jueves, 4 de julio de 2013

[Teen Top] TO YOU: Prólogo + Capítulo 1




Aquí os traemos un nuevo fic, dedicado a Teen Top. Os dejamos el prólogo y capítulo uno de la primera parte porque... ¡sí, exacto! Este va para largo, y esperamos que lo disfrutéis :-3

Para que os hagáis una idea, a los jóvenes miembros de Teen Top les tocará participar en la nueva edición de Hello Baby con un niño y una niña muy especiales... ¡pero no estarán solos! Porque siempre pueden acudir a pedir ayuda a sus noonas...

Por @Ari2pmam y @Jeannelok

No sacar ni publicar en otro lugar sin permiso de la autora y los respectivos créditos.

TO YOU

Prólogo


No se lo creían, la última ocurrencia de sus jefes había sido que ejerciesen de padres en el programa “Hello Baby”, donde tendrían que cuidar de dos niños nada más y nada menos. 
Les costó recuperarse de eso, ya que ninguno de ellos tenía experiencia con niños, no sabían nada de ellos, nunca habían tenido que cuidar de ninguno y ahora, de buenas a primeras, se convertirían en padres.
De acuerdo, se grababa un día a la semana, pero responsabilizarse de un niño era algo muy serio y ninguno se sentía preparado.
— No puede ser, es una broma, ¿verdad? — Niel fue el primero en recuperarse de la impresión pero su miedo era más que patente.
— Las fans del grupo no han parado de pedir que hagáis ese programa y tras mucho pensarlo hemos aceptado. La grabación comenzará justo en una semana, el martes que viene.
— Pero jefe, no sabemos nada de niños, ¿cómo podremos ejercer de padres? — Chunji estaba desesperado, quería salir corriendo de allí porque sentía que se estaba asfixiando.
— Por eso lo haréis, porque no sabéis nada y seréis como unos auténticos padres primerizos que van aprendiendo sobre la marcha, lo que le dará más realismo. — La satisfacción de su jefe era patente, mientras que Chunji hundió la cabeza entre sus manos gimiendo con desesperación.
— ¿Y serán todo niños o tendremos niñas? — Ricky estaba resignado y lo aceptó porque sabía que de nada serviría protestar.
— Tendréis un niño y una niña de cinco años cada uno.
— Bien, con cinco años no creo que sean tan difíciles de manejar. — Changjo trataba de verle el lado positivo pero aquello le ganó miradas asesinas por parte de todos sus compañeros y que su jefe se riese a mandíbula batiente.
— Cuidar de un niño de cinco años es muy difícil, así que siendo dos ni os cuento, no tendréis un momento de paz. — El gemido colectivo hizo que el jefe tratase de hacerles ver la situación desde un punto de vista paternalista.— Miradlo desde el lado bueno, en el futuro cuando decidáis tener hijos ya iréis preparados, no como la inmensa mayoría de la gente, que se enfrenta a ese reto sin saber nada.
— Chicos, mejor vayámonos a casa y hagámonos a la idea mientras buscamos información sobre cómo criar a un niño de cinco años, bueno, en este caso dos. — De nuevo fue Niel el que puso la nota de realismo y el curso de acción que debían tomar. Todos asintieron mientras rezongaban, se despidieron del jefe y salieron del edificio guardando un silencio sepulcral que se mantuvo hasta que llegaron a casa y fueron corriendo, unos a los ordenadores y sus libretas para tomar notas y otros para llamar en busca de ayuda.
Tal y como supusieron, por más información que buscasen o ayuda que pidieran, todos les decían que cada niño y niña era un mundo, y que realmente hasta que no los tuvieran delante, sería imposible saber cómo debían actuar. Había pasos a seguir muy genéricos, pero claro, lo que funcionaba para unos, quizá no lo hacía para otros. 
—Pues genial, nos toca esperar y ver ante qué nos encontramos, —Niel se lanzó sobre el sofá con un refresco en la mano— ¿hacemos apuestas? Por lo poco que sé de los otros programas, seguro que alguno de los críos nos va a dar problemas... 
—Tú sueles tener buena mano con los pequeños, —C.A.P mostró sus celos por eso— pero yo nunca sé cómo dirigirme a ellos. No me sale hablarles como si fueran tontos.
—No tienes que hacerlo, hyung. —Changjo le pasó la tablet con una página de internet abierta— Por lo que dice ahí, es mejor hablarles como harías con un adulto, porque así mejorarán su vocabulario. Así que no te preocupes por eso. Mientras no se te escape ninguna palabra malsonante... 
Siguieron discutiendo sobre el tema durante dos horas aproximadamente, antes de decidir que era hora de cenar y luego irse a dormir si querían ser personas al día siguiente cuando fueran a ensayar. La verdad es que esperaban que la noticia fuera un nuevo comeback, no participar en un programa, aunque también sabían que eso sería bueno para ellos y su fama. Chunji comentó que había leído varias veces a las fans pedir que aparecieran en “Hello Baby”, así que tampoco le pillaba del todo de sorpresa. Además, debían tener en cuenta que a cada temporada el programa se hacía más famoso e internacional, así que era sin duda una buena idea participar en él. 
—Pues a mí me haría gracia llevármelos a comprar ropa...—comentó Ricky, sonriendo feliz.
—La verdad es que será una buena experiencia. — Apoyó L.Joe. Parecía que el temple de todos se calmaba y los ánimos positivos subían. — ¡Tengo mucha curiosidad! A ver qué pasa el martes. —los niños pequeños también solían llevarse bien con el más joven del grupo, así que a ninguno le extrañó esa afirmación.
—Pero de momento, acabemos de cenar y vayámonos a dormir. —zanjó C.A.P, el único que todavía no parecía del todo convencido con aquello.

Capítulo 1



Por fin había llegado el tan temido primer día de grabación del programa, cuando conocerían a los dos niños de los que se encargarían. El director apenas les había dado pistas sobre a quiénes tenían que buscar, sólo sabían que eran una niña mestiza y un niño chino cuyos padres hacía seis meses que se habían mudado a Corea por razones de trabajo. 
Aquel parque estaba lleno de niños y el agobio era patente en todos ellos.
— Vale, a ver cómo encontramos a esos dos niños entre tantos como hay aquí. — El miedo de Ricky era palpable, el pobre estaba tan pálido que los demás le miraron preocupados por miedo a que se cayese redondo.
— Bueno, pensad que los padres también estarán y que eso nos puede facilitar la tarea. — Como siempre, Niel encaró la situación con lógica y frialdad, algo por lo que lo admiraban los demás.
— Entonces empecemos la búsqueda. Ricky, Niel y yo buscaremos a la niña. Los hyungs que busquen al niño. — todos asintieron y empezaron la exploración entre aquella marabunta de niños y padres, preguntando a todos aquellos extranjeros con los que se encontraban, pero no conseguían dar con ninguno de los dos niños. 
Estaban desesperados porque llevaban un cuarto de hora buscándolos pero nada. Se detuvieron y volvieron a mirar a su alrededor, mientras entre los dos grupos se comunicaban con la mirada preguntándose si había habido suerte pero ninguno tenía buenas noticias.
Tras otros cinco minutos de observación Changjo escuchó una de sus canciones, buscó el origen de la música y vio que en la zona más alejada del parque había dos niños, una niña y un niño. Ella subida en un columpio y él lanzándose por el tobogán.
—¡Allí! —Todos se giraron al escucharlo gritar y siguieron su indicación, hasta dar con los niños. Echaron a correr hacia ellos, aunque a medida que llegaron bajaron el ritmo para no asustarlos.
— Buenos días, somos el grupo de pop Teen Top, estamos rodando el programa "Hello Baby" y tenemos que encontrar a los niños que serán nuestros hijos, ¿son ustedes los padres de esos niños? — L. Joe se había dirigido a ellos en inglés por si acaso. Todos guardaron silencio expectantes mientras contenían la respiración esperando haber acertado.
— Sí, lo somos.— El padre de la niña le acaba de contestar en perfecto coreano, lo que provocó los gritos de júbilo entre los chicos y las risas de los padres al verlos tan aliviados por haberlos encontrado.
Se presentaron a los padres de sus hijos y se sorprendieron al saber que los conocían y en el caso de los padres de la niña los seguían.
— ¿Son nuestros fans? — La sorpresa se reflejaba en los rostros de todos, aunque C.A.P fue el primero en lograr hablar.
— Nuestra hija mayor, Cristina, es fan vuestra, tiene todos vuestros discos y nosotros hemos acabado aprendiéndonos vuestras canciones y sabiendo quién es quién. — El tono resignado del hombre pero lleno de humor los hizo sonreír de oreja a oreja, mientras que Ricky se ponía rojo como un tomate.
— Perdone, pero ¿de dónde es usted? — Niel, al que le venció la curiosidad fue quien realizó la pregunta. 
— Soy español.
Fue escuchar esa palabra y lanzarse como locos a hablar de fútbol y recordar su primer concierto en España. Al final, Chunji, otra vez el más maduro de todos al menos en algunas ocasiones, fue el que puso orden.
— Chicos, creo que será mejor que conozcamos a nuestros hijos, ¿no os parece? — todos le dieron la razón algo avergonzados, por lo que los padres los llevaron con sus hijos, aunque empezaron con mal pie porque el niño nada más verlos salió corriendo. 
Se miraron consternados, porque ni siquiera les hubiera dado la oportunidad de acercarse antes de salir huyendo. El padre fue tras él mientras que la madre se quedaba con ellos.
— Lo siento, todavía no se ha adaptado a su vida aquí y suele huir de la gente, sólo se muestra tranquilo cuando está con nosotros.
— No tiene por qué disculparse, su reacción es totalmente normal. — L. Joe habló sin quitarle ojo al niño, a quien su padre traía de nuevo, cogido de la mano.
— También necesitamos conocer a nuestra hija. — Ricky rompió la tensión y se fijaron en que la niña no se había movido del columpio, se había limitado a observarlos en silencio con mucha atención.
— Hola, me llamo Chunji, ¿cómo te llamas? —Se había arrodillado ante ella y le sonreía de tal manera que era imposible que se resistiese a él.
— Me llamo Amaia y tú eres mi favorito. — Aquello le hizo abrir los ojos como platos, mientras se sonrojaba. El resto de miembros prorrumpieron en un coro risas ante la sinceridad arrolladora de la pequeña.
— Me parece que nos va a costar ganarnos el corazón de esta pequeña si Chunji ya es su favorito. — El tono divertido de Niel los hizo sonreír a todos, mientras que la niña se lanzó a los brazos de Chunji, dejándolo sentado de traste mientras la abrazaba y los demás se quejaban por ese gesto.
Chunji se puso en pie cogiéndola en brazos. Sabía en su cabeza que debía aprender a tratar con todos ellos, pero no negaría que le gustaba ser su favorito, y que al menos durante un episodio eso tenían ganado. Las cámaras los siguieron sin perderse detalle, y se preguntó cuán estúpidos quedarían en televisión en su momento de correteo por todo el parque acosando a padres a preguntas mientras los niños los observaban con curiosidad. 
Los padres del niño chino le dijeron que se llamaba Ye Ziyu pero que tenía un nombre inglés, Chris, por si les resultaba más fácil emplearlo. De todos modos, los jóvenes comentaron que sería mejor tratarlo por su nombre original, para sentirse un poco más cercanos.
El programa había preparado para ese primer episodio, que además de encontrar a los niños, hicieran juegos para averiguar cuáles eran las cosas que más les gustaban. A partir de ese momento, los padres reales ya no podrían ayudarles. Y en realidad, por Amaia no había problema, pues no se soltaba de la mano de Chunji y se mostraba radiante conversando con él sobre sus muñecas favoritas, sin embargo Chris se mantenía apartado y en su propio mundo, sin querer dirigirles la palabra.
L. Joe les dijo al fin, que no debían forzarlo. Todos sabían que él era quien más identificado se sentiría con el niño. Podían ver en al L. Joe de años atrás, llegando también al extranjero, desconociendo un idioma y esforzándose por aprenderlo, pero sin ser capaz de comunicarse con los demás. Y por eso sabían que iba a ser difícil tratar con el niño, aunque en realidad estuviera deseando recibir amor, cariño y atención. 
Llegaron hasta un parque infantil, donde se encontraba la primera pista. Dentro los atendió una simpática y alegre muchacha y les indicó que debían meterse en la piscina de pelotas de colores y buscar las blancas, en cuyo interior encontrarían lo que más le gustaba a los dos niños. Mientras, los niños se esconderían con ayuda del equipo de rodaje y de los trabajadores y el que localizase una pista, debería ir a buscarlos. La persona o personas que los encontrasen primero ganarían un punto, y podrían ir a jugar con los niños y comer algo delicioso mientras los perdedores recibían su castigo.
La simple idea del premio y el castigo les hizo ponerse las pilas el doble de rápido, lanzándose a la piscina sin dudarlo. Amaia, como despedida, le dio un beso en la mejilla a Chunji. En otras situaciones hubiera mantenido el temple y buscado sin olvidarse de mostrarse atractivo, pero ese gesto acabó con sus defensas y fue a por todas.
La pelea entre las bolas fue encarnizada, porque si algo caracterizaba a Teen Top era que no se andaba con niñerías y si uno conseguía una de las bolas, los otros se las ingeniaban para robársela aunque fuera a golpes. Niel se quejó en un momento dado porque su cabello, más largo que el de sus compañeros, no le dejaba ver con claridad, algo que C.A.P aprovechó y se lo revolvió para molestarlo y distraerlo. A su lado escucharon a Ricky gritar de júbilo al encontrar una de las bolas blancas y lloriquear al instante porque Changjo se la había quitado. El maknae real y el falso maknae comenzaron a pelearse por ella, aunque todos sabían quién tenía las de ganar.
El más joven del grupo fue el primero en salir disparado a buscar a los niños. A continuación fue L. Joe, que como siempre, discreto pero trabajador, salió victorioso. 
Fueron logrando encontrar las bolas y pistas poco a poco, siendo el último el líder. Corrieron por todo el parque infantil buscando de nuevo a los niños, que estaban muy bien escondidos. Por suerte, esta vez sabían a quiénes buscaban y ver algún cámara despistado y sin esconderse como debía iba a ser una buena ayuda.
Chunji localizó enseguida a la niña, como si estuvieran destinados. La pequeña se lanzó a sus brazos sin dudarlo, se sentía muy cómoda con él. 
Niel encontró al niño, pero a diferencia de ellos, ni siquiera quiso darle la mano y se acercaron a la primera pareja caminando el uno al lado del otro pero sin ni tan siquiera lograr una mirada cómplice de Chris. 
Mientras que ellos cuatro se fueron a disfrutar de una merecida comida, los demás se vieron obligados a sufrir su castigo, el cual no era otro que hacer una carrera alrededor del parque infantil. La dificultad residía en que todo les venía pequeño y debían evitar romper nada con su fuerza bruta o peso.
—En eso no tendré problemas. —suspiró resignado L. Joe. Por una vez, ser el ídolo de menor peso iba a jugar a su favor.
 

Cuando llegaron al restaurante, buscaron una zona retirada para tener algo de intimidad y así tratar de mejorar su relación con los niños, aunque viendo a Chunji con Amaia eso casi parecía imposible que mejorase más, por lo que tendrían que centrarse en Chris.
— Zi Yu, ¿qué te gustaría comer? — Niel le había pasado la carta, mientras que Chunji se había levantado para ponerles las servilletas a modo de babero, porque con esa edad todos los niños se ensuciaban cuando comían y no querían que se estropeasen la ropa que llevaban.
Amaia no dio problemas, pero además Chunji le recogió el pelo en una coleta para que no le molestase a la hora de comer. Chris ya fue harina de otro costal, porque se negaba a colaborar.
— Zi Yu, tienes que ponerte la servilleta porque si no, esa ropa tan bonita que te puso tu madre se ensuciará y no puedes salir en la tele con ropa sucia. — Chunji estaba tratando de tener paciencia con el niño y ganárselo, pero se estaba mostraba difícil. Al final fue Amaia quien lo convenció de ponerse la servilleta a modo de babero.
— Mira, yo llevo la servilleta como babero y no es nada malo, así podemos comer sin preocuparnos de mancharnos la ropa, ¿en casa no lo haces? — Por toda respuesta obtuvo un asentimiento bastante osco, momento que aprovechó Chunji para ponerle el babero, sonriendo ambos de manera triunfal.
Dejaron que los niños eligiesen sus platos preferidos y los ayudaban si tenían problemas, pero por lo demás querían dejarles la mayor libertad posible sin hacerles parecer unos inútiles.
Durante este tiempo les fueron haciendo preguntas a los niños. Amaia era muy parlanchina y se dieron cuenta de que sólo ella conseguía que Chris colaborase, por eso cuando éste colaboraba le dedicaban mucha atención, mientras que Amaia sonreía feliz al ver aquello. 
Chunji quería coger a la niña en brazos y comérsela a besos, pero no podían dedicar más atención a uno que a otro pero no podía evitar sentir esa predilección por la niña.
Llegó la hora del postre y los niños pidieron helado y ya que era verano, no hubo problema con eso. Amaia lo pidió de fresa, mientras que Zi Yu lo pidió de chocolate.
Tanto Chunji como Niel también pidieron helado, pero descubrieron que era un arma peligrosa en manos de unos niños, porque los dos acabaron pringados de helado y la ropa se salvó gracias a las servilletas. Al final tuvieron que pedir un cuenco de agua para con otras servilletas limpiarlos en condiciones. Niel tuvo algo más de trabajo, porque Chris no se mostró muy receptivo, pero al ver cómo cedía la niña y sonreía se dejó hacer.
Tras pagar la cuenta buscaron un taxi y se dirigieron a su nuevo hogar.
La carrera comenzó, y el mayor y menor del grupo fueron los más veloces, algo que era totalmente de esperar. Sin embargo, con algo que no contaba Changjo era con que una de las partes era bajar por una barra como los bomberos. No de gran altura porque se trataba de un parque infantil, pero lo suficiente como para hacerle mantenerse quieto durante unos minutos antes de lanzarse por allí, haciendo que Ricky pudiera cogerle. L. Joe vino inmediatamente después, pero se pegó un buen golpe porque no tuvo la suficiente fuerza como para sujetarse. Entre unas cosas y otras, acabaron casi todos a la misma altura menos el líder que llevaba la delantera. Y cuando finalmente alcanzó la meta, le recibieron con un cubo de fregar y la fregona, ¡debían dirigirse al piso donde vivirían con los niños, y limpiarlo!
La grabación del programa acabó todavía una hora más tarde, tras visitar el piso que les habían dado y que los otro cuatro chicos habían limpiado y acondicionado con diligencia tras cumplir la primera parte de su castigo. Cuando se despidieron de los críos y sus padres, se dejaron caer al suelo, totalmente agotados.
—Vale, esto va a ser duro, —Niel se tumbó sobre el suelo— Chris va a ser difícil de tratar. No ha abierto la boca ni una sola vez.
—Lo debe estar pasando muy mal. —puntualizó L. Joe— Tan pequeño y cambiando de país... no debe ser para nada fácil. Pero justo porque es un crío, le será más fácil de lo que cree adaptarse.
—Tenemos que hacer que se abra a nosotros, pero... ¿cómo?—Ricky se puso en pie nada más decir aquello— Nos tocará pedir opiniones de nuevo.
—Noonas, recurramos a las noonas que tengamos. Las mujeres suelen saber tratar a los niños, ¿no?—Chunji corroboró su idea.
—No estoy yo tan seguro...—dijo a media voz el líder— Pero vale, es la única idea que tenemos de momento. Recurrir a nuestros padres queda descartado, ¡vamos a demostrarles lo adultos que son sus hijos! Me largo a casa. Llamaré por teléfono... estoy demasiado cansado como para ir a ver a nadie. Menos mal que nos han dejado el resto del día libre...
—Pues yo me voy a su casa. — Chunji, el segundo en edad, ya se había puesto en pie y llamaba por teléfono. Se pasó una mano por el cabello oscuro, retirándose el flequillo hacia atrás y se despidió de los chicos mientras salía por la puerta.
Así fue como cada uno se marchó del lugar, dejándole las llaves a L. Joe, para que cerrase la puerta pues ya no quedaba nadie del equipo de grabación para hacerlo. El muchacho los vio irse, se encogió de hombros y decidió ir a dar una vuelta solo, porque él no tenía a nadie a quien preguntar.
C.A.P llegó al piso en el que vivían al cabo de media hora y se fue directo al dormitorio que compartía con L. Joe, dejándose caer en la cama hecho polvo mientras emitía un gemido de dolor. Limpiar el piso de arriba abajo en tan poco tiempo y acondicionarlo para los peques había supuesto un esfuerzo titánico.
Sacó el móvil de su bolsillo derecho delantero y buscó el número de su noona.
— Cuánto tiempo Min Soo, ¿qué tal estás? ¿Te has metido en algún lío? — El tono jocoso de su noona lo hizo gruñir, algo que la divirtió.
— Lo siento noona pero he estado demasiado ocupado con el grupo y ahora la cosa ha empeorado porque me toca hacer de padre para el próximo "Hello Baby". — Su tono quejumbroso la hizo ponerse seria.
— ¿Cómo que vais a hacer de padres? — Kang Sung Jun se irguió en el sofá en el que estaba echada, quedándose sentada mientras asimilaba aquella noticia. — Min Soo, ¿te das cuenta de que no estáis preparados para haceros cargo de un niño?
— En realidad son dos, una niña y un niño. — Su risa sarcástica la hizo fruncir el ceño mientras se armaba de paciencia.
— Dos niños y supongo que me llamas porque necesitas ayuda para saber cómo tratar con ellos, ¿no es así?
— Sí, no podíamos dejar que nuestros padres lo supiesen, así que estamos recurriendo a vosotras para que nos echéis un cable en esos temas. Tú me has estado aguantando desde que nací, aunque me hayas dado más pescozones de los que puedo recordar y me hayas gritado más veces que mis padres.
— ¿Y acaso no fueron justificados esos gritos y esos pescozones? —Su tono molesto lo hizo sonreír a su pesar.
— Sí, la verdad es que impediste que me metiese en muchos líos al tratarme así.
— Vaya, hasta que al final te das cuenta. Bueno, dejémonos de hablar del pasado y pasemos a temas actuales, ¿qué quieres saber?
— ¿Cómo puedo tratar a un niño que se mudó hace poco a Corea desde Pekín y que se niega a hablarnos? ¿Y cómo tratar con una niña mestiza que sólo tiene ojos para Chunji y pasa del resto de nosotros?
— Lo del niño necesitáis darle espacio, tiempo y mucha paciencia, aunque también tenéis que ser firmes. En cuanto a la niña, por si no lo recuerdas, te pasó lo mismo conmigo, sólo te gustaba yo, pero poco a poco te fuiste dando cuenta de que había más personas, así que dadle tiempo y tratad con ella sin forzarla a nada, ¿te he servido de ayuda?
— Sí, muchas gracias noona, te debo una pero ten el teléfono a mano porque puede que te vuelva a dar la lata con este tema.
— Está bien, ánimo y mucha suerte. Adiós Min Soo.
— Adiós noona. — Colgó cerró los ojos y al cabo de cinco minutos estaba dormido.



Ricky tuvo que aguantar la risa de su noona durante cinco largos minutos tras contarle la situación. Al parecer, a la muchacha le resultaba muy gracioso que un niño como él, tuviera que ocuparse de otros niños y que encima tuviera problemas desde el principio. Le golpeó amistosamente la espalda, sin poder detener su risa. Shin Na Na era la hermana mayor de una ex compañera suya de clase, pero como su amiga se había ido a vivir al extranjero, la chica lo había adoptado como hermano pequeño. Quedaban de vez en cuando y ella le hacía probar los platos que aprendía a cocinar gracias a las recetas que le mandaba su hermana.
—En serio, ¿cómo has acabado metido en este problema? Antes de meterte de niñero, deberías aprender a cuidarte a ti mismo. —le sirvió un vaso de leche fresca y se sentó frente a él en la mesa— En el último programa volviste a recibir una tunda de tus compañeros, ¿es que aún no te queda claro lo que te he explicado de cómo defenderte?
—No puedo evitarlo, noona…— le respondió de manera tímida, a lo que la chica respondió golpeándose la frente con suavidad.
—No intentes camelarme con tu monería, falso maknae. Sabes que el único que puede encandilarme con su sonrisa es Niel. —y tras decir eso, puso cara soñadora durante un rato hasta regresar a la realidad— Por favor Ricky, si es que ni siquiera puedes dejar de ensuciarte al comer…—la chica se puso en pie y le pasó una servilleta por la barbilla llena de leche. Él respondió al gesto con una sonrisa.
Na Na tenía cuatro años más que él, aunque a veces parecía que le sacara diez por su manera de tratarlo. Además, la chica no dejaba de darle consejos para evitar ser el saco de boxeo de sus compañeros, no por nada era el favorito en los programas para meterse con él. La chica le decía muchas veces en broma, acaso fuera en serio, que ella era la única que podía molestarlo.
Había decidido acudir a ella porque por un lado, tenía a su hermana pequeña que algún tipo de experiencia respecto al tema le habría dado a pesar de la poca diferencia de edad, y por otro, era la única mujer con la que tenía algún tipo de relación.
Le puso al corriente de cómo había transcurrido el día y ella escuchó esta vez en silencio y con tranquilidad, asintiendo con la cabeza y diciéndole que si quería podía limpiar su piso también ya que estaba. Ricky aguantó sus bromas, acostumbrado y en realidad, divertido por ellas. Na Na conseguía distraerle del duro trabajo que recaía sobre sus espaldas, además de la vida de estudiante, y hacerle reír.
Cuando acabó, la chica asintió una última vez, suspiró y cruzó los brazos.
—Está claro que está asustado. Y encima, lo meten a jugar con un montón de adultos, porque para él lo sois, que lo acosan a preguntas y lo persiguen. No sé qué habrá en la cabeza de sus padres, pero desde luego en la suya sólo hay una, y es soledad. Uff… os habéis encontrado ante algo difícil de solventar… Venga, pequeño, vamos a pensar en esto juntos mientras te preparo otro vaso de leche.



Cuando Niel llegó a casa de su amiga, se encontró con que su novio estaba allí también, cenando. Se disculpó por la intromisión, sentándose con ellos. El otro chico lo observó unos segundos antes de golpearse la frente, temeroso de lo que sabía que iba a suceder.
—Te diría que no me molesta que vengas, Daniel, pero en realidad sí que es incómodo.—musitó al final el muchacho. Park Chin Hae, la persona a la que el joven cantante había ido a ver Niel, lo abrazó por la espalda mientras estaba sentado y le sacó la lengua a su novio mientras le acariciaba la cabeza.
—No te metas con mi pequeño Niel. Si no te gusta nuestro amor, puedes marcharte.
—Noona… ¿de verdad no quieres dejarle y salir conmigo?—Siguiéndole el juego, le dirigió una mirada de suficiencia a su amigo Lee Tae Chul— Yo no sería tan pesado y celoso.—Lo único que obtuvo como respuesta a eso, fue que el aludido se llevara una cucharada de su cena a la boca y masticara lentamente, lanzándoles llamaradas por los ojos. 
—Parece que no sepáis a qué me refiero—dijo al fin, cuando terminó de tragar. Chin Hae soltó a Niel y se sentó nuevamente, entre risas—. Primero vienes, me intentáis poner celoso con carantoñas y cuando quiero darme cuenta, estáis filosofando sobre la vida y cosas sinsentido. A tu edad, mi único problema era que mis padres no se dieran cuenta de que llegaba borracho.
—Y así has salido, hyung.—la risa de la chica se hizo todavía más estridente y chocó la mano con el joven.
—¡Así se habla, donsaeng!
—Vale, ya os habéis divertido lo suficiente, pero supongo que no has venido aquí únicamente—remarcó la palabra— para mofarte de mí…espero.
—No, hyung…—de repente, Niel se puso serio— Necesito consultarte algo muy importante, noona. Sé que tú, o incluso hyung, podréis ayudarme con esto porque yo, sinceramente, no tengo ni idea de cómo hacerlo. 
—Cuéntame, donsaeng, aunque creo que sé por dónde irán los tiros.—Chin Hae mostró interés profundo de repente. Si había alguien en quien Niel confiaba, era en ella. La había conocido cuatro años atrás, pero en poco tiempo se habían convertido en inseparables. Teen Top estaba preparándose para debutar, y él sufría de muchos nervios con los ensayos, hasta que llegó un punto en el que no dormía y eso le pasaba factura. Los demás no sabían qué hacer, pero mágicamente llegó ella. La conocían todos. Era la jefa de secretaría de dirección, y aunque estuvo un tiempo desaparecida, acaso él ni la viera cuando no la conocía, era famosa por su diligente trabajo. Recordaba estar tirado en el suelo de la sala de práctica, solo, sudando como un condenado y con la garganta ardiéndole de sed, pero sin fuerzas para ir a por agua. Chin Hae había aparecido de la nada, con una botella en la mano. Le instó a beber despacio, y en cuanto acabó le riñó. Le dijo que se estaba sobre esforzando, que lo iba a hacer bien y debía tener más confianza en sí mismo. Y después de un cuarto de hora dándole gritos y ante su estupefacta mirada, la mujer se había sentado a su lado y le había sonreído para felicitarle por ser tan buen chico, acariciándole con cariño la cabeza. “Estoy orgullosa de vosotros. Todos lo estamos.” Le había dicho. Niel, sin poder evitarlo, había llorado. Y desde entonces, se habían convertido en inseparables.
—Es por el Hello Baby—la chica puso cara de “me lo imaginaba”. Al fin y al cabo, ella había sido la que se había encargado del papeleo y semejantes para organizar su participación en el programa—. Con Amaina no hay problema, al menos de momento, porque adora a Chunji, pero Ye Ziyu… es harina de otro costal. No sabemos cómo hacer que se abra a nosotros. No queremos forzarlo, pero tampoco dejarlo de banda. Lo más lógico es que recurriésemos a nuestros padres, lo sé…pero nos da algo de vergüenza, así que cada uno de nosotros ha ido a visitar a alguna noona o mujer que pudiera ayudarnos…
—Y yo que pensaba que mi trabajo sobre esto acababa en el papeleo…—sonrió ella— Bien, Niel, no soy una experta en niños, pero por los vídeos que he visto de Ye Ziyu de antes, era como todos los niños, alegre y juguetón. Creo que no hace falta que te explique qué le pasa, pero seguro que no es solo con vosotros. No sé cómo debe llevarse con sus compañeros. Deberíais interesaros por él, demostrarle que no estáis solo para pasar cinco minutos divertidos a su lado, sino que puede confiar en los adultos que sois a sus ojos.
—Menos mal que no eres experta en niños…—musitó Niel. Tae Chul fue esta vez el que se levantó y beso la cabeza de su novia con amor antes de ir a por algo de postre.
—Algo de instinto maternal femenino tendré…—sonrió débilmente, pero Niel lo atribuyó a su propia imaginación y se levantó de un salto, abrazándola para agradecerle su ayuda. La voz de Tae Chul obligándole a separarse de ella no tardó en llegar hasta sus oídos.

                                     

Cuando Changjo llegó al portal del edificio cogió su teléfono para enviarle un mensaje a su noona para ver dónde estaba y al momento le contestó diciéndole que estaba en casa, él volvió a enviarle un mensaje diciéndole que no se moviese porque tenía algo urgente que hablar con ella.
Al salir, cogió un taxi y diez minutos más tarde llegaba a su casa.
Allí estaba su noona, Ah Hee Young, la única mujer además de su madre que siempre había estado a su lado.
Seguía tan bonita como siempre, aunque no le gustó verla con esa expresión de preocupación.
— Jong Hyun, ¿se puede saber qué ha pasado? — Por toda respuesta, Changjo la abrazó con fuerza y reposó la cabeza en su hombro izquierdo, mientras suspiraba agotado, algo que la preocupó mucho más, aunque le devolvió el abrazo con fuerza.
— Noona, esta mañana me convertí en padre de dos niños de cinco años, una niña medio española y un niño chino que hace seis meses se mudó a Corea y que no se relaciona con nadie. Por eso estamos recurriendo a nuestras noonas, para que nos aconsejéis qué podemos hacer. — Levantó la cabeza del hombro de su noona y sonrió divertido al verla tan estupefacta.
— ¡Maldita sea, me tenías muy preocupada pensando que sería algo malo! — Lo separó de ella con fuerza y le dio un golpe en el hombro mientras lo miraba enfadada.
— Vamos noona, no te pongas así. Para ti puede ser pan comido porque estás haciendo las prácticas para ser pediatra, pero nosotros no tenemos ni idea de cómo tratar con un niño. — Había seguido a su noona hasta el sofá, donde ella se había sentado pegando las rodillas al pecho. Él se sentó a su lado y esperó en silencio hasta que a ella se le pasase el mosqueo, algo que duró unos cinco minutos.
— ¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres saber? — Había bajado las piernas al suelo y él aprovechó para agarrarle una de sus manos y jugar de manera distraída con ella.
— El niño no se abre a nosotros, no habla con nadie, es arisco, desconfiado y tan sólo hace algo de caso a Amaia, la niña que tenemos a nuestro cargo.— Volvió a suspirar derrotado— En serio, no sabemos qué hacer.
— ¿Por qué no probáis a llevarlo a un psicólogo infantil para allanar el camino? Ese niño además del amor de sus padres y vuestra atención, necesita ayuda profesional para que pueda adaptarse a su nueva realidad, algo que por lo visto se niega a hacer.
— ¿No crees que eso es demasiado? —Su asombro era patente, no se esperaba esa respuesta de su noona. — Cuando yo tuve problemas, me bastó con tenerte a mi lado para que entendiese todo lo que pasaba y lo aceptase.— Se sentía molesto y en cierta forma traicionado.
— Jong Hyun, — el tono maternal de Hee Young lo puso sobre aviso, no se avecinaba nada bueno— ¿te has dado cuenta de que tú eres coreano y no has tenido que enfrentarte a un cambio de país, idioma y cultura? Ese niño tiene que sentirse muy perdido y al mismo tiempo resentido. Ha perdido sus raíces, todo aquello que lo hacía sentir seguro. A veces, el amor, el cariño, la dedicación y la atención nos impiden ver que estamos hiriendo a los que más queremos. Por eso, la opinión de alguien ajeno a esa situación puede dar la clave para solucionarlo. — Lo miró expectante y vio cómo lo iba asimilando todo y dándose cuenta de que tenía razón. Al cabo de un momento, lo vio sonreír y lanzarse a por ella para abrazarla con fuerza, haciéndola reír con fuerza, mientras él le daba un fuerte beso en la mejilla.
— Noona, eres maravillosa, ¿lo sabías? — Estaban pegados nariz con nariz, ella le agarró la cara con las manos y la movió de un lado para otro.
— Siempre me lo dices bribón. Y ahora levántate de encima de mí, que me está doliendo la espalda, me has pillado en una mala postura. — Él se apresuró a hacer lo que le pidió, ayudándola de paso a sentarse bien en el sofá.
— Por cierto, —aquella mirada del gato con botas no presagiaba nada bueno— ¿puedo quedarme a cenar?
Ella empezó a reírse otra vez, suspiró con teatralidad, se puso en pie y lo miró de medio lado.
— Tendrás que venir conmigo a comprar, ayudarme a hacer la cena, fregar los cacharros y recoger, ¿trato hecho? — Él se levantó de golpe mientras le sonreía de oreja a oreja.
— Por supuesto, sin problemas.
— Entonces vamos a ponernos a la obra. — Y tras coger sus cosas fueron al supermercado de la esquina.




Chunji había quedado con su noona en casa de ella, un apartamento no muy alejado de donde ellos vivían, lo que para él era toda una ventaja, porque siempre tenía cerca a alguien en quien confiaba sin dudar. Había estado a su lado desde que podía recordar y ahora estaba preparándose para ser fiscal y él sabía que lo lograría sin problemas.
Llamó al timbre y ella acudió con rapidez a abrirle recibiéndolo con una sonrisa que él le devolvió, además de abrazarla con fuerza mientras sonreía con cariño. Ella le devolvió el abrazo con ganas y así estuvieron unos cinco minutos, en silencio, sin decirse nada, porque entre ellos no hacían falta las palabras para poder entenderse.
Aunque a primera vista la chica fuera totalmente coreana, por su sangre corría sangre griega por parte de su abuelo materno. Por eso, durante sus tres primeros años de vida había vivido en Europa, donde se conocieron sus padres, aunque recordaba vagamente sus días allí. Pero, gracias a eso sabía se había interesado por diferentes culturas y lenguas europeas desde muy joven, entre ellas el griego y el inglés.
Cuando se separaron, se besaron en las mejillas, se miraron sonriendo, ella se dio la vuelta pero lo mantuvo agarrado por las manos y se lo llevó hasta el sofá donde lo sentó a su lado. 
Él observó a su alrededor y vio el lugar lleno de libros, libretas, bolígrafos de diferentes colores, rotuladores y marcadores, algo que lo hizo sonreír divertido pero también lo preocupó.
— ¿Es que no tienes ni un minuto de descanso? ¿Duermes lo suficiente? ¿Comes bien? — La preocupación había tomado el mando, pero ella movió una mano haciendo un gesto de negación para quitarle hierro al asunto.
— Tranquilo, como bien, dormir no tanto, porque tengo mucho que estudiar y ya descansaré cuando apruebe. No te preocupes, sabes que soy fuerte y que puedo con esto. 
— Pero noona...— Seguía preocupado pero no pudo seguir porque ella lo volvió a cortar.
— Chan Hee, pensé que me habías llamado porque querías consultarme algo importante, no controlar mi vida. — Su tono jocoso lo hizo fruncir el ceño. — Tranquilo, si sobreviví a la universidad sobreviviré a esto y en cuanto pase, te prometo que retomaré mis buenos hábitos de vida. — Él suspiró exasperado poniendo los ojos en blanco.
— ¿Cuándo será eso?
— En tres semanas más o menos, ¿contento?
— Está bien, pero mientras pueda, intentaré controlar que comas bien y descanses como debes. De nada sirve que te mates a estudiar si el día del examen te caes redonda en el lugar donde tenga lugar.
— A sus órdenes mi general. — Hizo el saludo militar mientras le sonreía de manera burlona, lo que provocó un nuevo suspiró exasperado y que se frotase la cara presa de la frustración.
— Venga, venga, déjate de tragedias y cuéntame qué es lo que te pasa.— Lo había agarrado de un brazo y lo zarandeba con suavidad para tratar de que no estuviese tan serio y recuperase el buen humor.
— ¿Y tu novio? — La miró de medio lado mientras dejaba caer las manos entre las piernas.
— Veo que el tercer grado no se ha acabado. Pues ni idea, la verdad, supongo que estará preparándose para el examen de abogado del estado. Hace como un mes que no nos comunicamos, no tengo tiempo para distracciones. — El tono desenfadado que utilizó lo sorprendió, ¿un mes sin estar en contacto? Que él supiese eso no era tener una relación.
— ¿No te preocupa que te deje por otra?
— Pues la verdad es que no demasiado. No puedo dejar que mi vida gire en torno a él y yo renunciar a mi sueño, así que lo que tenga que ser, será. — Su tono filósfico lo sorprendió, aunque no tendría que pillarle de nuevas esa manera de ver la vida que tenía su noona. Por eso le gustaba, por eso la quería, porque iba siempre a contracorriente, porque no se doblegaba a lo que marcaba la sociedad, era sincera, directa y nunca se andaba con subterfugios. Le gustaba aquella mujer tan fuerte.
— Eres increíble. — Sonrió a su pesar mientras movía la cabeza de un lado a otro.
— Lo sé. — Su tono petulante lo hizo reír y el ambiente volvió a distenderse. — Ahora que te has quedado tranquilo, venga, cuéntame qué te pasa.
— Hemos empezado a grabar el programa "Hello Baby"... —No pudo seguir porque ella empezó reírse, él la miró frunciendo el ceño fingiendo enfado, pero por más que trató de calmarse, no pudo, estuvo a punto de caerse al suelo doblada de la risa pero Chunji lo impidió al agarrarla y atraerla hacia él con fuerza. Ella siguió riéndose otros cinco minutos hasta que al final logró calmarse. Se puso a buscar un pañuelo, pero él se le adelantó usando el suyo para limpiarle las lágrimas con mucho cuidado, mientras estudiaba su cara con fingida indiferencia. Al final ella le arrebató el pañuelo y se sonó con fuerza, para luego guardárselo en el pantalón del chándal.
— Te lo devolveré cuando lo lave y lo planche.
— Bien, ahora que se te ha pasado el ataque de risa ante mi desgracia, bueno, no tan desgracia,— sonrió con satisfacción al pensar en Amaia, algo que no se le pasó por alto a Hwa Young, que lo miro con curiosidad— necesito tu consejo. Tenemos dos niños de cinco años, una niña, mestiza, medio española, para más señas, que me adora y a la que adoro,— no pudo evitar volver a sonreír— y un niño chino que no se comunica con nadie salvo con sus padres. Le hace algo de caso a Amaia pero del resto de nosotros pasa, ¿qué podemos hacer?
Ella se quedó en silencio un momento mientras reposaba la cabeza en el respaldo del sofá y miraba al vacío pensando.
— Creo que sería bueno que le pudieseis traer de vuelta algo de su tierra natal, no sé, música, dibujos animados, cuentos y pedirle que os cuente qué dicen. Hacer que se sienta útil, que hay gente que quiere aprender cosas sobre su país de origen, pero sobre todo, mucha paciencia y mucho cariño. Tendréis que ir con calma, pero sin dar un paso atrás, como si tuvieseis que conquistar un lugar pero sin hacer daño, algo que es imposible, pero es el símil que más se acerca.
A veces tendréis que ser duros con él, no dejar que haga lo que quiera y reñirlo si se porta mal. Será un verdadero reto ganaros a ese niño pero la satisfacción será mayúscula. Y ahora háblame de esa niña, porque al parecer te tiene loco.— Chunji no pudo evitar sonreír al recordar a la niña.
— Verás, fui el primero en presentarme, ella me dijo que era su favorito y se lanzó a mis brazos con fuerza, me dejó sentado. Me sorprendió pero al mismo tiempo me encantó y el orgullo me pudo. Es una niña maravillosa, no se separa de mí, me sonríe, me da besos, me abraza, es parlanchina. La adoro.
— Ays, mi donseng que le han robado el corazón. Espera que voy a por un babero para limpiarte la baba. — Ella se burló de manera cariñosa, algo que lo hizo sonreír avergonzado porque era verdad.
— Bien, creo que esta noche me quedaré aquí para ayudarte con los estudios en pago a tu ayuda con Chris.
— Chan Hee, pero si no tienes idea del tema.
— Puedo ayudarte con los apuntes, guardando libros, preguntándote cosas para ver si lo sabes, esas cosas y además, así puedo aprender algo y si no lo entiendo, me lo explicas y así práctica que vas ganando, ¿qué te parece? — Su suficiencia la hizo resoplar con incredulidad, pero tenía que reconocer que le encantaba esa idea de que se quedase con ella esa noche. Cuando estaba con él, las preocupaciones parecían disminuir.
— Está bien, pero primero busquemos algo de cenar, antes de meternos a fondo con esto. — Y tras levantarlo del sofá, se lo llevó a la cocina.


CONTINUARÁ...

¿¿Qué tal?? ¿Qué os ha parecido? ¿Queréis más? ¡Pues no os olvidéis de comentar! Nos "vemos" el próximo miércoles~~

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