacia Leeteuk para cantarle las cuarenta por aquello pero no tuvo tiempo, ya que él la paró antes.

            — Sé que no querías celebraciones y no lo es, sólo se celebra que uno de nosotros deja la soltería. Como ves, es una fiesta normal y corriente, una reunión de amigos. No hay nada que haga referencia a una boda. — Leeteuk la miraba son suficiencia, mientras Inma ponía los ojos en blanco y se dejó arrastrar a aquella celebración.

            Durante un buen rato, Heechul la perdió de vista, porque todos querían besar y abrazar a la novia, haciendo que los que lo observaban se riesen a mandíbula batiente por lo celoso que enseguida se ponía.

            La cena transcurrió entre risas y bromas, así como los buenos deseos para la feliz pareja. Tras eso, hubo una sorpresa que nadie se esperaba.

            — Hyung, te robo a tu mujer durante un rato. — Y con una sonrisa, Hong Ki se llevó a Inma a la zona donde había un piano y sentándola a su lado, le sonrió y le cantó "You'll be in my heart"


            Hong Ki no la dejaba de mirar mientras se la cantaba, haciendo que Heechul se pusiese celoso, pero Leeteuk, lo retuvo con una mirada y diciéndole que lo dejase pasar. Finalmente, cuando acabó, todos le aplaudieron, Inma en especial. Hong Ki se levantó del banco y ayudó a Inma a ponerse en pie, le guiñó un ojo a Heechul y antes de que pudiesen darse cuenta, había encerrado a Inma en un abrazo de oso y le dio dos sonoros besos, uno en cada mejilla. Aquello, hizo que todos estallasen en aplausos e Inma se riese pero Heechul no pudo más y se acercó hasta ellos, para quitársela a Hong Ki de los brazos.

            — Trata con un poco más de respeto a tu cuñada ¿quieres? — Estaba celoso pero sabía que aquello no era más que una broma por parte de su donseng.

            — Vamos hyung, ahora puedo decir que tengo una noona que me puede hacer comida española que disfrutaré muchísimo ¿y no me la vas a dejar? — Fingió que estaba muy enfadado, haciendo que todos estallasen en carcajadas.

            — Donseng, no te preocupes, puedes venir siempre que quieras a comer a nuestra casa, que te haré todos los platos españoles que sepa. — Se lo dijo con una sonrisa, mientras permanecía abrazada a Heechul.

            — Noona, me acabas de feliz y te tomo la palabra, así que allí estaré y por cierto, si tienes alguna amiga española por ahí que presentarme, ya sabes.

            — Hay una en especial y luego, en privado ya te hablaré de ella.

            — Quiero estar presente en esa conversación, que a saber lo que podéis acabar armando vosotros dos. No me fío— Ahora se estaba comportando de manera presuntuosa y eso la molestaba.

            — Tú te quedarás al margen, que estos asuntos son privados y no…— No pudo continuar con lo que quería decir, porque Heechul la empezó a besar de manera apasionada, haciendo que todos los allí presentes empezasen a aplaudirlos y vitorearlos.

           

FIN
 

sábado, 5 de octubre de 2013

[SUPER JUNIOR + MBLAQ] Manos de pianista capítulo 7

Por @Ari2PMAM

No sacar ni publicar en otros lugares sin permiso de la autora y los respectivos créditos.

Capítulo 7:


Dos semanas más tarde, ambos pudieron retomar sus actividades pero con el retraso, tenían que trabajar mucho más para recuperar el tiempo perdido, por lo que Mir siguió sin poder ir a sus clases de español, pero no había día en que no hablasen por teléfono.
            Mientras, Heechul, seguía intentando planear cómo disculparse y su tardanza estaba sacando de quicio a Leeteuk, que lo acosaba para que se disculpase de una vez por todas.

            — ¿Diga? — Inma estaba durmiendo. Era sábado y al mirar el reloj se dio cuenta de que eran las seis de la mañana. Estaba medio dormida y no entendía quién podía llamarla a esas horas.
            — ¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOONAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! — Aquel grito la hizo pegar un brinco en la cama.
            — Maldita sea Chul Yong, es sábado y son las seis de la mañana, no me puedes despertar así. — Estaba molesta y con ese despertar no es que estuviese muy dispuesta a tener paciencia.
            — Es que estoy feliz, porque por fin podremos vernos. Hoy terminaremos sobre las tres de la tarde, así que en cuanto esté listo, me iré para allá, que te echo mucho de menos y quiero verte ¿me echaste de menos todo este tiempo? — Se había puesto serio, todo su humor había desaparecido, porque ahora un hombre preguntándole a la mujer que le gustaba por su ausencia.
            — Apenas tuve tiempo para hacerlo, en la universidad tuve mucho trabajo y además, hablamos todos los días, así que es imposible que te eche de menos— su tono era bromista y eso le hizo suspirar. — Aunque reconozco que eso de cocinar para dos era mucho más divertido. — La ternura con la que lo dijo le hizo gritar de felicidad.
            — Estaré ahí sobre las tres y media o cuatro a más tardar ¿de acuerdo?
            — Está bien, te estaré esperando. Ánimo en el trabajo y hazlo bien para que no te retrases ¿de acuerdo? — Su falso tono serio le hizo reír nuevamente.
            — No te preocupes, tengo un motivo demasiado importante para hacerlo todo bien a la primera. Adiós Inma. — Y sin darle tiempo a ella a contestar, cortó.
            Inma se quedó un rato tirada en la cama sonriendo por la manera de ser Mir. Tenía que reconocer que se había convertido en un gran amigo y alguien que la hacía muy feliz. Poco a poco, Morfeo la fue reclamando de nuevo, hasta que cayó por completo en sus brazos.
            A las diez de la mañana se levantó y se puso a hacer todas las cosas de casa que por semana no podía por el trabajo. Fue a la compra y cuando llegó se fue derecha a la ducha. Aprovechó que tenía tiempo para ir corrigiendo exámenes y trabajos de la facultad mientras esperaba que Mir llegase.
            A las cuatro menos cuarto sonó el timbre y cuando abrió, allí estaba Mir con una sonrisa radiante a la que ella correspondió. Se retiró para dejarle pasar y en cuanto se quitó los zapatos, lo primero que hizo fue darle un abrazo de oso. Inma en un primer momento se quedó estupefacta, pero enseguida respondió y empezó a reír.


            — Que tampoco estuvimos tanto tiempo sin vernos.
            — Lo sé, pero es que eso de no poder verte como antes me estaba matando de la impaciencia. No veas el trabajo que le costó a Joon controlarme y que los demás no se enterasen. A pesar de que estuvimos hablando todos los días, echaba de menos el contacto físico. — cerró los ojos, inspiró de manera profunda e hizo más fuerte el abrazo, lo que provocó que Inma empezase a quejarse y revolverse para soltarse.
            — Chul Yong, como sigas así, la que acabará esta vez en el hospital seré yo, con todas las costillas rotas. — Lo escuchó rezongar pero al final la soltó. Ella lo miró de manera detenida repasando su cara para ver cómo estaba después de la pelea. Se había recuperado muy bien y rápido, por lo que apenas quedaba alguna pequeña marca. — Me alegro mucho que estés tan bien. Ah, no te preocupes, la clase de hoy será ligera y después, para cenar, comida española. — Le sonrió y él pegó un grito de alegría ante la mención de comida española. La tarde transcurrió tranquila, ninguno de los dos dijo nada sobre la pelea. Él porque no quería que se preocupase más y ella porque no quería que se enfadase. A la hora de la cena, la estuvo ayudando y de paso, le cantaba a capella, algunas canciones. Durante la cena y después, mientras recogían y fregaban, estuvieron hablando de sus respectivos trabajos, pero sobre todo de lo que se le avecinaba a él y al grupo con el nuevo disco, donde apenas iban a tener tiempo para nada con las promociones. Acordaron llamarse, como habían hecho las semanas anteriores y las clases serían por videoconferencia hasta que todo se calmase. Aquello no le gustaba, pero era la manera en que podría verla. Siguieron hablando de otros temas, hasta que miró el reloj y se dio cuenta de la hora que era.
            — Diablos, no me quería ir, pero mañana tenemos que seguir con los ensayos a primera hora.
            — Anda, no te pongas así, que sabes que es por algo bueno y que te gusta, así que esfuérzate al máximo ¿de acuerdo?
            — Lo haré, lo haré. Todo sea por volver a verte lo más pronto posible. — Se puso en pie y le sonrió. Ella hizo lo mismo y la volvió a abrazar de manera fuerte. — Ojalá pudiese quedarme así para siempre.
            — Chul Yong…— iba a continuar pero él la interrumpió apartándola y sonriéndole.
            — Lo sé, lo sé, somos amigos y es como me ves, pero es que contigo puedo estar muy relajado y olvidarme de todo. Bueno, no te entretengo más. Me voy y ya te contaré cómo nos fueron los ensayos. Cruza los dedos para que el jefe no aparezca y acabemos en el hospital. — Su tono de fingido terror y el escalofrío la hizo reír pero ambos sabían que no se alejaba mucho de la realidad.
            — Los cruzaré. Que te vaya bien. — Se despidieron con un par de besos en las mejillas y él se fue, quedándose ella durante un momento mirando la puerta. Finalmente se fue a su habitación para ponerse el pijama y después a ver si había algo interesante en la tele.
            A las once de la noche sonó el timbre de la puerta. Se levantó preguntándose quién podía ser a esas horas. Miró en la pantalla y cuando vio quién era, se quedó estupefacta. Tardó un momento en recuperarse, mientras el timbre no dejaba de sonar, lo que la hizo reaccionar e ir a abrir la puerta. Cuando lo hizo, allí estaba él, Heechul, con una caja entre las manos y la miraba inseguro.
            — ¿Te desperté? — Su tono suave y de disculpa la hizo quedarse otra vez en blanco.
            — No… no… estaba viendo la tele. — El silencio se instaló de nuevo ente ellos, mirándose a los ojos. Se notaba que ambos tenían miedo, que no sabían cómo reaccionar en esos momentos. Al final, fue Heechul el que de nuevo inició la conversación.
            — ¿Podría pasar? No creo que sea muy agradable que los vecinos nos vean a estas horas juntos y empiecen los rumores malintencionados. Yo podría con ellos, pero no quiero que te veas afectada de mala manera por los cotillas de turno. — Le sonrió inseguro y eso hizo que ella se sonrojase. Se preocupaba por ella, estaba siendo amable y considerado, no se lo podía creer.
            — Sí, claro, pasa, tienes toda la razón. — Se apartó y lo dejó pasar. Se puso unas zapatillas y dejó la caja que llevaba en el suelo, a un lado de la entrada para que no molestase. — Vamos al salón, allí estaremos más cómodos. — Estaba muy nerviosa, Heechul estaba en su casa, a esas horas de la noche y era completamente diferente al Heechul que había conocido aquel día en el despacho de su amigo. Iba tan pendiente de él, que acabó tropezando pero no llegó a caer porque él la agarró. Se quedaron mirando a los ojos, en silencio y la tensión sexual que se creó en ese momento podría haberse cortado con un cuchillo. Él bajó la mirada hasta sus labios y ella, de manera instintiva se los humedeció. Estaban prácticamente tocándose, cuando el teléfono empezó a sonar. Él inspiró hondo, cerró los ojos, los volvió a abrir y la soltó.
            — Creo que será mejor que respondas. Puede ser algo urgente. — Su voz ronca y su mirada decían bien a las claras que odiaba aquella interrupción. Ella se sonrojó tanto, que lo hizo sonreír de manera tierna. La vio coger el teléfono y al ver quién llamaba, lo miró consternada. Esperaba que no fuese motivo de otra discusión entre ellos, pero desde luego, no estaba dispuesta a renunciar a su amistad con él.
            — Pero si hace un momento que te marchaste ¿pasó algo?
            — No, es sólo que recordé que no te di las buenas noches al irme y por eso te llamaba. — Su tono dulce la hizo sonreír.
            — Tonto, no hacía falta que llamases sólo para eso. — Eso la hizo sonreír y Mir lo notó.
            — Soy muy educado y no me puedo acostar sin desearte buenas noches, cuando todas las noches lo hago. — Su tono era cómico y de fingido ego herido.
            — Muchas gracias y descansa. Recuerda que mañana tendréis mucho trabajo.
            — Felices sueños Inma— y sin darle tiempo a ella a contestar, colgó.
            — ¿Era Mir? — Su tono neutro, hizo que no supiese cómo reaccionar.
            — Sí — y lo miró sin decir nada más esperando su respuesta.
            — Le envidio. — Y la miró con una sonrisa triste que la dejó estupefacta
            — ¿Lo envidias? ¿Por qué? — Su voz era apenas un susurro, porque no se acababa de recuperar de aquella revelación. Heechul la cogió de las manos y la llevó hasta uno de los sofás, donde la sentó de manera cuidadosa y él hizo lo mismo sin soltárselas.
            — Por la gran relación que tenéis. Envidio que os llevéis tan bien, que tengáis tanta complicidad. Sino hubiese sido un maldito capullo integral el día que nos conocimos, probablemente ahora tendrías conmigo la relación que tienes con él. La razón por la que estoy aquí, es para pedirte perdón por todo. Por cómo te traté el día que nos conocimos, por mi reacción en tu despacho, después, prejuzgándote sin saber nada sobre ti. Podría argüir como excusa mi experiencia en estos años pasados con mujeres que sólo buscaban la fama, pero eso no me disculpa. Sé que no todas no sois iguales, pero me resultaba más fácil ser así para no volver a sufrir. De lo que no me daba cuenta, es que, poco a poco me iba hundiendo y eso no sólo me hacía daño a mí, sino también, a todos aquellos que me quieren. Por eso, Leeteuk hyung, empezó a tomar cartas en el asunto y tratar de hacerme reaccionar, — esbozó una sonrisa triste— pero me negaba a dar mi brazo a torcer. Leeteuk me dijo que sabías todo sobre la pelea. Eso fue uno de los mayores errores de mi vida, pero los celos y la rabia me cegaron. Supe por Hong Ki, que lo pasaste realmente mal y de verdad que lo siento, lo siento muchísimo. Fui un animal, no debería de haberme portado así. Le hice daño a uno de los maknaes, al cual pude haberle arruinado la carrera y a ti te hice pasar por un infierno. Te pido que me perdones, por favor. Eso no volverá a pasar nunca más. Tanto Leeteuk hyung como Hong Ki estuvieron hablando conmigo estos días, animándome para venir y pedirte perdón. Leeteuk se puso más bien en plan madre marimandona y Hong Ki se convirtió en mi Pepito Grillo particular. Te pido que me des una segunda oportunidad, por favor. Déjame demostrarte que cambié, que no soy el mismo que conociste aquel día. Confía en mí, por favor, no te defraudaré, te lo juro. — Su intensa mirada, en la que había también un gran arrepentimiento, así como su tono esperanzado, mientras mantenía sus manos agarradas con fuerza, la hizo tragar saliva con fuerza y pestañear para alejar las lágrimas.  A Heechul aquella disculpa le había costado mucho debido a su gran orgullo, por lo que prefirió soltarlo todo del tirón para sufrir menos, ya que eso de las disculpas no era algo en lo que tuviese mucha práctica. 


            Inma se levantó y carraspeó para tratar de aligerar la situación y hacer que ese nudo en su garganta desapareciese de una vez. Se fue hasta la entrada, donde estaba la caja.
            — ¿Se puede saber qué hay en esta caja? — Le miraba sonriendo, mientras se frotaba las manos contra los pantalones intentando controlar el temblor que se había apoderado de ella por el contacto con las manos de él. Vio que se sentía un poco incómodo mientras iba hacia ella, por lo que lo miró interrogante.
            — Bueno, verás, Leeteuk hyung, una vez más en su papel de madre, me recordó que no me podía portar como una sassaeng, que eso era algo que a nosotros tampoco nos gustaba. Así que me dijo que lo mejor era dar la cara en este asunto, del que ya estás al tanto. Es el resto de la colección del manhwa de Goong— Se pasaba una de las manos por la parte de atrás de la cabeza despeinándose, mientras esperaba la reacción de ella. Estaba molesto a la par que avergonzado.
            Inma se rió y se agachó para abrir la caja, y allí estaban el resto de los volúmenes.
            — Muchas gracias, de verdad, aunque eso de recibir un paquete anónimo no me hizo ninguna gracia. Si esperas un momento, los llevaré a la habitación— Cogió la caja pero al levantarla, se le levantó la camisa del pijama, haciendo que se la bajase de manera apresurada y se fue rápido hacia su dormitorio.
            Heechul tardó un momento en reaccionar al ver un atisbo de la cicatriz pero enseguida se recuperó y se apresuró hacia el dormitorio donde estaba ella dejando la caja en una esquina. Apenas se volvió, él le levantó la camiseta del pijama hasta el borde del sujetador. Ella empezó a protestar y tratar de bajarla pero la empujó contra el armario aprisionándola sin darle posibilidad a escapar. Cuando levantó su mirada, la preocupación y la estupefacción marcaban su cara.
            — ¿Qué fue lo que te pasó? — Sus manos ya no tenían la fuerza del principio y ella pudo por fin soltar sus manos y bajarse la camiseta. Suspiró con pesar y lo miró a los ojos.
            — Nada, tranquilo. — No quería hablar del tema y esperaba que su tono seco le dejase bien claro que no quería seguir por esos derroteros.
            — ¿Cómo que nada? Si no fuese nada no tendrías esa cicatriz. — Su tono denotaba enfado pero en su mirada se podía leer una gran preocupación. Aunque unos segundos después pasó a ser suave y tranquilizador— Por favor, confía en mí.
            Inma lo miró estudiándolo y al final, suspirando derrotada se lo contó todo, porque sabía que Heechul era de los que no se daba por vencido, de que cuando quería algo, no paraba hasta lograrlo. Cuando acabó, se quedó en silencio esperando su reacción, que la pilló totalmente desprevenida, ya que la besó en los labios.
            En un primer momento se quedó sorprendida pero enseguida empezó a responderle y aquel beso que había empezado como una manera de consolarla por su parte y de disculpa fue aumentando hasta convertirse en un beso fuerte, donde ambos dejaban bien claro el ansia que sentían por el otro. Sus lenguas se enzarzaron en un duelo de voluntades y si él trataba de convertirla en una muñeca sin voluntad en sus manos en esa seducción, estaba muy equivocado, porque ella estaba a su mismo nivel y daba tanto como recibía. Él se separó un momento para mirarla y sonrió de medio lado, la cogió por las nalgas y la empotró contra el armario quitándole de manera brusca la camiseta del pijama, dejando a la vista su sujetador de satén negro con pequeñas rosas rojas que hizo que empezase a respirar más deprisa y ella sonriese de satisfacción al ver su reacción ante su sostén. Tendría que darle las gracias a Sonia por aquel regalo de despedida, aunque en un principio le había dado mucha vergüenza aceptarlo, ya que no era de ponerse ese tipo de lencería.
            Se lanzó a besarla de manera salvaje mientras sus manos amasaban sus pechos, haciendo que ella gimiese de placer en su boca, mientras notaba entre sus piernas cómo se iba mojando, así como su erección. Ella le iba desabrochando de manera apresurada la camisa hasta sacársela por completo y poder acariciar su torso a su completo antojo dejando las marcas de sus uñas, tanto en su pecho como en su espalda.
            Él abandonó su boca y fue bajando por su cuello hasta sus pechos, besándolos y humedeciéndolos a través del satén, haciendo que ella echase la cabeza hacia atrás y se mordiese los labios y gimiese elevando su torso pidiendo más y de paso haciendo que su pelvis entrase en contacto más íntimo con la de él frotándose para encontrar algo de alivio pero él no la dejaba el tiempo suficiente. Heechul estaba tan enloquecido de deseo que le arrancó el sostén dejando los pechos al descubierto, haciendo que él sonriese complacido ante su tamaño, blancura y el color de sus pezones. La despegó del armario y la llevó hasta la cama dejándola en medio, mientras él se apresuraba para quitarse el resto de la ropa hasta quedar completamente desnudo ante ella, haciendo que ella se pusiese de rodillas, para acercarse hasta él y comenzase a besarlo, mientras una de sus manos se apoderaba de su polla, la cual, casi no le cabía en la mano y empezase a acariciarla primero de manera suave pero luego de manera más fuerte y rápida, mientras él gemía de placer llevándolo hasta el límite, pero cuando estaba por metérsela en la boca, él la agarró por el cabello y la echó de nuevo en la cama, arrancándole el pantalón del pijama y las bragas que al ser tan delicadas, acabaron para tirar a la basura. Le abrió las piernas, dejándoselas dobladas para tener un mejor acceso a su meta pero antes se lanzó de nuevo a su boca de manera salvaje, como un hambriento se lanzaría sobre un gran banquete. Ella estuvo a la altura de su pasión y le devolvió toda la pasión que él le estaba dando. Se arqueó para frotarse contra su polla pero él no permitía que ella alcanzase el orgasmo, no hasta que él quisiese.
            Abandonó su boca y le dio besos por toda la cara, fue por su mandíbula, hasta la oreja y el hueco que había detrás, mientras sus manos seguían dedicando atención a sus pechos. Poco a poco fue bajando por su torso hasta llegar a sus pechos. Mientras una de su manos seguía con uno, su boca se apoderó de otro, lamiendo su pezón, mordisqueándolo y chupándolo hasta dejarlo tan sensible y erecto que era casi doloroso. Estuvo un buen rato con cada uno de ellos, mientras Inma no paraba de gemir y arañar su espalda. Una vez abandonó sus pechos, fue bajando por su torso hasta llegar a su pubis, le abrió las piernas lo más que podía y enseguida se centró en chuparle el clítoris, mientras primero con un dedo y luego con dos la penetraba. Los gemidos y el placer de Inma iban creciendo mucho más. Abandonó su clítoris, para penetrarla con la lengua utilizando al mismo tiempo los dedos, volvió de nuevo al clítoris y fue aumentando la velocidad y fuerza hasta que finalmente la hizo alcanzar el orgasmo.
            Inma se quedó totalmente rendida pero él casi no le dio tiempo a recuperarse, porque enseguida le dio la vuelta, y empezó a masajearle el trasero para ir subiendo por toda la espalda. La elevó para que su mano tuviese acceso a su pubis y trabajarle el clítoris para excitarla de nuevo, mientras se dedicaba a besarle la espalda y acariciarle con la mano que le quedaba libre. Inma se agarraba a la almohada y ahogaba sus gritos en ella. Cuando creía que no aguantaría más, Heechul la llevó de nuevo al orgasmo, haciendo que cayese rendida contra el colchón.
            Apenas tuvo unos segundos para recuperarse porque de nuevo le dio la vuelta y la besó con esos labios tan carnosos y sensuales que tenía y que tantas fantasías le habían hecho tener. La empezó a besar profundamente, cuando sin previo aviso, la cogió por las nalgas y la empaló de una sola embestida, haciendo que ella se quedase sorprendida por un momento, pero enseguida se adaptó a él, que se quedó un momento quieto en su interior, disfrutando de la sensación más intensa que jamás había tenido nunca al estar dentro de una vagina. Ella había cruzado las piernas a su espalda y empezó a entrar y salir de ella, de manera lenta y suave al principio, haciéndola ser consciente de cada centímetro que salía de su cuerpo y gimiendo de placer, para a continuación, cuando estaba casi fuera, penetrarla de una sola vez, rápida y con fuerza, haciendo que ella abriese la boca para dejar escapar el gemido y arqueándose aún más, para darle un mejor acceso a su cuerpo. La tortura se prolongó sin saber cuánto, ella no podía alcanzar el orgasmo que la liberase del dolor que sentía en su interior hasta que él quisiese. Cuando creía que por fin lo lograría, salió por completo de ella y dándole la vuelta, la puso de rodillas y la penetró desde atrás de una sola embestida. Sus manos pasaron a ocuparse de sus pechos, pellizcando los pezones y amasando los pechos, mientras su boca se ocupaba de su cuello y su espalda. De nuevo la estuvo torturando así durante todo el tiempo que quiso, mientras la habitación se llenaba de los gemidos de ambos. Cuando Inma creía que no podría más, le dio la vuelta y apoyándose él contra el cabecero, poniéndola a ella a horcajadas, haciendo que ella sonriese con satisfacción plenamente femenina. No se lo creía, Heechul le estaba cediendo el control de la situación y lo pensaba aprovechar. Se inclinó hacia él para besarlo, mientras rozaba su pubis contra su polla y sus testículos, excitándolo, mientras jugaba con su boca. Cuando él trataba de profundizar el beso, ella se escapaba y sonreía. Las manos de él iban de su trasero a sus pechos. Ella cogió su miembro y lo guió hasta la entrada de su vagina, deslizándose poco a poco y moviéndose de acuerdo a sus gemidos para incrementar su placer. Una vez lo tuvo por completo en su interior, empezó a moverse atenta a sus gestos y gemidos, mientras se mordía el labio inferior, consciente del poder que tenía en esos momentos. Él se levantó hasta quedar pegado a ella y cogiéndola por el cabello, la besó de manera salvaje, mientras ella incrementaba el ritmo y la fuerza. Finalmente, ambos tuvieron que dejar de besarse porque los gemidos se lo impedían, ya que estaban cada vez más cerca del orgasmo. La agarró por las nalgas y la espalda y la guió con más fuerza, hasta que alcanzaron el orgasmo que fue fuerte y poderoso, dejándolos exhaustos y sudorosos. La echó en el colchón, saliendo de manera delicada de ella y manteniéndose abrazados, hasta que el sueño vino rápido a ellos.

            A las tres de la mañana, Heechul se levantó y se vistió en silencio, tratando de no despertarla. Cuando acabó, la miró durante un momento e inclinándose sobre la cama, le dio un ligero beso en los labios. Salió del piso y puso rumbo a su casa. No quería que aquello hubiese acabado así, pero una vez hubo probado el sabor de sus labios y ver la respuesta de ella, estuvo perdido. Se había acostado con tantas mujeres que había perdido la cuenta, pero acostarse con Inma había roto todas sus expectativas. Se dio cuenta de que con ella el sexo era diferente y la intensidad de sus sensaciones fue tan fuerte que se vio superado. Además, el descubrir lo que le había pasado, hacía que se sintiese más protector, pero en esos momentos no tenía la fuerza suficiente para protegerse a sí mismo, como para poder protegerla a ella de todas las especulaciones que se pudiesen crear. Maldita sea, acababa de meter la pata otra vez con ella y no sabía cómo arreglarlo. En cuanto llegó a casa, entró con sigilo, fue a su habitación y con cuidado de no despertar a Leeteuk, metió ropa en una bolsa y se fue.



            Al día siguiente, cuando se despertó, descubrió que estaba sola en la cama y que el sitio que debería de haber ocupado él estaba frío. Se había ido. Se levantó y se vistió, recogiendo el conjunto que él le había roto la noche anterior y lo tiró a la basura. Buscó por la casa pero no había ni una sola nota, nada que explicase por qué se había tenido que ir.
            Como era domingo, aprovechó para hacer limpieza general y salir a comprar. El día se le pasó volando pero no tuvo noticias de Heechul. El pensamiento de que sólo había sido otra más en su lista de conquistas empezó a echar raíces en ella, lo que la disgustó y la puso de mal humor. No se podía creer que hubiese sido tan fácil.
            Por la noche tuvo la llamada de Mir y consiguió que no se notase nada en su tono. Hablaron de cómo les iban los ensayos y todos los preparativos del nuevo disco y cómo siempre, la complicidad entre ellos era increíble. Podían pasarse horas hablando, que el tiempo se les iba sin que se les diese cuenta. Al final se desearon buenas noches y quedaron en verse el martes para las clases.

            Inma se sumergió a fondo en su trabajo, comía con Jo Wook, ya que la novia de éste tenía cosas de las ocuparse para su empleo en Seúl. Se pusieron al día sobre sus cosas, pero ella no dijo nada sobre su relación con Mir o lo que había pasado con Heechul y él tampoco quiso sacar a colación su nombre.
            Llegó el martes y mientras preparaba la cena para tres, ya que esa noche se sumaría Joon, que había decidido empezar a aprender español, no paraba de pensar en lo que había pasado con Heechul y recriminarse el haber caído tan fácilmente ante él. Cuando sonó el timbre, respiró aliviada y fue a abrir pero sólo estaba Mir, que en cuanto entró, le dio un abrazo de oso que ella devolvió con ganas.
            — Te eché mucho de menos estos días noona, pero en el trabajo apenas podíamos respirar. Es bueno estar de nuevo contigo— Su voz suave y cálida la hizo sonreír feliz. Mir nunca la decepcionaría, siempre tenía las palabras justas para hacer que se sintiese bien. Él estrechó aún más su abrazo, lo que la hizo gemir de dolor.
            — Yo también te eché mucho de menos, pero como no aflojes el abrazo tendrás que llevarme al hospital con varias costillas rotas. — Estaba bromeando pero no se alejaba demasiado de la realidad. Él se separó de mala gana y rezongando pero la sujetó por los hombros.
            — Y yo pensando que al ser española aguantarías mejor este tipo de abrazos. Me acabas de decepcionar noona— su falso tono herido la hizo reír, algo que le hacía mucha falta.
            — Sí, soy española, pero aún así, sigo siendo una mujer y mi cuerpo no es tan fuerte y resistente como el tuyo— Y le dio un ligero golpe en el abdomen, haciendo que ambos riesen y de esa guisa se los encontró Joon, que los miró extrañados.
            — ¿Se puede saber qué os pasa?
            — Pues que aquí tu donseng se cree que por ser española puedo soportar un abrazo en el que pone toda su fuerza.
            — Esta pequeña bestia nunca sabe la fuerza que tiene que poner en cada cosa— Y le dio un golpe cariñoso en uno de los hombros.
            — Pero hyung…
            — No os enzarcéis ahora en una discusión. Venga, vamos a ponernos manos a la obra o sino, no habrá cena española. — Ante la mención de la comida española, Mir arrastró a Joon hasta el salón y enseguida empezaron con las clases que fueron de lo más entretenidas, porque Mir no paraba de burlarse de Joon, Inma no paraba de reñir a Mir y recordarle que él tuvo que pasar por esa fase, lo que hacía que Joon le devolviese el golpe y preguntase. Inma a punto estuvo a punto de enloquecer con aquellos dos y sus tiras y aflojas pero consiguió manejarlos y que las clases fuesen bien.
            A la hora de la cena, la ayudaron a poner la mesa pero Mir vio que la puerta del dormitorio estaba abierta y vio una caja en él.
            — ¿Te compraste algo noona?
            — ¿Por qué lo dices?
            — Por esa caja que hay en tu dormitorio ¿puedo ver qué es? — Vio cómo ella empalidecía y enseguida supo que allí pasaba algo y que estaba relacionado con el primer paquete anónimo que había recibido. — No importa, ahora no es momento, que estoy famélico y quiero disfrutar de esa gran cena española. — Y con una sonrisa siguieron como si nada hubiese pasado.


La cena fue entretenida y divertida, porque le estuvieron hablando sobre todo lo que estaban haciendo y por el placer que ambos mostraban ante los platos españoles que ella les había preparado. Después la ayudaron a recoger, fregar y secar. Se habían sentado un rato en los sofás para hablar antes de irse cuando sonó el timbre. La reacción asustada de Inma no se le pasó a Mir y tampoco a Joon que miró a Mir al ver lo tenso que se ponía pero éste le hizo guardar silencio con una mirada, transmitiéndole que luego le contaría lo que pasaba, lo que le hizo asentir de manera leve.
            Inma fue hasta el interfono para mirar en la pantalla y se quedó sorprendida al ver quién era. Suspiró y abrió la puerta y fue hasta la entrada para recibir a su visitante.
            — Siento presentarme a estas horas pero es que estuve trabajando hasta hace un momento. Espero que no te parezca muy tarde. — Allí, con una sonrisa de disculpa que marcaba sus hoyuelos, estaba Leeteuk.
            — No, no, pasa por favor. — Su palidez era más que evidente y Leeteuk trató de ser lo más suave y amable posible.
            Lo llevó al salón y se quedó sorprendido al encontrarse a Joon y a Mir, que se levantaron de inmediato al verlo.
            — Buenas noches chicos ¿qué hacéis aquí? — Su tono era amable pero estaba claro que quería saber en ese mismo momento lo que estaba pasando.
            — Buenas noches, pues nada, que estamos aprendiendo español con nuestra noona, que de paso, como salimos tan tarde, nos alimenta con comida española y ahora estábamos charlando un rato antes de irnos. — Mir se puso al lado de Inma con una actitud casual pero que dejaba claro que era de protección. — ¿Y qué trae a ti por aquí a estas horas? — El tono fue amable pero el fondo denotaba que no le gustaba que se presentase a esas horas en casa de Inma.
            — Quería hablar con Inma para ver si sabía algo sobre Heechul. El sábado vino a disculparse por fin con ella, pero no regresó a casa y llevamos sin noticias suyas desde entonces. — Leeteuk cuando quería podía ser muy duro. Él era el mayor y desde luego no estaba dispuesto a dejar que ninguno de los donsengs le dijese lo que tenía que hacer. Aquella bomba hizo que tanto Mir como Joon mirasen asombrados a Inma, que en esos momentos deseó que se la tragase la tierra, y cerró los ojos aguantando las ganas para no cruzarle la cara a Leeteuk de un guantazo. — Además, quería saber cómo estaba ella, porque a pesar de darle mi número no me envió ni un solo mensaje ni me llamó, lo que me preocupó y decidí ser yo el que viniese a verla. — Ese era el Leeteuk del que Kyuhyun había hablado y la verdad que no era precisamente algo agradable de ver.
            — Sí, estuvo aquí, se disculpó pero después ya no volví a tener noticias suyas— Ella tenía una pose rígida y orgullosa y su voz era fría, tratando de no revelar nada pero Mir la conocía mejor que los otros dos y cogiéndola por una de las manos se la llevó al dormitorio para hablar a solas, dejando a los otros dos estupefactos.
            Cuando entraron, la sentó en el borde la cama y él se puso en cuclillas aguantando sus manos. La miró en silencio durante unos segundos pero ella no pudo aguantarle la mirada. De repente él recordó la caja y se dirigió a ella y al abrirla, allí estaban el resto de volúmenes de Goong.
            — Así que el admirador anónimo resultó ser Heechul hyung— su tono de voz era despectivo y su sonrisa de medio lado sardónica.
            — Deberías de haber sido policía, se te dan muy bien las deducciones— Inma utilizó un tono ligero, intentando bromear para aligerar el ambiente y calmar a Mir. Se había puesto en pie y se había acercado a él, que al sentirla justo detrás, se giró y la volvió a mirar a los ojos y sujetándole la cara entre las manos para que no se escapase. Escrutó en su mirada y al final lo supo, supo lo que había pasado entre ellos dos. Mientras, los ojos de Inma reflejaban culpabilidad por haberle ocultado las cosas y por el dolor que le estaba causando y quería llorar. Al notar su estado, Mir suspiró y la abrazó con fuerza y le habló con voz suave al oído.
            — Noona, tienes un gusto pésimo para los hombres. Tenía la esperanza de que pudiese ser yo el elegido pero no, al final sólo me ves como donseng. — sonrió triste— aunque en todo momento supe que nunca me podrías ver como lo ves a él y tampoco me diste esperanzas. — Inma tenía la cabeza hundida en su pecho, no podía mirarlo y él suspiró, la besó en la coronilla y guardó silencio unos segundos mientras la acunaba entre sus brazos. — Tranquila, no te sientas culpable, no podemos decidir de quién enamorarnos, simplemente sucede— Agachó la cabeza para ponerla a su altura y con una de sus manos levantó la de Inma para que lo mirase.  Cuando levantó la mirada para mirarlo, vio que le sonreía con cariño— ¿por qué te crees que hace tiempo que no te llamo por tu nombre? — Le miró extrañada, porque hasta ese momento no se dio cuenta de que desde hacía algún tiempo sólo la llamaba noona. — Mira que eres despistada, ni siquiera te diste cuenta del cambio. — Eso le hizo mover la cabeza con pesar— La razón, es que decidí que dejaría de verte como mujer. No quería seguir sufriendo un amor no correspondido pero tampoco quiero perderte, no sólo eres mi profesora. Sin darme cuenta, te convertiste en una gran amiga, contigo puedo hablar de todo, sentirme cómodo. Ser un hombre normal sin que mi fama esté por medio. — Soltó su cara, que la apretó contra su pecho, haciendo que su abrazo cobrase más fuerza y apoyando su cabeza en la de ella siguió. — Desde el momento en que decidí llamarte sólo noona, te convertiste en eso para mí. Te seguiré queriendo, protegiendo y ayudando, así que no te preocupes por mi corazón y a partir de ahora, quiero que me cuentes todo, porque para algo estamos los donsengs, para ayudar siempre a nuestras noonas— Y con un último beso en una de sus mejillas, la separó de él y la miró sonriendo.
            — Chul Yong, muchas gracias por quedarte a mi lado y por ser tan bueno— Le miró con cariño y tristeza por no haber podido enamorarse de él— Espero que encuentres a una gran mujer que te ame como realmente te mereces— Y elevándose un poco le dio un beso en una de sus mejillas.
            — Pero que sea española, que me hice adicto a vuestra comida— Y se llevó la mano al estómago mirándola contrariado— ¿No tienes por ahí ninguna amiga que presentarme? — Su tono inquisitivo y a la vez burlón, la hizo reír. Él sonrió y cogiéndola de nuevo de la mano, la sacó de la habitación.
            Cuando llegaron al salón, Leeteuk y Joon estaban hablando y ella pudo notar que sabían que algo más había pasado entre Heechul y ella pero por educación guardaron silencio. Fue Mir el primero en hablar cuando se reunieron.
            — Más te vale que encontremos rápido a Heechul, porque tendrá que darle una gran disculpa a mi noona pero antes me encargaré de decirle un par de palabras. — Ahora su tono era duro y su mirada denotaba una determinación que nadie podría parar.
            — Chul Yong, nada de peleas otra vez. — Inma se giró para reprenderlo pero él se limitó a sonreír antes de contestar.
            — Tranquila noona, sólo será una charla de hombre a niño, porque está claro que tendré que hacerle convertirse en hombre en tiempo récord. — Sonrió con anticipación ante la perspectiva de devolverle unos cuantos golpes de los que le había propinado.
            — Chul Yong…
            — Vale, vale, nada de peleas— Su tono condescendiente la hizo bufar y él se rió— Te lo prometí noona, te protegeré y cuidaré siempre, pero no te haré disgustar. — Se giró hacia Joon y Leeteuk que vieron asombrados cómo se desarrollaba la relación entre ellos. — Bien, será mejor que nos marchemos y la dejemos descansar. Hoy todos hemos tenido un día muy duro. — Se volvió de nuevo hacia Inma y la abrazó, frotándole la espalda. — Descansa noona y no te preocupes. Nosotros nos haremos cargo, así que céntrate en el trabajo. Te llamaré cada noche, como siempre ¿de acuerdo? — y besándola en ambas mejillas, se llevó a los otros dos sin darle tiempo a ella de reaccionar. Cuando finalmente lo hizo, sólo pudo sonreír con cariño y agradecer tener a alguien tan maravilloso como Chul Yong en su vida.

Fueron en silencio hasta la entrada del edificio y una vez allí, Mir paró a Leeteuk para interrogarlo.
            — ¿Entonces estáis sin noticias suyas desde el sábado?
            — Sí, se marchó por la noche y cuando me levanté la cama estaba intacta pero había desaparecido una bolsa y ropa. Lo hemos estado llamando al móvil pero está desconectado y con la fecha del lanzamiento acercándose, en la empresa andan bastante cabreados y nosotros preocupados.
            — ¿En serio creías que le podría haber dicho algo a Inma? — Su tono era cínico y lo miraba de manera desafiante.
            — Ya sólo me quedaba recurrir a ella, porque fue la última persona en verlo y en estos casos, lo lógico es hablar con las últimas personas que lo vieron, no lo olvides. — Lo miró desafiante y advirtiéndole que no se atreviese a darle consejos.
            — Pues creo que hay alguien que sí puede saber dónde está y con el que mantenga contacto ¿no se te ocurrió esa posibilidad? — Mir tenía las manos en los bolsillos y lo miraba divertido, mientras Joon procuraba que aquello no se cargase demasiado.
            — ¿De quién estás hablando?
            — Lee Hong Ki
            Fue decir ese nombre y de repente Leeteuk ponerse rojo, porque no se le había ocurrido recurrir a la persona más obvia. Todos sabían que Hong Ki y Heechul eran uña y carne.
            — Ya veo. Pues espero que nos ayudes a controlarlo para ver si descubrimos algo sobre el paradero de Heechul hyung. — Y sin esperar respuesta, empezó a caminar hacia la salida para coger un taxi.
            — ¿Tan seguro estás de que Hong Ki puede tener la respuesta? — El que lo hubiesen pillado en un renuncio no le había gustado nada y de alguna manera quería cuestionarlo.
            — Sólo hay dos personas que pueden controlar a Heechul, una eres tú y la otra Hong Ki, pero sólo a él le diría dónde está en caso de empezar a preocupar a la gente, porque él respetaría su decisión de permanecer ilocalizable durante un tiempo, mientras que tú, irías y lo traerías a rastras ¿o me equivoco? — Había girado la cabeza para hablar y lo miraba sonriéndole de manera irónica y sin esperar respuesta, salieron de allí, mientras Leeteuk se quedaba mirando el vacío y reconociendo que Mir tenía razón y que en esa ocasión, él había fallado por completo.