Por @Ari2PMAM
Capítulo 2
— ¿Eres
Bang Chul Yong? ¿Mir de MBLAQ? — No se lo podía creer, allí, frente a
ella, vistiendo vaqueros, zapatillas de deporte y una sudadera negra con
capucha, se encontraba otro de los idols que más le gustaban y le estaba
sonriendo amigablemente. Se enderezó en el banco y le ofreció asiento con un
gesto de la mano, por lo que él se sentó de lado en el banco y la miró
sonriendo esperando a que ella se recuperase.
— Sí, soy
el mismo que dices— se quedó callado esperando a que ella lo bombardease a
preguntas, de esa manera conseguiría que se distrajese de lo que le había
pasado.
— Encantada
de conocerte. Me llamo Inma y soy una gran fan de MBLAQ. — Poco a poco se
recuperaba del impacto de verlo y tenerlo a su lado y forzaba a su cerebro a
trabajar a marcha forzadas para recuperar la compostura.
— Eso me
pareció en cuanto te me quedaste mirando estupefacta y con esa mirada de
reconocimiento. — De nuevo aquella sonrisa que la empezaba a afectar demasiado
pero no podía dejar que sus hormonas tomasen control de su persona. Quizá
aquella fuese una ocasión única que no se repitiese, así que decidió que al
menos, el encuentro con Mir saldría perfecto para compensar su choque con
Heechul. — ¿Qué haces aquí?
— Suelo venir
a menudo a este parque, sobre todo a esta zona, donde no suele haber gente. Aquí
puedo estar a solas y desconectar. Además, está cerca de nuestro piso.
— ¿Vives
cerca de aquí y vienes a menudo? — No se lo podía creer, con la de veces que
iba a esa zona y nunca se lo había encontrado. — Yo vengo también muy a menudo.
Esta zona es todo un remanso de paz en este caos de ciudad y así puedo
desconectar de todo.
— Lo más
probable, es que cuando uno se iba, el otro estuviese llegando y de esa manera
no nos pudimos encontrar hasta ahora.
— ¿No
tienes miedo de que algún grupo de sassaengs te siga y te acorrale aquí donde
nunca suele haber nadie?
— Veo que
estás informada sobre ese tipo de seres. — En su voz había hastío y desprecio
— Las
occidentales a las que nos gusta el Kpop estamos bastante puestas en diversos
temas. Ese es sólo uno de ellos.
— Suelo
venir por la noche o a primera hora de la mañana, aunque odio madrugar, pero
son los únicos momentos en los que puedo estar tranquilo y tener algo de tiempo
para mí sólo.
La mención
a su aversión a madrugar la hizo esbozar una sonrisa que a él le gustó mucho y
sonrió a su vez.
— ¿Qué dije
que te hizo sonreír?
— Que no te
gusta madrugar. Eso me hizo recordar unos vídeos que vi en los que era tremendo
lograr que te despertases y levantases. Eso demuestra que vas madurando. — No
pudo evitar tomarle el pelo al decir esto último con fingida seriedad y
aguantando la sonrisa.
— Auch, eso
dolió — y se llevó la mano al corazón en un gesto teatral— Recuerda que ya
tengo veinticinco años y que no soy aquel niño que todas conocisteis— Lo dijo
de manera seria y mirándola de manera intensa, lo que la hizo sentir incómoda y
sonrojarse.
— Sí, lo
sé, todas nos dimos cuenta del cambio que fuiste sufriendo. — Pensó que había
metido la pata y ahora estaba incómoda estando a su lado, se dio cuenta de que
no podía tratarlo como a un niño, a pesar de que a veces su comportamiento
fuese el de uno. Era un hombre con un cuarto de siglo de vida a sus espaldas y
en la vida privada, un completo desconocido para ella. Antes de que pudiese
seguir elucubrando, Mir entró al ataque.
— ¿Por qué
estás en Seúl? — Tanto su expresión como su voz delataban verdadera curiosidad.
— Soy
profesora de español en una de las universidades. Llevo aquí varios meses y a
pesar de que al principio me costó acostumbrarme a todo, ahora lo llevo mejor.
— Vaya,
profesora de español. Me gusta ese idioma, aunque todavía no tuve tiempo de
ponerme a estudiarlo, sin tener en cuenta que suelo ser bastante malo con los
idiomas. — La mención de su debilidad en ese aspecto le hizo poner un gesto
contrariado— Supongo que os habréis dado cuenta de que en varias de nuestras
canciones hay guitarra española y alguna que otra palabra en español— aquello
lo dijo de manera burlona para hacerla sonreír.
— Por
supuesto, a ninguna se nos pasó y es algo que nos encanta— De nuevo volvía a
sentirse cómoda, ya que él estaba siendo simpático y amable y en cierto modo,
con eso de las canciones, trataba de bromear para sacarle una sonrisa,
lográndolo con gran facilidad.
— Dime ¿me
darías clases particulares de español? — Estaba serio y la miraba con
intensidad, dejándole muy claro que no era una broma.
— ¿Qu…
quieres que te dé clases de español? — Volvía a estar estupefacta. Aquello era
surrealista. Estaba, en un parque, en una zona solitaria, hablando con Mir, de
MBLAQ como si tal cosa y ahora le soltaba que le diese clases de español. Lo
vio asentir con la cabeza y seguir mirándola esperando su respuesta.
— Sí,
claro, eres profesora en una de las universidades de aquí, no te estás
comportando como una fan enloquecida y me siento cómodo contigo ¿qué más puedo
pedir? — Lo planteaba todo de manera muy sencilla pero a ella estaba empezando
a darle vueltas la cabeza ante esa idea.
O él era
muy tonto o ella muy buena escondiendo los efectos que le causaba tenerlo a su
lado.
— No te
paraste a pensar en que no tenemos un lugar adecuado para dar las clases. Por
si lo olvidas, eres famoso y llamarás la atención allá donde vayas ¿crees que
será tan sencillo? — Ella estaba viendo la situación desde un punto de vista
real, pero él siguió sin reaccionar ante todo lo que ella le había dicho. La
miró como si ella no pudiese ver la facilidad de lo que le decía,
— Sí,
tenemos un sitio, tu casa— y no dijo más esperando su explosión. Aquello estaba
siendo muy divertido y no pudo evitar sonreír cuando vio la cara que se le
quedó a ella.
— ¡¿MI
CASA?! ¡¿ESTÁS LOCO?! — No salía de su asombro. Debía de estar tomándole el
pelo. Sí, eso era, le estaba gastando una broma de mal gusto.
—
Tranquila. Piensa un momento ¿vale? — Se puso serio al ver que ella estaba
pensando que le estaba jugando una mala pasada— Mira, es más fácil de lo que
crees y es imposible que nos pillen y se arme un buen jaleo en caso de ser
descubiertos. Además, si eso pasase, en cuanto dijese que eres mi profesora
particular de español estaría todo arreglado.
Ahora
escúchame con atención. Tengo ensayos y grabaciones todos los días, sin hora
fija de fin, así que podríamos quedar siempre que no acabase muy tarde, lo que
quiere decir, que por el ritmo de trabajo que llevamos, no sería todos los
días. Tres o cuatro días a la semana sería lo que podríamos quedar y no todas
las semanas los mismos días. Además, sería siempre al final del día y vendría
disfrazado ¿qué problema puede haber? ¿No ves que es imposible que falle lo que
te propongo? — Se calló y la miró con intensidad, tratando de que lo que le
decía lograse convencerla.
Ella no
pudo seguir sentada y se levantó, paseando arriba y abajo, procesando lo que él
le había dicho. Vivía en un bloque de pisos y nadie sabría a qué piso iría él,
por lo que ella estaría a salvo y con el trabajo que tenían todos los idols,
estaba claro que las cosas serían como él decía. No habría ni días ni horas
fijas, así que por ese lado tampoco habría problemas o eso creía, porque
siempre estaba el paparazzi de turno para estropearlo todo.
— ¿No
pensaste en los paparazzi? — Estaba de pie y lo miraba con seriedad.
Él rezongó
para sí y pensó que aquella mujer pensaba en todo y que nunca se le escapaba
nada. A este paso estarían allí hasta la medianoche para lograr que ella
accediese a su plan.
— Y tú te
olvidas de que Seúl es una gran ciudad y que hay miles de calles en las que uno
se puede perder. Además, siempre vigilo todo a mi alrededor y antes de salir hago
movimientos de prueba por si acaso. Otra cosa ¿viste alguna noticia sobre mí en
la prensa sensacionalista en los meses que llevas aquí? — La tenía atrapada, no
se podía negar ahora que le había cortado la última escapatoria.
La reacción
de ella fue desconcertada, lo que hizo que él esbozase una pequeña sonrisa.
— No, la
verdad es que no vi nada.
Él se
levantó y se puso a su lado — ¿Entonces accedes a ser mi profesora particular
de español? — Su mirada, entre entusiasmada y seductora terminó de vencer los
últimos reparos y no pudo evitar devolverle la sonrisa.
— Está
bien, seré tu profesora de español.
Él emitió
un grito de júbilo y levantó los brazos en señal de victoria, mirándola con una
sonrisa esplendorosa que hizo que ella se echase a reír ante su entusiasmo.
Su risa lo
dejó descolocado, haciendo que su corazón se saltase un latido. No lo pudo
evitar y la cogió en sus brazos, levantándola y dándole una vuelta para dejarla
otra vez en su sitio. Inma no pudo evitar emitir un pequeño grito de sorpresa
ante aquel gesto y se agarró a sus poderosos hombros.
— Lo
siento, pero es que me hizo tan feliz que no lo pude evitar. — Estaba algo
avergonzado. Nunca hacía aquellas cosas pero ella lograba que todos sus
esquemas de comportamiento se rompiesen.
— Tranquilo,
no pasa nada— Estaba avergonzada pero excitada al mismo tiempo. Sentir sus
manos hizo que todo su cuerpo recibiese una poderosa descarga eléctrica que
puso todas sus terminaciones nerviosas en alerta máxima. — Pero recuerda que a
partir de ahora seré tu profesora, así que tienes que respetarme y no puedes
tener semejantes reacciones. Además, soy mayor que tú. — Le pesaba decirle
aquello, porque en realidad le encantaba su manera extrovertida de ser.
— ¿Entonces
puedo llamarte noona? — Había acercado su cara a la de ella, mirándola de una
manera destinada a conquistarla y hacerle ceder a su petición.
— No, no
hagas eso— Lo señaló con un dedo, mientras luchaba contra el sonrojo— No puedes
hacer eso — estaba aguantando las ganas de sonreír y trataba de sonar seria y
firme. Aquel chico era capaz de hacer que hasta una monja de clausura
renunciase a sus votos si le sonreía de aquella manera y le ponía aquella
mirada de pícaro seductor.
— ¿Hacer
qué? — Sabía de sobra a lo que se refería, porque siempre le daba resultado con
cualquier mujer a la que se las dedicase.
— Lo sabes
de sobra— Reunió los restos de sus fuerzas y consiguió ponerse seria— Si crees
que esa mirada de pícaro seductor y esa sonrisa conseguirán que acceda a tu
petición, vas por mal camino. — Por mal camino iba ella, porque esa sonrisa y
esa mirada estaban haciendo estragos en ella.
— ¿No da
resultado? — Adoptó una expresión pensativa, mientras se llevaba una mano a la
barbilla y sostenía ese brazo con el otro. — Qué raro, siempre da resultado.
Veo que tendré que adoptar otras medidas contigo. Eres un hueso duro de roer—
le dijo acusándola con un dedo.
— ¿Otras
medidas? — Lo miró burlona — Lo que tenemos que hacer ahora es terminar de
aclarar lo de las clases, en vez de seguir aquí discutiendo tonterías — Se puso
en jarras y lo miró con seriedad.
Mir
suspiró, agachó la cabeza y de momento se dio por vencido. Ya lo intentaría más
adelante y seguro que lo lograría.
— Está
bien, ¿cómo te tengo que llamar entonces? — Rogaba en silencio que no la
hiciese llamarla profesora, se negaba a eso.
— Inma, con
mi nombre basta ¿te parece bien? — Le sonrió porque sabía que diciéndole
aquello lo acababa de pillar con la guardia baja. En Corea nadie llamaba a otra
persona sólo por el nombre y menos siendo ambos de sexo diferente. Sólo en
casos cercanos y ni siquiera entonces se llamaban por él, porque siempre
añadían alguna partícula de respeto.
Cuando vio
la cara que se le quedó, no pudo evitar reírse. Lo había pillado como quería.
— ¿De
verdad? ¿En serio puedo llamarte sólo por tu nombre? — Tenía los ojos
totalmente abiertos porque no se esperaba aquella reacción por su parte.
— Sí, ¿no
te parece bien? — Esa reacción tan incrédula la hizo sentir insegura.
— No, no es
eso, por supuesto que me parece bien— Le sonreía de oreja a oreja— Entonces
llámame Chul Yong.
— Vaya, por
tu verdadero nombre, muchas gracias. Entonces apunta mi dirección y número de
teléfono para que podamos empezar con las clases cuando quieras. — Estaba feliz. La mañana había resultado ser
desastrosa pero encontrarse con Mir, que había logrado animarla y hacerla reír,
había hecho que su día acabase siendo fantástico.
— Espera,
vamos a hacernos una foto con nuestros móviles para así, cuando llame el otro,
que su imagen aparezca en pantalla. — Le sonreía con suficiencia, mientras que
ella lo miraba azorada, pensando que ese hombre no podía tener veinticinco años
y estar dentro del mundo del entretenimiento y que fuese tan inocente.
— Vamos a
ver ¿es que no pensaste en que alguien puede cogerte el móvil y ver mi foto y
viceversa, armándose una buena? — Inma trataba de poner algo de realidad en
todo aquello.
— Ya te lo
dije, con decir que eres mi profesora de español, asunto solucionado. — y se
encogió de hombros como si no hubiese nada de lo que preocuparse.
— ¿Cuántos
alumnos conoces que lleven la foto de sus profesores en sus móviles? — Se
estaba exasperando, no entendía cómo podía estar tan ciego ante esa realidad.
— Es que
nosotros nos conocimos de una manera peculiar y además de ser profesora y
alumno, también podemos ser amigos, porque después de todo, no nos llevamos
tanta diferencia de edad y nos llamamos por el nombre ¿es que no te gustaría
que fuésemos amigos? — La miraba de manera intensa, como intentando llegar a lo
más recóndito de su alma y ella sintió cómo esa miraba la perforaba y se sintió
incómoda.
— Sí, claro
que me gustaría que fuésemos amigos. — Le sonrió y él aprovechó ese momento,
para agarrarla por el hombro, y sacarse una foto con su móvil. A ella no le dio
tiempo a reaccionar y él sonrió con satisfacción cuando vio la foto.
— Pues no
salimos nada mal, mira — y le pasó el teléfono todo ufano para mostrarle la
foto.
— Yo salgo
fatal, así que bórrala de inmediato— Inma salía mirándolo con cara de asombro y
aquello no le gustó.
— Está
bien, pues ponte, que nos sacaré una en condiciones. — La agarró por el hombro
nuevamente y los dos miraron hacia el teléfono sonriendo y esta vez, sí contó
con su aprobación, por lo que él le quitó su teléfono y le puso a ella también
la foto en su nombre para cuando la llamase. Se lo dio y luego pasó a otro tema
más mundano.
— ¿Te
parece bien que demos dos horas de clase cada día? — Mir quería poder pasar el
máximo tiempo posible con ella. Le gustaba. Aquella muestra de carácter le
había gustado y su sonrisa le parecía preciosa. Su físico no encajaba con el de
las mujeres a las que estaba acostumbrado pero le gustaba. Mucho, más de lo que
creyó en un principio. Lo mejor de todo, es que no había mucha diferencia de
altura entre ambos.
— Sí,
claro, no habrá problema. Algunos días tengo que dar clases por las tardes,
pero salgo a las seis y teniendo en cuenta vuestros horarios, no habrá problema
con las clases. — No quería marcharse pero tenía que hacerlo. Tenía trabajos
que corregir para entregar al día siguiente — Tengo que marcharme ya, tengo
trabajo pendiente y me llevará tiempo— Le sonrió con pesar y él se puso serio.
— ¿De
verdad te tienes que ir? — No quería dejarla tan pronto.
— Sí, de
verdad. — Se acercó al banco a coger su bolso que se lo puso en bandolera como
siempre. Fue a coger su maletín pero Mir se adelantó y se lo entregó con una
sonrisa pesarosa. Sus manos se rozaron un momento y de nuevo aquella descarga.
— Espero
que no te eches para atrás en lo de darme clases de español. — Su tono era
bromista pero había algo de desconfianza.
— Y yo
espero que no te eches para atrás en lo de aprender español y que perseveres.
Ya verás que es fácil. Adiós. — Levantó la mano y se fue a su casa, aunque le
hubiese gustado pasar el resto del día con él.
Mir la vio
alejarse, se metió las manos en los bolsillos, suspiró profundamente y
emprendió también el camino a su casa, pensando que su vida acababa de de
volverse mucho más interesante. Estaba deseando poder ir a su casa. Allí tendrían
más intimidad, aunque sabía que conquistarla le llevaría mucho tiempo, pero lo
lograría, de eso estaba seguro.
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ResponderEliminarDPSOJCVPSDVJPDSJDPJS
ResponderEliminarSDJVPDVSOJPVJSDPVJSD
O SEA, MIR, MIR PRECIOSO, BONITO, HERMOSO.
Qué voy a decirte, Ari, a parte del QUIERO MÁS, qué maja parece la prota (XDDDDDD) y que eso de darle clases de español a Miru-ya es como...como... como sueño que podría hacerse realidad y tal.
BONITO
PRECIOSO
DAME MÁS CAPÍTULOS LALALALALA
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Me encantó, pero me sigue quedando muy corto como el anterior, creo que estoy muy ansiosa por saber que mas sigue. Gracias por el grato momento de lectura. Solamente te pido una cosa que ojala y puedas tener en consideración, con ese tipo y tamaño de letra me estas matando porque soy muy miope te ruego que por favor hagas algo muchas gracias.
ResponderEliminarMuy bueno!!!
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