miércoles, 10 de julio de 2013

[Teen Top] TO YOU: Capítulo 2

Por @Ari2pmam y @Jeannelok

No sacar ni publicar en otro lugar sin permiso de la autora y los respectivos créditos.

TO YOU


Capítulo 2


Era de noche y regresaba solo al apartamento. No estaba asustado ni preocupado por eso, sino de por cómo iba a esquivar a las posibles fans que se encontrarían esperando frente al edificio.

Al llegar, sus temores se confirmaron. Dado que estaba en boca de todo el mundo que ya habían grabado el primer episodio del “Hello Baby”, las fans se acercaban con más asiduidad para demostrarles su apoyo como padres primerizos y había más que de costumbre. Se quedó quieto en la esquina. Iban a reconocerlo. Como hacía calor, su única manera de pasar desapercibido era la gorra, y de todos modos sus fans solían reconocerlos aunque llevasen pasamontañas. Suspiró agobiado. Estaba demasiado cansado como para arriesgarse, ¿en qué maldito momento se le ocurrió quedarse ensayando solo más rato?

Podían ser fans tranquilas, estar únicamente para verlos, animarlos y darles sus regalos. Sin embargo, y dado la hora de la noche que era, lo dudaba. Serían efusivas, y no tenía el cuerpo para soportarlo. Decidió dar media vuelta, llamar a sus compañeros e irse a dormir a algún otro lugar, a pesar de que lo más lógico hubiera sido pedirle al mánager que lo entrase por el aparcamiento. 

Cogió el metro, bastante vacío a esas horas, y se bajó sólo una parada después. No era la primera noche que pasaba en la sauna jjimjilbang del barrio. No era un lugar concurrido por gente joven, y si lo hacían era en parejas así que no le prestaban atención. Además, era barato. La mujer de siempre lo saludó afablemente. Le dio la ropa azul típica de camiseta de manga corta y pantalones también cortos, y él fue directo a darse un baño. Llevaba todo el día ensayando, así que estaba empapado en sudor. Se metió en el agua templada, que su cuerpo desnudo recibió con amabilidad. Se sentó, notando y agradeciendo el efecto masaje que ejercía el líquido sobre sus agotados miembros. Media hora más tarde decidió salir e ir a la cafetería para cenar algo antes de que la cerrasen.

Como había supuesto, no había mucha gente allí. Vio a un par de niños corretear persiguiéndose y a sus madres riendo cerca. Pidió algo de cenar. Estaba hambriento, así que se puso a devorar el primer plato nada más tocó la mesa. La mujer que le sirvió sonrió contenta ante su voraz apetito.

Mientras comía, entró una chica joven acompañada de un niño. Automáticamente, se hundió en su asiento, deseando que la desconocida no tuviera ningún tipo de interés o conocimiento sobre cantantes coreanos. La miró de reojo, percatándose de que tenía síntomas de falta de sueño. Ambos, el niño y ella, se sentaron y pidieron comida. La mujer estuvo hablando amigablemente con ella antes de servirles. Se notaba que se conocían.

Cuando se alejó, y ella giró la cabeza, sus miradas se encontraron. Aunque intentó disimular fijándose de nuevo en la comida, ella se había levantado y caminaba hasta él.
— ¿Nos conocemos?—su voz era segura, directa y seca.
— No… no creo…—musitó él.
—Como no dejabas de mirarnos. —sintió sus mejillas sonrojarse.
—Lo… lo siento. Es sólo que…—no tenía manera de escabullirse de eso.
— ¿Estás solo?—la muchacha miró hacia los lados y se encogió de hombros— Si simplemente estás aburrido, podemos cenar contigo.—a pesar de estar diciéndole eso, era más que evidente que lo único de lo que tenía ganas la chica era de dormir. Él, sin embargo, no supo qué decir así que pocos minutos después se encontraban cenando juntos. El niño tenía alrededor de siete u ocho años, pero era tranquilo para su edad. 

Su cabello era castaño y parecía sedoso, le dieron ganas de acariciárselo. Comía en silencio. Por un momento se asemejó más a un adulto que a un niño. La actitud del pequeño hizo que se sintiera todavía más nervioso. 
—No eres muy hablador.—hizo notar la muchacha. Sobre sus ojeras, lucía unos bonitos ojos rasgados de color negro, igual que su pelo. Tenía la cara y las facciones pequeñas, como una muñeca. 
Una pequeña muñeca a punto de romperse.
En cierto modo, su físico le recordaba a sí mismo.
—Me he sentado aquí porque creí que estarías aburrido, pero si te molestamos…—comenzó a decir ella, al notar que no recibía respuesta alguna por su parte.
— ¡No, no!— atinó a decir antes de que se levantara.— Es que estaba distraído, por culpa del cansancio, nada más.— Como le dijese lo que de verdad estaba pensando lo más probable es que se marchase de allí corriendo creyendo que era algún pervertido.
— Está bien. Disculpa a mi hermano, nunca ha sido un niño de muchas palabras. — Se había girado hacia él mientras hablaba y le acariciaba la cabeza con cariño.
— Parece que últimamente me toca encontrarme con niños que no hablan. — No pretendía que ella escuchase aquello, pero lo hizo.
— ¿También estás al cargo de un niño poco hablador? — Le sonrió con resignación, lo que acentuó su expresión de cansancio. 
— En mi caso no es que sea poco hablador, es que se niega a dirigirnos la palabra y no sabemos qué hacer. — Se recostó en la silla mientras miraba con concentración al niño, como si él tuviese la solución al problema de Chris.
— Tenéis que tener mucha paciencia. Cuando el niño se sienta cómodo hablará. Además, si hay algo que le haga sentirse mal eso llevará más tiempo y tendréis que aprender a leer su lenguaje corporal y sus miradas para ayudarlo, y así ayudaréis a que se abra y confíe en vosotros. — Tras eso suspiró y siguió cenando.
— Muchas gracias por la ayuda, porque la verdad es que estamos desesperados. — Le dedicó una gran sonrisa que ella le devolvió con menos entusiasmo, como si no estuviese acostumbrada a hacerlo.
— No es nada. — Siguió cenando en silencio, hasta que un par de minutos después él retomó la conversación.
— Por cierto, ¿cómo os llamáis? — La pregunta la desconcentró durante un momento, el niño levantó la mirada alarmado hacia su hermana, que le apretó el hombro para que se calmase, lo que puso sobre aviso a L. Joe de que allí pasaba algo grave.
— Ah... sí... nuestros nombres. Él se llama Lee Hyun Su y yo Lee Cho Hee. Encantados. — Hicieron una leve reverencia que él les devolvió.
— Yo me llamo Lee Byung Hun, encantado. — Enseguida vio cómo la chica trataba de aguantar la sonrisa, siempre pasaba lo mismo, en cuanto decía su nombre, todos le hacían la misma broma y estaba harto. Ella se percató enseguida de ello y dejó de sonreír, algo que le extrañó, porque nadie podía evitar hacer la bromita de turno.
— ¿Y no tienes un apodo por el que te llamen tus amigos para no tener que aguantar las bromas?
— Sí, me llaman L. Joe. — Esperó su reacción para ver si lo reconocía así, pero ella sólo asintió haciéndose al nombre, ¿es que aquella muchacha no sabía nada de Kpop? ¿O es que no los conocía?
— La verdad es que te sienta bien. — Miró hacia su hermano y vio que empezaba a quedarse dormido, así que se levantó para cogerlo en brazos. L. Joe se sorprendió de que, a pesar de lo débil que parecía, pudiera con su hermano tan fácilmente — Bueno, te dejo, voy a acostar a mi hermano. Buenas noches. — y con una pequeña reverencia empezó a alejarse de él.
— ¡Espera! — Maldita sea, le daban ganas de darse de puntapiés, no entendía por qué la había detenido y eso lo puso más nervioso. Ella lo miraba de manera interrogativa, mientras acariciaba la espalda de su hermano. — ¿Puedo...? — Empezó a gesticular nervioso — ¿Puedo pasar la noche con vosotros? — Aquella preguntó volvió a confundirla, era como si no estuviese acostumbrada a tener a gente a su alrededor salvo a su hermano.
— Sí, claro. — Él se acercó corriendo a ellos, mientras ella lo seguía mirando con curiosidad. Se colocó frente a ella, indicándole que le pusiera al pequeño, ya dormido, sobre la espalda. No es que él fuera demasiado fuerte, pero creía poder cargar con un crío. Aunque se quedaron en esa posición un minuto largo en el que la chica parecía dudar, al final pareció confiar en él y le depositó con cuidado su hermano en la espalda — Por cierto, ¿cuántos años tienes?
— 21, en noviembre cumpliré los 22, ¿por qué?
— Entonces llámame noona, soy un año mayor que tú. Por cierto, también los cumplo en noviembre, el 23.
— ¿Estás bromeando? — Ella negó con la cabeza, mientras él emitía una seca carcajada producida por la incredulidad. — Yo también los cumplo el mismo día.
— Parece que al destino le gusta hacer bromas enrevesadas. Bien, ahora vayamos a descansar, es tarde y quedan pocas horas de sueño. — De repente el rictus de dureza de su boca lo volvió a descolocar. Estaba seguro de que algo grave pasaba pero no podía preguntar de buenas a primeras.


Niel fue el primero en levantarse, eran las siete de la mañana y a las once tenían la rueda de prensa para la presentación de la nueva temporada del programa. 
Cuando estuvo lo bastante despejado se dio cuenta de que estaba sólo en su habitación, así que salió para ver si había sido el último en levantarse, pero se sorprendió al ver que todo estaba tranquilo.
Fue a las otras habitaciones y se encontró con la desagradable sorpresa de que las camas estaban intactas, nadie había dormido en ellas la noche pasada. 
De repente, sufrió una descarga de adrenalina que a punto estuvo de hacerlo caer, pero mantuvo la cabeza fría para despertar a Ricky y a CAP.
— Ricky, vamos, despiértate, rápido, hay problemas y muy gordos. — Ricky no paraba de rezongar y arrebujarse entre las sábanas, por lo que Niel decidió tomar medias drásticas, le arrancó la ropa de cama y se acercó hasta pegar su boca a la oreja de su donseng. — ¡¡QUE TE DESPIERTES, QUE HAY PROBLEMAS!!— Aquel grito tan estridente despertó por fin al falso maknae que se tapaba la oreja, mientras lo miraba cabreado.
— Hyung, a punto has estado de dejarme sordo. — La respuesta estaba cargada de rencor y lo miraba muy cabreado.
— No te habría gritado...— No le dio tiempo a seguir porque justo en ese momento llegó CAP.
— ¿Se puede saber a qué vienen esos gritos de que tenemos problemas? — Él también estaba cabreado, los gritos de Niel lo habían despertado.
— Por si no os habéis dado cuenta, sólo tres de nosotros hemos dormido aquí y a las once tenemos la rueda de prensa. — Su tono ácido les hizo mirar a su alrededor e ir a revisar el resto de la casa, mientras que Niel se quedó en el quicio de la puerta del dormitorio de Ricky. — No están, no han pasado la noche aquí. Al levantarme lo primero que hice fue buscar en el resto de la casa.
Ricky y CAP volvieron a donde estaba Niel con la estupefacción pintada en sus rostros.
— ¿Se puede saber en qué estaban pensando esos malditos donsengs? —CAP estaba empezando a cabrearse por lo que habían hecho.
— Lo mejor será que los llamemos por teléfono para saber dónde están. — Esta vez fue Ricky el que puso la nota de cordura en la situación. Los otros dos lo miraron un momento en silencio antes de ir corriendo a por los móviles.
— Yo llamaré a Changjo.— CAP había decidido encargarse del maknae, que tendría soportar un buen rapapolvo.
— Está bien, yo llamaré a Chunji.— Niel buscó el número en su teléfono, aunque le costó trabajo porque no se le había pasado el subidón de adrenalina.
— Bien, pues eso me deja a L. Joe a mi cargo. — Ricky sonrió divertido y así fue cómo cada uno intentó salvarles el pellejo y de paso salvarse a sí mismos.
— Hummm.— L. Joe empezó a buscar con la mano su móvil, mientras pensaba que quería que lo dejasen dormir un poco más. Respondió sin abrir los ojos. Su voz densa por el sueño. — ¿Diga?
— ¡Maldita sea hyung, ¿dónde estás?! ¡¿Es que no sabes qué día es hoy?! — Ricky estaba muy cabreado y sus gritos lo hicieron fruncir el ceño molesto.
— Cálmate, ¿quieres? ¿De qué estás hablando?— Aunque de repente la realidad empezó a filtrarse en su cerebro. Abrió los ojos y se sentó de golpe. — ¡Mierda!
— No sé dónde estás pero más te vale llegar al piso pronto, porque a las once tenemos la rueda de prensa para la presentación del programa, así que, ¡Apúrate y vuelve! — Colgó sin esperar respuesta.
L. Joe se quedó mirando el teléfono un momento, luego miró a su alrededor y vio que la pareja de hermanos se había ido.
— Joder, los hyungs me van a matar por esto. — Se puso en pie, fue a por su ropa corriendo y se cambió tan rápido que a punto estuvo de irse al suelo varias veces. Al salir buscó un taxi para que lo llevase a casa en vez de regresar corriendo.
— Maldita sea, cinco minutos más. — Changjo estaba echado en el sofá. Hee Young lo había tapado con una manta la noche anterior antes de irse a dormir, después de haber estado hablando durante unas cuantas horas. Cogió el teléfono y tuvo que apartárselo de la oreja por culpa del grito que le dio CAP.
— ¡Imbécil, mueve tu culo hasta el piso ya mismo porque nos puedes meter en un lío muy gordo! ¡¿Es que no recuerdas que hoy tenemos planes?!
— ¿Qué? ¿Cómo?— De repente se dio cuenta de dónde estaba, miró el reloj y al ver la hora maldijo en silencio. — Lo siento hyung, voy de inmediato para allá.
— Más te vale si no quieres que se monte una buena por vuestras escapaditas. — CAP seguía cabreado, pero al menos ya no gritaba.
— ¿Es que no fui sólo yo? — Aquello le sorprendió.
— Al parecer a L. Joe y Chunji también les dio por pasar la noche fuera y ahora deja de charlar y ponte en camino. — Colgó y Changjo se puso en pie pero se lió con la manta y acabó en el suelo. 
El grito que pegó al caerse hizo salir corriendo a Hee Young de su dormitorio. Changjo se quedó boquiabierto al verla, llevaba un camisón que le llegaba a la mitad del muslo, tenía el pelo revuelto, la cara sonrojada por el sueño y estaba preciosa.
— ¿Estás bien? — Se estaba acercando a él mientras se frotaba los ojos para librarse de los últimos restos del sueño.
Changjo se puso en pie deprisa y tiró la manta en el sofá, para luego guardarse el móvil en uno de los bolsillos del pantalón.
— Sí, es que se me olvidó que hoy tenemos la rueda de prensa del programa y uno de mis hyungs me acaba de llamar cabreado porque no dormí en casa ni dije dónde estaría. — Se mostró avergonzado y vio que ella se acercaba en silencio. Su reacción le pilló por sorpresa, porque le arreó un pescozón.
— ¡Noona! — Se llevó la mano a la zona del golpe mientras le dedicaba una mirada recriminatoria.
— ¡Te lo mereces! Tendrías que haberme dicho que tenías que ir a una rueda de prensar en vez de pasar aquí la noche, porque después de cenar te habría pedido un taxi para que te llevase a casa. ¿Es que no tienes cerebro?
— Pero noona...— Su tono quejumbroso no la conmovió.
— Ponte en camino ya mismo y esperemos que no tengas muchos problemas.
— Está bien, ya me voy. — Le sonrió y antes de irse la besó en una de las mejillas. — Por cierto, estás preciosa al despertar. — Le dedicó una sonrisa maliciosa y salió corriendo antes de que ella volviese a arrearle.
— ¿Diga? — Niel miró el teléfono para ver si había equivocado de número, pero no, aquél era el número de Chunji.
— ¿Hyung? — Su voz dubitativa hizo que Hwa Young se despertase de golpe. Mierda, acaba de coger el teléfono de Chunji.
— Un momento, ahora le paso el teléfono. — Trató de dar a su voz un tono impersonal, pero la vergüenza estaba pudiendo con ella. Se levantó y fue al otro de la mesa para despertarlo. — Chan Hee... Chan Hee... Despierta, te llaman por teléfono.
— ¿Noona? ¿Eh? ¿Qué? — Hwa Young sonrió con cariño y señaló el teléfono.
— Te llaman por teléfono. — Y se lo pasó, mientras un Chunji aún desubicado lo cogía como si fuese la primera vez que veía un móvil.
— ¿Diga?
— Hyung, ¿has pasado la noche con una chica? — A pesar de lo grave de la situación, a Niel le podía la curiosidad.
— Vine a ver mi noona por lo de Chris y me quedé a ayudarla con los estudios para su examen, así que deja de imaginar lo que no es, pervertido.
— De acuerdo, pero más vale que te des prisa porque por si no lo recuerdas, a las once tenemos que dar una rueda de prensa con nuestros hijos. — Su tono sarcástico puso en alerta a Chunji.
— ¡Oh Dios! Voy ahora mismo para allá. — Colgó, se puso en pie y respondió a la mirada interrogante de Hwa Young. — Se me había olvidado que hoy tenemos la rueda de prensa para la presentación del programa. — Repasó que tenía sus cosas, por lo que no vio el azoramiento que mostraba ella.
— Maldita sea, ¿cómo has podido quedarte a ayudarme cuando hoy tenías algo tan importante? Si los jefes se enteran estarás en un buen lío. — Su mirada preocupada, lo hizo sonreír.
— Tú también eres importante, y tranquila, recuerda que vivo muy cerca de aquí. Te llamaré en cuanto pueda. — La agarró por la cintura, la abrazó de manera breve y tras darle un beso en la mejilla salió pitando, mientras rogaba en silencio que ni el mánager ni ningún jefazo se enterase de su ausencia.


Antes de la emisión del primer capítulo e ir a grabar el segundo, los chicos y los niños acudieron a la rueda de prensa del programa. Allí vieron a los padres de Amaia y Ye Zi Yu y los saludaron amigablemente. Pronto descubrieron a los pequeños, con sus mejores galas, jugando detrás de ellos. Aunque el niño no sonriera, fue fácil ver el cambio que sufría cuando estaba con la niña. En cuanto descubrieron que habían llegado, Amaia corrió hacia Chunji y le pidió que la cogiera en brazos, algo a lo que el joven no pudo negarse.
—No la malacostumbres.—le advirtió la madre de la niña. El chico sonrió apacible.
—Lo intentaré. Quizá es ella la que me está malacostumbrando a mí con tanto cariño—rió—. Estás muy guapa, princesa.—y era cierto. La pequeña llevaba un bonito vestido rosa claro que la convertía en una pequeña dama. Ye Zi Yu al verse abandonado por su amiga de juegos fue hasta sus padres y se escondió detrás de ellos.
—Parece un pequeño hombrecito—les comentó Niel, intentando sonreír y saludar al pequeño tímidamente. No logró más que silencio—. En fin. Espero que no se les haga demasiado pesado el tema de las cámaras y tal. No tendrán respeto ni aunque sean niños.
Conversaron un poco más mientras se dirigían a la sala de maquillaje. Una vez allí tuvieron que separarse de las familias. 
—Sigo sin tener claro cómo vamos a lidiar con Ye Zi Yu…—C.A.P era, visiblemente, el más preocupado a la hora de cuidar de los críos. Se sentía perdido, tanto como con el niño como con la niña, aunque al menos la segunda estaba tan pegada a Chunji que no le causaría dolores de cabeza. Pero al fin y al cabo, se trataba de hacer entretenido y divertido el programa, y no podía simplemente cruzarse de brazos y dejar que las cosas siguieran así. Suspiró hastiado dándole vueltas a todo eso, mientras la estilista le comenzaba a aplicar la base de maquillaje. A su lado, el otro rapero del grupo tenía los ojos cerrados mientras le aplicaban una ligera sombra para darle algo más de color al rostro.
—Saldremos de ésta—comentó mientras—. De algún modo tenemos que hacerlo…
—A ti te ha pasado algo bueno esta noche, ¿verdad?—inquirió Niel, pidiéndola a la estilista que le apartase un poco más el flequillo de los ojos. Al escucharlo, L. Joe estuvo a punto de abrir los ojos, mas logró serenarse.
—He podido dormir de un tirón sin soportar algunas conversaciones nocturnas.—bromeó, intentando quitarle hierro al asunto. Sabía que no lo había conseguido, pero por suerte la llegada de un miembro del equipo apremiándolos porque debían comenzar en pocos minutos distrajo la atención de sí mismo.
En dos minutos, acabaron de estar maquillados, peinados y con sus trajes enfundados. Changjo bromeó diciendo que al menos estaban a conjunto con su pequeño hombrecito. Llegaron al escenario y recibieron los flashes con profesionalidad, después de todo, estaban acostumbrados a ello. Les hicieron diversas preguntas, sobre cómo había sido encontrarse con los niños y qué podían decir respecto a sus primeras impresiones. Escaparon de las preguntas lo mejor que pudieron, y cuando quisieron darse cuenta, Amaia y Ye Zi Yu los esperaban al pie de la escalinata. Se acercaron para ayudarlos a subir. 
Hasta donde sabían, ambos niños tenían experiencia en el modelaje. Sin embargo, supusieron que no sería lo mismo hacerse algunas fotografías mientras jugaban o cantaban, para una revista, y tener que soportar las luces de las cámaras cayendo sobre ellos sin descanso. 
Chunji cogió a Amaia de nuevo en brazos y se puso de lado, para que pudieran fotografiarla, pero sin agobiarla tanto. Por su lado, y sabiendo que el niño no se dejaría coger, los dos maknaes del grupo se pusieron a ambos lados de su falso hijo, evitando que las molestas luces recayeran del todo en él. Ye Zi Yu dio un pequeño brinco al sentir que se cernían tanto sobre él, pero tanto Changjo como Ricky pudieron percatarse de que se sentía más cómodo y relajaba sus pequeños hombros. Ambos, para sus adentros, sonrieron, pensando que quizá con eso el niño confiaría aunque fuera, un poquito más en ellos.
Acabaron antes de lo previsto, después de hacer un poco el tonto para entretener a la prensa y hacer que se sintieran convencidos del material que tenían entre manos. Era hora de comer, los niños comenzaban a mostrar signos de hambre, y dado que al día siguiente debían grabar el segundo programa, sería preferible que descansaran.
Se despidieron de los pequeños, en brazos de sus padres, antes de marcharse ellos también a comer, y más tarde, a asistir a un programa de radio.



Continuará...

Imágenes extraídas de @tumblr, google imágenes

Aclaración: Intentamos separar más los párrafos pero nos ha sido imposible. Lo sentimos.

1 comentario:

  1. gracias por lo de los párrafos se me hizo algo mas fácil el leer... y esta interesante así q la seguire

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