Por @Ari2PMAM
No sacar ni publicar en otros lugares sin permiso de la autora y sus respectivos créditos.
Mientras, en la SM, Heechul, seguía con los ensayos de la
coreografía para el nuevo MV que se empezaría a grabar pasado mañana. Tuvieron
que llamarle la atención varias veces porque se perdía, lo que hizo que los
demás lo mirasen raro y que Leeteuk lo mantuviese siempre vigilado. Tras un par
de horas ensayando sin parar y corrigiendo a Heechul cada dos por tres, el
director decidió hacer un descanso para ver si se centraba.
— ¿Se puede
saber por qué estás tan obsesionado con ella? ¿No dijiste que era igual que las
demás? Como sigas así, te vas a descubrir delante de todos — El tono ácido de
Leeteuk podría haber sacado el óxido de la silla más herrumbrosa.
— ¿Y por
qué crees que mi estado se debe a mi obsesión por Inma? Por si no lo sabías,
tenemos bastantes preocupaciones en mente con el nuevo trabajo y si va a
funcionar bien. Los grupos nuevos vienen muy fuertes y a pesar de ser veteranos
y contar con tantas fans, no nos podemos relajar. Ten en cuenta además, que
llevamos muchos años sin estar todos, así que nuestras ventas se pueden
resentir. — Se levantó y se fue dejando a Leeteuk con la palabra en la boca.
Una vez en la
azotea, intentó calmarse y concentrarse. Leeteuk tenía toda la razón, era por
ella que estaba así y lo del mercado, a pesar de ser una preocupación más,
había pasado a un segundo plano en comparación con la mujer que día y noche
ocupaba sus pensamientos. Trató de dejar la mente en blanco, de relajarse pero
era inútil, al final siempre acababa girando todo en torno a ella. Agachó la
cabeza, derrotado, suspiró y emprendió el camino de regreso al ensayo. No
pensaba dejar que nadie más lo descubriese, por lo que se centró por completo
en la coreografía sin cometer un solo error.
Cuando
acabaron, eran las nueve de la noche y a pesar de que estaba cansado, decidió
llamar a Hong Ki para salir por ahí un par de horas. Cuando llegó al local,
resultó estar toda la Chocoball, por lo que a pesar de querer estar sólo con
él, pensó que le vendría mejor para dejar de pensar en ella durante ese par de
horas.
Mientras,
en otra zona de la ciudad, Inma y Mir seguían con sus clases de español. Hoy
había venido tarde porque estaban preparando un nuevo trabajo y apenas tenía
tiempo para las clases, por lo que tenía que ir por las noches. Como iba
directo desde los ensayos no cenaba y como a ella le cansaba escuchar el sonido
de su estómago por no recibir alimento, decidió que lo mejor era que como ella
tenía más tiempo, le prepararía la cena. Así que cada noche, mientras
estudiaba, cenaba, pero eso sí, comida española, que a Mir le encantaba y la
disfrutaba a más no poder, lo que le hacía sonreír a ella. Él, como
compensación por ese trabajo extra, le traía croissants o bien helado de
pistacho o menta. Solía mirarla mientras comía y le sonreía, lo que hacía que
ella se sonrojase y él estallase en carcajadas cuando lo reñía.
Entre ellos
se había desarrollado una gran relación y podían hablar de todo con el otro.
Aunque él quería llevar la relación más allá, sabía que ella no tenía la
confianza para hacerlo, por lo que de momento se contentaba con la amistad que
había. Aunque ya lograba marcharse cada noche besándola en la mejilla y un
abrazo, lo que era todo un triunfo.
— Espera,
te acompaño, tengo que ir a la tienda a comprar, que me acabo de dar cuenta de
que me faltan algunas cosas para mañana.
— Oh, vaya,
te vas a atrever a salir conmigo al mismo tiempo. — Se llevó la mano al pecho
de manera teatral como si estuviese sufriendo un ataque— Rápido, llama a una
ambulancia, creo que moriré de la impresión. — Ella sonrió y le dio un manotazo
flojo.
— Anda,
tira para adelante tonto— Y riendo, se fueron hacia el ascensor.
Al llegar a
la calle, miraron para ver si estaba en calma y así era, así que se despidieron
como todos los días. Ella fue corriendo hacia la tienda, mientras él la veía
alejarse con una sonrisa. De lo que ninguno se había percatado, es que desde un
lugar entre las sombras, dos personas los estaban observando. Una de ellas,
hirviendo de furia y el otro sin entender por qué de repente, su hyung, se
había puesto tan tenso y estaba en ese estado de furia.
— ¿Hyung?
¿Qué te pasa? ¿Por qué te pones así? ¿Es que tienes problemas con Mir? — Hong
Ki lo miraba sin entender la situación. Iba de uno a otro pero sus preguntas
caían en saco roto, porque en esos momentos Heechul no lo escuchaba, en esos
momentos la furia lo controlaba y respiraba con dificultad. Apretó los puños y
salió corriendo hacia donde estaba Mir. Gritó su nombre, pero apenas le dio
tiempo a girarse cuando recibió el primer puñetazo que lo tumbó.
— ¿Se puede
saber qué demonios te pasa? ¿Por qué me pegaste? — Mir se llevó la mano a una
de las comisuras y vio que estaba sangrando. Se puso en pie y no le dio tiempo
a ponerse en guardia porque Heechul le volvió a pegar y retrocedió unos cuántos
pasos. — Entonces Mir lo comprendió todo. Los había visto y había enloquecido
de celos. — ¿Es que acaso crees que es tuya? ¿Sobre todo después de cómo la
trataste? Entonces es que eres más idiota de lo que creía y ahora que lo
pienso, sólo un cobarde como tú se atrevería a enviar algo de manera anónima—
Le sonrió de manera cruel y Heechul por un momento quedó desconcertado al ver
lo rápido que había unido las piezas. Ese momento hizo que Mir cargase contra
él y le propinase un uppercut y lo
tumbase. Se puso a horcajadas sobre él y le siguió propinando golpes, pero
Heechul enseguida reaccionó y se enzarzaron en una pelea encarnizada.
Hong Ki, en un primer momento, se había quedado tan
estupefacto que no pudo reaccionar ante el comportamiento de su hyung, por lo
que no acudió de inmediato a parar la pelea. Así que cuando llegó a donde
estaban ellos, los vio todos ensangrentados y con las ropas desastradas.
— Vamos,
chicos, parad de una vez, no hagáis esto. Alguien nos puede pillar y armarse
una buena— Trató de meterse en medio para separarlos, pero ellos lo empujaron
para apartarlo y continuaron con la pelea. Como era un cabezota, volvió a
meterse por medio pero nuevamente sus intentos de pacificar se vieron
frustrados. Al final, decidió dejar que se peleasen hasta que se quedasen sin
fuerzas y se dedicó a observar. Diez minutos después, ambos contendientes
estaban agotados, por lo que decidió levantarse y poner el punto final. — Parad
de una vez, ninguno tiene fuerzas para continuar. — Los agarró a ambos y los
miró con hastío. — No sé qué es lo que provocó esta pelea pero me lo figuro.
Más os vale arreglarlo todo pronto porque sino, puede haber consecuencias muy
graves, si es que no las hay mañana mismo cuando os vean con las caras que
tenéis. Ahora sentaos cada uno en un extremo. Voy a llamar a mi representante
para que nos recoja y así nadie se entere. Mañana diréis que volvíais juntos de
un restaurante, cuando os asaltaron para robaros y os propinaron una paliza
¿entendido? — Ni el tono ni las miradas que les dirigía Hong Ki admitían
réplica alguna. Gracias a él lograrían salir de esa situación sin que se armase
un escándalo. Hong Ki llamó a su representante, que en un tiempo récord,
consiguió presentarse en el lugar. Primero metieron a Heechul pero cuando
intentaron ayudar a Mir, este se negó a entrar, dijo que llamaría a su
representante. Hong Ki siguió insistiendo pero no logró nada, así que lo dejó
allí y se fue con Heechul, advirtiéndole que recordase la historia. Apenas se
habían ido, cuando al ir a coger el teléfono de su americana, cayó al suelo
desmayado.
Inma volvía
de la compra. Le había llevado más tiempo del previsto, porque la ajhumma dueña
del comercio era muy parlanchina y siempre la enredaba para quedarse allí un
rato con ella. Era una gran mujer y la había ayudado mucho desde que llegó. Iba
sonriendo mientras pensaba en ella, cuando al mirar hacia su edificio, lo vio,
era Mir, estaba en el suelo, desmayado y ensangrentado. Las bolsas se le
cayeron al suelo y fue corriendo hacia él. Se arrodilló y le sacudió el hombro,
mientras con su otra mano, intentaba sentir el latido de su corazón.
— ¡Chul
Yong! ¡Chul Yong! ¡Vamos, despierta! — Las lágrimas y el miedo querían hacer
presa en ella pero no lo podía consentir. Tenía que actuar y rápido. Nadie lo
podía ver en ese estado. Se fue a por las bolsas. En ellas traía agua, por lo
que abrió una botella y mojando unas gasas le limpió la cara para al mismo
tiempo ver si despertaba. Al momento, él abrió los ojos y ella sonrió aliviada.
— ¿Se puede saber qué pasó? ¿Quién te hizo esto?
— Ayúdame a
ponerme en pie y llévame a tu casa, ahora mismo no tengo fuerzas para nada. —
Ella así lo hizo, sin preguntar nada más pero veía asustada, cómo las heridas
seguían sangrando. En cuanto llegaron a su piso, lo llevó hasta su propia cama,
que era más grande y lo echó allí, donde de inmediato volvió a quedarse
inconsciente. Nerviosa por la situación, corrió a por agua, toallas, gasas y
desinfectante para curar las heridas que no dejaban de sangrar. Necesitaba
ayuda, pero no podía llamar a ninguna vecina. Así que cogió el móvil de Mir y
miró en marcación en rápida. A los pocos segundos, alguien le contestó al otro
lado.
— ¿Se puede
saber dónde andas a estas horas Mir? Nos tienes preocupados…
— No es
Mir. Me llamo Inma y soy la profesora de español de Chul Yong. Está en mi casa
malherido…— No pudo continuar porque se vio interrumpida.
—
¡¿Malherido?! ¡¿Se puede saber qué demonios pasó?!
— No lo sé,
nos despedimos en la calle, me fui a comprar y a la vuelta me lo encontré en el
mismo sitio, inconsciente y ensangrentado. Conseguí despertarlo para poder
subirlo a casa pero en cuanto lo dejé en la cama volvió a caer en la
inconsciencia y no sabía a quién acudir, así que decidí llamar a sus contactos
y tú eres el primero que tiene en marcación rápida. — Inma volvía a estar
entrando en shock. Su voz se iba volviendo quebradiza, mientras trataba de
parar las hemorragias.
— Dame tu
dirección e iré de inmediato para allá. — Inma se la dio y colgó. Siguió con el
trabajo de restañar las heridas lo mejor posible, mientras esperaba que la
ayuda prometida llegase.
— Vamos Chul
Yong, despierta, no me asustes, sabes que este tipo de bromas no me gustan. —Sabía
que era inútil hacer eso, pero verlo así de inmóvil y tan dañado la ponía
nerviosa. No supo cuánto tiempo estuvo atendiéndolo cuando de repente el timbre
empezó a sonar de manera enloquecida. Fue corriendo a abrir la puerta y allí
estaba Joon, con cara de extrema preocupación y un hombre al que no conocía de
nada.
—
Bienvenidos, pasad. Soy Inma, la profesora de español de Chul Yong. Por favor,
seguidme. — Sin que nadie dijese nada más, se dirigieron a la habitación. Joon
al verlo se quedó consternado y fue corriendo a ponerse a su lado. Mientras, el
otro hombre, que había resultado ser un médico, se hizo cargo de la situación.
— Hizo un
buen trabajo restañando las heridas más importantes. Enhorabuena, porque visto
lo visto, tuvo bastante trabajo— La sonrisa del médico era tranquilizadora y de
ánimo y su tono de voz suave la hizo sentir mejor. — Tenemos que desvestirlo
pero con cuidado. Puede haber alguna lesión importante y empeorar. — Aquello
hizo que tanto Inma como Joon casi entrasen en pánico pero obedecieron al
médico. La exploración fue minuciosa y concienzuda. Al cabo de unos minutos, se
volvió hacia ellos para decirles lo que había. — Bien, sin ninguna máquina de
rayos X o escáneres, sólo puedo decir que las costillas están dañadas pero no
sé el nivel exacto. El cráneo parece estar bien pero es necesario trasladarlo a
un hospital para someterlo a más pruebas. No nos podemos arriesgar a dejarlo
aquí esta noche. Llamaré a una ambulancia y haremos que esto sea lo más
discreto posible. — Salió para llamar, mientras dejaba a Inma con Joon y el
inconsciente Mir.
— Así que
era aquí donde venías cuando desaparecías, a aprender español— La voz de Joon
era suave pero no la miraba a ella, sino a Mir. — ¿Por qué no me lo pudiste
decir maldito idiota? — El cariño y la preocupación se notaban en su voz. Él no
esperaba respuestas e Inma no tenía fuerzas para nada que no fuese atender y
preocuparse por Mir.
— La
ambulancia estará aquí en diez minutos— El médico volvió a entrar y de nuevo se
acercó a Mir para comprobar sus constantes— Está bien, su pulso y tensión están
estables. ¿No pudiste ver a nadie alrededor cuando llegaste? — Se había vuelto
hacia Inma, que estaba a los pies de la cama, abrazándose y controlando a duras
penas sus emociones.
— No, nos
despedimos como siempre. Bueno, esta vez bajamos juntos hasta la calle porque
tenía que ir a comprar y al volver de la tienda lo encontré inconsciente en la
entrada. Conseguí despertarlo el tiempo suficiente para subirlo pero en cuanto
lo dejé en la cama se volvió a quedar inconsciente. — Su voz era baja y apenas
miraba al médico, porque sólo tenía ojos para Mir.
—
¿Comprobaste si le robaron? — Esta vez fue Joon el que le hizo la pregunta, que
la dejó descolocada, porque no se le había ocurrido eso.
— No, la
verdad es que no, tenía tantas heridas que sólo me fijé en poder restañárselas.
— Empezó a moverse para comprobar entre su ropa, pero Joon se acercó y se la
quitó haciéndose cargo de revisar sus pertenencias.
— No le
falta nada, así que el robo no pudo ser. Tiene que ser algo personal. Puede que
anti fans. Habrá que esperar a que despierte para que nos lo aclare todo. —
Joon la miró y al fijarse bien en su estado, trató de animarla. — Tranquila, Chul
Yong es fuerte, saldrá de ésta, ya verás. — Su sonrisa llena de confianza le
hizo esbozar una leve sonrisa pero enseguida se borró al mirar el estado de
Mir.
Sonó el
timbre de la puerta. Fue a abrir y allí estaban para recogerlo. Habían entrado
por el garaje, sin luces ni nada para no alertar a nadie. Lo trasladaron a la
camilla y lo sacaron del piso.
— Voy a
coger mis cosas y os acompaño. — Se había dirigido a Joon, para que la esperase
y saber a qué hospital lo llevaban.
— No, es
mejor que te quedes aquí. Si te viesen en el hospital acompañándolo podrían
empezar rumores muy dañinos. Tranquila, te mantendré informada de todo y si es
seguro, podrás venir a visitarlo. Ahora es mejor que recojas todo y descanses.
Mañana tienes que trabajar y no puedes dejar que nadie note tu preocupación.
Actúa como siempre, aunque te cueste pero confía en lo que te digo. Saldrá bien
de ésta y en pocos días estará por aquí de nuevo para que le sigas dando
clases. — Y con una sonrisa, sin darle tiempo a que le dijese nada más, se
marchó.
Inma empezó
a recoger la casa de manera automática. En esos momentos se sentía anestesiada
y no sentía nada. Esperaba que Joon la llamase lo más pronto posible. ¿Quién le
podría haber hecho eso a Mir? Esa pregunta la atormentaba una y otra vez. Tenía
miedo que Joon tuviese razón y fuesen las antis, que los hubiesen visto y al
quedarse sólo hubiesen ido a por él.
Dios, se iba a volver loca si seguía con esas elucubraciones. Joon tenía
razón, tendrían que esperar a que Mir despertase para aclarar lo que había
pasado.
Mientras,
en otra parte de Seúl, Hong Ki estaba acompañando a Heechul a casa, ya que
apenas podía caminar.
— Te dio
una buena paliza. Leeteuk-hyung te echará una buena bronca en cuanto entremos
por la puerta. — Hong Ki estaba preocupado por el estado de su hyung pero
también pensaba en cómo estaría Mir en esos momentos. Lo habían dejado solo y
no sabía si podría haber sufrido alguna lesión grave.
— Cállate y
con un poco de suerte Leeteuk-hyung estará durmiendo.
— Ya y la luna
es cuadrada— El tono sarcástico de Hong Ki demostraba que no tendrían esa
suerte y que el estado en que estaba haría que Leeteuk les echase una buena
bronca. Algo que se vio confirmado en cuanto traspusieron la puerta, con la
mala suerte de que estaban todos en el salón, lo que hizo poner a Heechul los
ojos en blanco y a Hong Ki cerrar los ojos porque en cuanto vio a Leeteuk supo
que se acababan de abrir la puertas del Averno.
— ¡¿SE
PUEDE SABER QUÉ DEMONIOS TE PASÓ?! — Se acercó a ellos a la carrera, mientras
los demás observaban desde posiciones más retrasadas y esperaban las respuestas
a ese estado.
— Fuimos a
cenar a un restaurante, donde nos encontramos con Mir y algunos más. Ellos dos
decidieron salir a tomar el aire un rato, porque dentro estaba demasiado
cargado. Ninguno de nosotros nos dimos cuenta de que llevaban demasiado tiempo
ausentes, hasta que me dio por mirar alrededor. Así que salí y me los encontré
a los dos con estas pintas. Pedí ayuda. A Mir se lo llevaron enseguida pero
Heechul no quiso ir a un hospital, sino que lo trajese de inmediato a casa, así
que obedecí. — Ya estaba, la mentira había sido lanzada y Hong Ki esperaba que
diese resultado y todos quedasen convencidos.
—
¿Pudisteis ver a quienes os golpearon? — Leeteuk no paraba de mirarlo. Estaba
muy preocupado pero también quería todas las respuestas para tomar las medidas
oportunas.
— No, iban
cubiertos de arriba abajo, por lo que nos será imposible identificarlos. —
Esperaba que se lo creyese, porque como supiese que era el responsable de todo,
le propinaría otra paliza.
— Nos vamos
ahora mismo al hospital y no admito una negativa. Puedes tener lesiones
internas y con eso no se juega. Siéntalo en esa silla mientras llamo al
manager. — Hong Ki lo llevó hasta donde le dijo y lo sentó con cuidado pero no
pudo evitar que emitiese un gemido de dolor. El resto de miembros se fueron a
vestir porque desde luego, no pensaban quedarse allí esperando noticias. Al
cabo de unos minutos, ellos también fueron al hospital.
Inma se paseaba por casa impaciente, ya lo había recogido y
limpiado todo. Ahora sólo rogaba en silencio, que el teléfono sonase pronto
dándole buenas noticias. Cuando estaba a punto de ponerse a gritar de
frustración, el teléfono empezó a sonar y lo cogió enseguida. Vio en el
identificador su foto con Mir y sonrió de alivio pero enseguida se puso seria
porque no sabía lo que le podían decir.
— ¿Joon?
¿Cómo está Chul Yong? — La ansiedad que sentía se transmitía en el tono de su
voz
—
Tranquila, está bien. Tiene las costillas bastante magulladas pero por suerte
ninguna está rota. Tampoco sufre daños cerebrales, sólo una leve conmoción
cerebral, por lo que lo tendrán en observación toda la noche. Por lo demás está
bien, así que puedes estar tranquila. — Sonaba serio y algo distante, lo que la
puso en guardia, creyendo que pasaba algo más.
— ¿Pasa
algo malo? ¿Algo que no me quieras decir? Lo noto en tu voz, así que por favor,
si me estás ocultando algo sobre el estado de Chul Yong, dímelo ahora mismo
porque no me quedaré tranquila. — Había dejado de lado la preocupación y el
enfado empezaba a adueñarse de ella. — No soy ninguna debilucha para que me
oculten cosas.
—
Tranquila, no te estoy ocultando nada sobre Chul Yong. Es que los demás están
aquí en el hospital y estamos tratando de pensar en cómo se lo diremos al jefe
y cómo podremos ocultarlo de la prensa sin que se arme un buen escándalo.
Además, ten en cuenta que está el trabajo del nuevo álbum. El MV se tiene que
empezar a grabar pasado mañana pero con esta situación será imposible y los
rumores no tardarán en saltar. — Ahora su voz sonaba cansada y se notaba su
preocupación por todo lo que se les venía encima.
— Lo
siento. Sólo espero que todo se solucione sin problemas y que no haya
escándalos de por medio. Si necesitáis algo, avisadme y por favor, mantenme
informada de cómo evoluciona y de cuándo lo mandan a casa ¿de acuerdo? — Ahora
su voz era suave e intentando transmitir ánimos.
— Muchas
gracias, de verdad, pero ahora será mejor que te vayas a descansar. En pocas horas
te tocará madrugar y necesitas energías. No te preocupes por él, me quedaré
esta noche aquí y en cuanto tenga noticias, te avisaré ¿de acuerdo?
— De
acuerdo. Procurad también descansar algo, ya que vosotros tenéis mucho trabajo
por delante. Buenas noches. — Al otro lado se escuchó la despedida y colgó.
Algo más aliviada, se fue a la cama pero pasó una noche intranquila. Al
levantarse, estaba aún más cansada, por lo que decidió darse una ducha para ver
si se relajaba algo. En cuanto estuvo
lista emprendió camino a la universidad, esperando ansiosa que hubiese noticias
de Mir. A mediodía, mientras estaba en el despacho en horas de tutoría, sonó el
teléfono por fin y vio que era Joon.
— Buenos
días Joon ¿qué noticias hay? ¿Chul Yong ya se despertó? — Estaba ansiosa y
desde luego no estaba por la labor de ocultarlo.
— Buenos
días. Pues sí, nuestro bello durmiente ya despertó. Bueno, lo de bello
dejémoslo para otra ocasión, porque en estos momentos su cara está horrible. Le
preguntamos si recordaba algo y nos dijo que no. En cuanto a las pruebas
médicas salieron todas bien y el médico dice que a veces se dan en estos casos,
amnesias de esos momentos pero que con el tiempo puede recuperar la memoria. —
Se le notaba aliviado y feliz por las buenas noticias. Toda la tensión de la
noche anterior había desaparecido.
— Me alegro
muchísimo, de verdad ¿cuándo le dan el alta?
— El médico
dice que si sigue todo así mañana podrá irse a casa.
— Entonces
eso son geniales noticias. ¿Y tú pudiste descansar algo?
— Sí, algo
pude dormir, ahora vendrá Seungho a relevarme y me iré a casa a dormir en
condiciones ¿y tú pudiste dormir bien? — Su voz era amable y se le notaba
preocupado
— Pasé una
mala noche, pero bueno, con semejante susto, cualquiera hubiese dormido mal. Saluda
a Chul Yong de mi parte y dile que espero verlo pronto otra vez ¿de acuerdo? —
Se moría de ganas por hablar con él, pero supuso que Joon quería que descansase
lo máximo posible.
— De
acuerdo y tú ten un buen día, que ya puedes respirar tranquila, así que no te
agobies ¿vale? — Le contestó afirmativamente y se despidieron, prometiéndole
que la tendría al tanto.
Ese día
comió sola, ya que Jo Wook había quedado para comer con su novia recién
llegada. Mientras comía y en los espacios entre cada clase no paró de
preguntarse quién podría haberle hecho aquello a Mir, sin encontrar respuestas
a sus preguntas.
Mientras,
en otro hospital de Seúl, Leeteuk estaba acompañando a Heechul mientras
esperaban a que les trajesen los papeles del alta, ya que cómo no, él se haría
cargo de todo.
La noche
anterior sufrió la misma conmoción que el resto al verlo aparecer en aquel
estado, pero se había ido fijando en detalles entre él y Hong Ki que le
indicaban que en la historia que les había contado el último, no cuadraba con
lo que había pasado en realidad. Además, sabía de sobra que aquellos dos eran
uña y carne y que si uno de ellos faltaba del lugar en el que estaban, el otro
enseguida se daría cuenta e iría en su búsqueda.
Al llegar a
casa, Leeteuk acompañó a Heechul al dormitorio y en cuanto se recostó en la
cama empezó el interrogatorio.
— Será
mejor para todos que me digas ahora mismo la verdad de lo que pasó anoche. —
Levantó la mano para callarlo, cuando éste ya se disponía a protestar— puedes
engañar al resto pero a mí no ¿acaso te crees que no me di cuenta de la
comunicación muda que hubo entre vosotros? Decidí dejarlo pasar para no armar
más jaleo, pero quiero que me digas de inmediato, qué fue lo que pasó en
realidad. Porque escúchame bien, si por casualidad alguien vio tu pelea anoche
y la grabó, puede armarse un escándalo de dimensiones ciclópeas y tenemos que
estar preparados. No quiero que el grupo se vea nuevamente envuelto en un
escándalo. Ya no eres un adolescente ¿te crees que la sociedad coreana lo
dejará pasar así como así? ¿Porque somos Super Junior? Pues despierta, ahora
somos los sunbaes y ejemplo para los demás y por mucho que lo odiemos, tenemos
que apoquinar con lo que nos toca. — Se quedó en silencio, apoyado contra la
puerta y los brazos cruzados y mirándolo de manera fija mientras esperaba su
contestación.
— Demonios,
eres igual que una madre— su voz y gesto hastiado no logró que Leeteuk moviese
un solo músculo. Se prolongó el silencio durante un momento, hasta que
finalmente suspiró derrotado, le miró fijamente y le contó toda la historia.
Poco a poco, fue abandonando su postura relajada y poniéndose tenso como la
cuerda de un violín. Cuando acabó, se acercó a él, lo agarró por la pechera del
jersey y lo acercó hasta él, sin hacer caso de sus gestos de dolor.
— ¡DESDE
LUEGO ERES IMBÉCIL PERDIDO! ¿CÓMO SE TE PUDO OCURRIR HACER ESO? ¿POR QUÉ TE
PONES ASÍ AL VERLA CON OTRO?— Cerró los ojos y respiró hondo para calmarse—
Admite de una vez que sientes algo fuerte por ella, que es especial. Desde que
la conociste estás raro y te portas como jamás lo habías hecho, lo que no es
precisamente un halago. ¿Tanto te enfurece verla con Mir? ¿Es que acaso sabes
la relación que hay entre ellos? — Su mirada enfurecida, así como su tono, lo
estaban amedrentando. Lo soltó con un empujón sobre la cama, donde él se agarró
las costillas con un gesto de dolor.
— ¿Me bastó
ver que la besó para saber que están liados? — Su mirada y tono resentido le
decían que lo dejase en paz.
— ¿Ah sí?
¿Y cómo la besó? — No se dio cuenta de su voz fría y controlada porque estaba
enfurecido por tanto interrogatorio en
los últimos tiempos.
— En la
mejilla ¿quieres más pruebas?
— ¿En la
mejilla? ERES REALMENTE ESTÚPIDO. — Volvió a respirar hondo. Aquel tema era
demasiado importante. — Por si no te diste cuenta, es una mujer occidental y
entre ellos, saludarse o despedirse con un beso en la mejilla es lo más normal
del mundo ¿es que no te paraste a pensarlo? — Lo acababa de pillar en un
renuncio y se sintió satisfecho, pero debía de saber que Heechul nunca daba su
brazo a torcer de manera tan fácil.
— Puede que
sólo fuese para despistar por si alguien los veía ¿y qué me dices de la foto de
su móvil? Ahí sí que aparecían muy acaramelados— Su despecho era más que
evidente pero Leeteuk sólo sonrió de forma sardónica, ya que por fin iba a
jugar la carta ganadora.
— Ah, sí,
la famosa foto del móvil— Ese tono suave le hizo entrecerrar los ojos,
sospechando que su hyung sabía algo más sobre ella. —Dime, el día que la fuimos
a ver ¿te pudiste fijar en los detalles de la foto? — Su tono paternalista le
erizó la piel, porque sabía que no se avecinaba nada bueno.
— ¿Qué
quieres decir? Claro que me fijé, estaban los dos juntos y él la abrazaba por
los hombros ¿necesitas más pruebas? ¿Estás ciego?
— No, el
único ciego aquí eres tú por lo que veo. Después de que lanzases el móvil, lo
cogí yo y observé la foto. Si te hubieses fijado bien, habrías visto que ella
tenía los ojos hinchados y enrojecidos de llorar mucho ¿no te diste cuenta de
eso? ¿Ni de la ropa que llevaba? — Estaba disfrutando mucho, porque veía cómo
iba reaccionando ante esas revelaciones.
— ¿Llorar? —
Se lo quedó mirando fijo esperando más explicaciones.
— Por lo
que me contó Jo Wook, el día que os conocisteis, ella salió llorando del
despacho ¿no recuerdas ese día? ¿Ni la ropa que ella llevaba? Lo más probable
es que Mir por alguna casualidad, estuviese en el mismo sitio, la viese hecha
polvo por tu culpa y la tratase de animar, haciéndose de paso amigos. Dime ¿es
que no recuerdas nada de aquel día? — Acababa de ver cómo Heechul se quedó
lívido ante aquello. Vio cómo de repente se puso a recordar y le describió la
ropa y cómo iba peinada— Pues eso, maldito imbécil, es la ropa y el peinado que
lleva en la foto que tiene con él en su móvil. Además, piensa otra cosa, que
ella al ser extranjera le esté enseñando su idioma, así que tienen un motivo
para encontrarse en su casa.
Heechul se
levantó y con los ojos abiertos se puso a caminar arriba y abajo por la
habitación. No podía ser, no, su hyung tenía que estar equivocado, las cosas no
podían ser así como decía, pero su conciencia le estaba diciendo que era así
como habían sido. De repente se paró, se mesó los cabellos y gritó, cayendo de
rodillas.
— Creo que
vas a tener que presentar unas cuantas disculpas y muy sinceras, sobre todo a
dos personas. Ah y otro aviso, deja de ser un maldito cobarde, te gusta de
verdad, así que vete a por ella, porque con todo lo que haces, sólo consigues
empujarla a los brazos de Mir y puedes estar perdiendo la gran oportunidad de
tu vida para ser feliz. — Y con una mirada de advertencia lo dejó en la
habitación. Al llegar al salón, se tiró en el sofá y suspiró cansado. Se
preguntaba hasta cuándo tendría que estar arreglando los problemas de los demás
para poder centrarse en encontrar su propia felicidad.
Pasaron un
par de días, en los que Mir llamaba dos veces al día para decirle cómo iba y
para animarla, diciéndole que en cuanto pudiese, volverían a sus clases, pero
ella siempre le decía que lo primero era que se recuperase y luego atendiese el
trabajo del nuevo disco, que era lo que más prisa corría. También le decía
cuántas ganas tenía de verla, pero que por desgracia no lo dejaban salir de
casa hasta que desapareciesen los hematomas y las heridas. Rain se había
enterado de toda la movida y había armado un buen escándalo, sobre todo porque
se vio frustrado al ver que Mir no recordaba nada. Inma lo animó y le dijo que
pasase de lo que le dijese, lo que le hacía reír.
Mientras,
Heechul buscaba la manera de disculparse en condiciones, pero no la encontraba
y tampoco tenía permitido salir de casa hasta recuperarse.
Además,
para añadir más leña al fuego, la noticia de que los trabajos de ambos grupos
se retrasaban, hizo que empezasen a correr ríos de tinta y que el amarillismo
tanto de la prensa escrita como de los programas de televisión, empezasen a
hacer elucubraciones sin base ninguna, dando como ciertas, mentiras sobre
ellos. Tanto la SM como JTune, emitieron comunicados en los que se decía que
sus componentes estaban enfermos, que no se sabía de momento la causa y que el
tiempo de reposo era indefinido, solicitando de paso, respeto para ambos
artistas y que si se seguían difundiendo noticias falsas, tomarían medidas
legales contra quien fuese, haciendo que las aguas volviesen rápido a su cauce.
Inma
respiró tranquila al ver que nada sobre la paliza salía a la luz, no sólo por
Mir, sino también por ella, porque las cosas se podían poner muy difíciles. Lo
que no se esperaba, es que una semana después del incidente, recibiese la
visita de alguien al que no esperaba volver a ver.
— Adelante—
Estaba en su despacho corrigiendo exámenes y no levantó la cabeza cuando
alguien entró en su despacho. Pensó que sería un estudiante, pero cuando
escuchó la voz, se puso lívida y levantó la cabeza rápidamente.
— Buenos
días. Espero no estar interrumpiendo nada importante— Se había quitado el
gorro, la bufanda y las gafas y la miraba con esa sonrisa encantadora que
derretía a cualquiera.
— No…no,
sólo estaba corrigiendo exámenes. Pasa y siéntate por favor, — Se levantó para
hacerle entrar y señalar la silla para que se sentase. Él se lo agradeció con
un gesto de la cabeza y se sentó. Ella recogió los exámenes y se sentó también,
presa de los nervios— ¿Qué te trae por aquí? ¿Quieres tomar algo?
— No, no
hace falta, muchas gracias. Supongo que ahora mismo te estarás preguntando por
qué estoy aquí. — Esta vez su sonrisa, su mirada y su tono eran para
tranquilizarla.
— Sí, la
verdad es que no me lo esperaba. Eres una de las últimas personas a las que
esperaba ver aparecer. — Ella estaba tratando de darle una tono divertido a la
situación pero estaba visto que él quería hablar de algo serio— Dime ¿qué pasa?
— Verás,
hay una pregunta que me gustaría hacerte, porque tengo mis sospechas pero
quiero confirmar si es cierto. — La miró de manera fijo, guardando silencio un
momento, evaluándola— ¿podrías decirme qué pasó el día que Heechul y tú os
conocisteis? No es por simple cotilleo. Como te dije, me gustaría confirmar
algo.
— ¿Qué es
lo que quieres confirmar? — Se había puesto a la defensiva, estaba seria y
percibió que hablar de aquello, no le iba a ser fácil a Leeteuk.
— Es sobre
tu foto con Mir, la que tienes en el móvil y que aparece como identificador
cuando él te llama.
— ¿Por qué?
¿Es que vas a ir corriendo a Heechul a contarle lo que averigües? — Se estaba
enfadando ¿quién se creía que era para pedirle explicaciones sobre lo que hacía
o dejaba de hacer con su vida?
—
Tranquila, no es eso. Además, ya le conté cómo creo que fueron las cosas en
realidad— Su sonrisa ufana la dejó descolocada
— ¿Cómo
dices?
— Cuéntame
cómo fue y luego te lo explico— su tono y sonrisa suave no la convenció, pero
sentía curiosidad por lo que le había contado a Heechul. Respiró hondo y le
contó todo lo que pasó con Heechul y luego con Mir y diciéndole que era su
profesora de español pero que también se habían hecho muy buenos amigos. Él se
rió y le contó sus suposiciones, que habían sido confirmadas por Heechul, sobre
cómo iba vestida y peinada ese día. Ella no salía de su asombro, pero aún le
quedaba algunas cosas más que la dejarían hecha un enredo de sentimientos. —
Ahora está tratando de encontrar la manera de disculparse tanto contigo como
con Mir y no…—Se vio interrumpido por ella cuando levantó la mano para que
parase.
— ¿Con Mir?
¿Por qué con él? — Las sospechas empezaron a tomar forma en su cabeza pero no
se lo podía creer.
— El que
pegó a Mir aquella noche fue Heechul. — Ahora su tono era cansado y ella no
pudo evitar ponerse en pie de un salto y mirarlo azorada. Él se levantó y fue
hacia ella y apoyando las manos en sus hombros la sentó. Vio cómo ella pensaba
rápidamente tratando de encontrar la respuesta a aquello. Él cogió su silla y
la acercó a ella. Le cogió las manos y atrayendo su atención prosiguió con la
explicación. — Esa noche, vio cómo os despidáis. Había salido con Hong Ki por
ahí para despejarse del trabajo y de vuelta, pasó por donde vives y al ver esa
escena, enloqueció de celos y se fue a por él. Hong Ki trató de separarlos pero
no pudo. Así que esperó a que se agotasen para poder meterse por medio y hacer
que acabase. Se lo quiso llevar con ellos, pero él no quiso. Dijo que llamaría
a su representante y que lo cogería allí pero según supe por Hong Ki, se
desmayó y lo subiste a tu casa donde lo atendiste hasta que Joon y un médico
llegaron.
— ¿Có…cómo
sabes eso? — Su voz frágil y su estupefacción le advirtieron que estaba al
límite y que debía de tener cuidado.
— Hong Ki
llamó a Mir para saber cómo estaba, pero fue Joon quien contestó, enterándose
de toda la verdad. Poco faltó para que fuese a por Heechul para darle una
paliza pero Mir consiguió tranquilizarlo. Estuvimos hablando y esperamos que
Heechul se disculpe pronto por lo que hizo. — Se quedó en silencio esperando su
reacción.
— ¿Heechul
loco de celos? Ja, no me hagas reír. Después de la manera en que me trató no me
lo puedo creer. Debe de haber otro motivo, pero sea el que sea no le sirve de
disculpa para lo que le hizo a Chul Yong. — Estaba enfadada, se soltó de sus
manos y se tragó las lágrimas.
— Créeme,
es la verdad. Desde que te conoció está muy diferente, no se centra en nada,
cada vez que ve a Mir en la televisión o sale alguna noticia sobre el grupo se
enfurece. Siempre estás en su mente. Jamás recuerda cómo va vestida ninguna
mujer pero contigo recordó hasta el más mínimo detalle. Cuando le dije lo que
pasó ese día y que tú me confirmaste, se quedó deshecho y desde entonces, como
no puede salir, anda como alma en pena. Además ¿no recibiste hace un tiempo un
paquete sin remitente?
— Sí,
¿cómo…? ¿No me digas…? — Aquello no podía ser, eso la hizo esbozar una sonrisa
torcida.
— El primer
todo de Goong. Fue él quien te lo envió. El otro día descubrí la caja con el
resto de la colección debajo de la cama y lo volví a someter al tercer grado,
hasta descubrir lo que trataba de hacer. Eso no me gustó nada y le dije que
estaba actuando como una ssassaeng, algo que todos odiamos. Le dije que fuese
valiente y que te los regalase en persona, pero sigue sin atreverse, porque
antes tiene que disculparse y no sabe cómo, ni si lo perdonarás. Puedes decir
que el miedo hizo presa en él. — Se quedó en silencio y vio cómo ella lo miraba
de manera fija, tratando de discernir si era verdad o mentira, pero todo era
demasiado descabellado para ser una mentira. Se levantó y él con ella. Se hizo
a un lado y dejó que se pasease de un lado a otro aceptando todas aquellas
revelaciones.
— Necesito
estar sola, por favor ¿puedes marcharte? — Estaba al borde de su resistencia y
le señaló la puerta.
— Sí,
claro. No voy a pedir perdón por haberte dicho todo. Considero, que como parte
implicada en todo esto, tienes derecho a saber la verdad. Por cierto, me
gustaría saber si estás bien después ¿podrías darme tu número? — Estaba
demasiado confusa y su maldita sonrisa la dejaba más tonta aún, así que se lo
dio y él, el suyo, se despidió y se fue, dejándola sola y pensando en todo
aquello.
Esa tarde,
en cuanto llegó a casa, lo primero que hizo fue llamar a Mir por teléfono.
Quería hablar con él después de que haberse enterado de todo, pero mejor en un
sitio donde pudiese estar tranquila y nadie la escuchase.
— Hola
noona ¿qué tal tu día? — Estaba contento por poder hablar con ella. Desde que
no la veía, se sentía como un tigre enjaulado, pero escuchar su voz conseguía
aliviarlo un poco.
— ¿Por qué
no me dijiste que el que te pegó fue Heechul? — Estaba furiosa pero también
triste por su falta de confianza— ¿Es que no confías en mí? ¿Tan débil me
crees? — Estaba levantando la voz y no quería pero se sentía frustrada porque
la dejasen al margen de todo.
— ¿Cómo te
enteraste? — Su voz se había vuelto seria y fría. Estaba furioso porque se
hubiese enterado— Confío en ti pero no quería que te apenases más, no quería
que sufrieses más preocupaciones de las que tienes. Espera, esto es mejor
hablarlo cara a cara. Me cambio y voy para allá.
— Tonto, no
te dejarán salir de casa. Todavía no estás repuesto ¿qué sucederá si te ven?
Les costó mucho pararlo todo antes de que fuese a más y se descubriese la
verdad, así que más te vale quedarte en casa y que hablemos esto por teléfono.
Así que no me distraigas y contéstame. — Sus emociones eran un caos y no era
capaz de aclararse.
— Maldita
sea. No podemos hablar esto por teléfono, tenemos que hablarlo en persona,
quiero aclararlo cara a cara. — Se había levantado y caminaba por la habitación
presa de la impotencia.
— Quédate
en casa hasta que te mejores. Ahora aclárame de una vez qué fue lo que pasó con
Heechul. — Su tono duro no daba lugar a más discusiones. Escuchó un suspiró de
derrota al otro lado y tras un momento, se lo dijo.
— Dijo que
no iba a permitir que me quedase contigo. — Su voz sonaba cansada y se notaba
también rabia. Así que ella enseguida se apresuró a calmarlo.
— Es idiota
perdido. No le pertenezco a nadie y desde luego, no sé cómo dijo eso después
del guantazo que le pegué y cómo lo puse a caer de un burro. Es de imbéciles
hacer eso. Seguro que iba borracho y que a lo mejor fue por otra chica que
ambos conocéis. — No quería creerse aquello, pero Leeteuk se lo había dicho y
ahora era Mir el que se lo volvía a decir. Era demasiado irreal.
— No fue
por ninguna otra, fue por ti, eso te lo puedo asegurar. — Su voz se había
vuelto dura y estaba furioso.
— Chul
Yong, cálmate, eso no te hace ningún bien en tu recuperación. Mejor cambiemos
de tema ¿de acuerdo? ¿Qué te parece si cuando vuelvas para las clases te
preparo una rica cena española? —Quería que olvidase todo eso y animarlo. Hacer
que las cosas entre ellos volviesen a la normalidad.
— Noona,
sabes cómo conseguirme — se rió y prosiguió— está bien, en cuanto esté para
salir te aviso y volvemos a la normalidad pero el postre recuerda que lo pongo
yo ¿arassó? — Ahora estaba más animado, porque la perspectiva de volver a verla
lo ilusionaba demasiado. Llevaba demasiados días sin ella y eso era algo que ya
no soportaba. Siguieron hablando un buen rato. Sus conversaciones eran cada vez
más largas. Al final se despidieron y quedaron en volver a hablar al día
siguiente.