sábado, 5 de octubre de 2013

[SUPER JUNIOR + MBLAQ] Manos de pianista capítulo 7

Por @Ari2PMAM

No sacar ni publicar en otros lugares sin permiso de la autora y los respectivos créditos.

Capítulo 7:


Dos semanas más tarde, ambos pudieron retomar sus actividades pero con el retraso, tenían que trabajar mucho más para recuperar el tiempo perdido, por lo que Mir siguió sin poder ir a sus clases de español, pero no había día en que no hablasen por teléfono.
            Mientras, Heechul, seguía intentando planear cómo disculparse y su tardanza estaba sacando de quicio a Leeteuk, que lo acosaba para que se disculpase de una vez por todas.

            — ¿Diga? — Inma estaba durmiendo. Era sábado y al mirar el reloj se dio cuenta de que eran las seis de la mañana. Estaba medio dormida y no entendía quién podía llamarla a esas horas.
            — ¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOONAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! — Aquel grito la hizo pegar un brinco en la cama.
            — Maldita sea Chul Yong, es sábado y son las seis de la mañana, no me puedes despertar así. — Estaba molesta y con ese despertar no es que estuviese muy dispuesta a tener paciencia.
            — Es que estoy feliz, porque por fin podremos vernos. Hoy terminaremos sobre las tres de la tarde, así que en cuanto esté listo, me iré para allá, que te echo mucho de menos y quiero verte ¿me echaste de menos todo este tiempo? — Se había puesto serio, todo su humor había desaparecido, porque ahora un hombre preguntándole a la mujer que le gustaba por su ausencia.
            — Apenas tuve tiempo para hacerlo, en la universidad tuve mucho trabajo y además, hablamos todos los días, así que es imposible que te eche de menos— su tono era bromista y eso le hizo suspirar. — Aunque reconozco que eso de cocinar para dos era mucho más divertido. — La ternura con la que lo dijo le hizo gritar de felicidad.
            — Estaré ahí sobre las tres y media o cuatro a más tardar ¿de acuerdo?
            — Está bien, te estaré esperando. Ánimo en el trabajo y hazlo bien para que no te retrases ¿de acuerdo? — Su falso tono serio le hizo reír nuevamente.
            — No te preocupes, tengo un motivo demasiado importante para hacerlo todo bien a la primera. Adiós Inma. — Y sin darle tiempo a ella a contestar, cortó.
            Inma se quedó un rato tirada en la cama sonriendo por la manera de ser Mir. Tenía que reconocer que se había convertido en un gran amigo y alguien que la hacía muy feliz. Poco a poco, Morfeo la fue reclamando de nuevo, hasta que cayó por completo en sus brazos.
            A las diez de la mañana se levantó y se puso a hacer todas las cosas de casa que por semana no podía por el trabajo. Fue a la compra y cuando llegó se fue derecha a la ducha. Aprovechó que tenía tiempo para ir corrigiendo exámenes y trabajos de la facultad mientras esperaba que Mir llegase.
            A las cuatro menos cuarto sonó el timbre y cuando abrió, allí estaba Mir con una sonrisa radiante a la que ella correspondió. Se retiró para dejarle pasar y en cuanto se quitó los zapatos, lo primero que hizo fue darle un abrazo de oso. Inma en un primer momento se quedó estupefacta, pero enseguida respondió y empezó a reír.


            — Que tampoco estuvimos tanto tiempo sin vernos.
            — Lo sé, pero es que eso de no poder verte como antes me estaba matando de la impaciencia. No veas el trabajo que le costó a Joon controlarme y que los demás no se enterasen. A pesar de que estuvimos hablando todos los días, echaba de menos el contacto físico. — cerró los ojos, inspiró de manera profunda e hizo más fuerte el abrazo, lo que provocó que Inma empezase a quejarse y revolverse para soltarse.
            — Chul Yong, como sigas así, la que acabará esta vez en el hospital seré yo, con todas las costillas rotas. — Lo escuchó rezongar pero al final la soltó. Ella lo miró de manera detenida repasando su cara para ver cómo estaba después de la pelea. Se había recuperado muy bien y rápido, por lo que apenas quedaba alguna pequeña marca. — Me alegro mucho que estés tan bien. Ah, no te preocupes, la clase de hoy será ligera y después, para cenar, comida española. — Le sonrió y él pegó un grito de alegría ante la mención de comida española. La tarde transcurrió tranquila, ninguno de los dos dijo nada sobre la pelea. Él porque no quería que se preocupase más y ella porque no quería que se enfadase. A la hora de la cena, la estuvo ayudando y de paso, le cantaba a capella, algunas canciones. Durante la cena y después, mientras recogían y fregaban, estuvieron hablando de sus respectivos trabajos, pero sobre todo de lo que se le avecinaba a él y al grupo con el nuevo disco, donde apenas iban a tener tiempo para nada con las promociones. Acordaron llamarse, como habían hecho las semanas anteriores y las clases serían por videoconferencia hasta que todo se calmase. Aquello no le gustaba, pero era la manera en que podría verla. Siguieron hablando de otros temas, hasta que miró el reloj y se dio cuenta de la hora que era.
            — Diablos, no me quería ir, pero mañana tenemos que seguir con los ensayos a primera hora.
            — Anda, no te pongas así, que sabes que es por algo bueno y que te gusta, así que esfuérzate al máximo ¿de acuerdo?
            — Lo haré, lo haré. Todo sea por volver a verte lo más pronto posible. — Se puso en pie y le sonrió. Ella hizo lo mismo y la volvió a abrazar de manera fuerte. — Ojalá pudiese quedarme así para siempre.
            — Chul Yong…— iba a continuar pero él la interrumpió apartándola y sonriéndole.
            — Lo sé, lo sé, somos amigos y es como me ves, pero es que contigo puedo estar muy relajado y olvidarme de todo. Bueno, no te entretengo más. Me voy y ya te contaré cómo nos fueron los ensayos. Cruza los dedos para que el jefe no aparezca y acabemos en el hospital. — Su tono de fingido terror y el escalofrío la hizo reír pero ambos sabían que no se alejaba mucho de la realidad.
            — Los cruzaré. Que te vaya bien. — Se despidieron con un par de besos en las mejillas y él se fue, quedándose ella durante un momento mirando la puerta. Finalmente se fue a su habitación para ponerse el pijama y después a ver si había algo interesante en la tele.
            A las once de la noche sonó el timbre de la puerta. Se levantó preguntándose quién podía ser a esas horas. Miró en la pantalla y cuando vio quién era, se quedó estupefacta. Tardó un momento en recuperarse, mientras el timbre no dejaba de sonar, lo que la hizo reaccionar e ir a abrir la puerta. Cuando lo hizo, allí estaba él, Heechul, con una caja entre las manos y la miraba inseguro.
            — ¿Te desperté? — Su tono suave y de disculpa la hizo quedarse otra vez en blanco.
            — No… no… estaba viendo la tele. — El silencio se instaló de nuevo ente ellos, mirándose a los ojos. Se notaba que ambos tenían miedo, que no sabían cómo reaccionar en esos momentos. Al final, fue Heechul el que de nuevo inició la conversación.
            — ¿Podría pasar? No creo que sea muy agradable que los vecinos nos vean a estas horas juntos y empiecen los rumores malintencionados. Yo podría con ellos, pero no quiero que te veas afectada de mala manera por los cotillas de turno. — Le sonrió inseguro y eso hizo que ella se sonrojase. Se preocupaba por ella, estaba siendo amable y considerado, no se lo podía creer.
            — Sí, claro, pasa, tienes toda la razón. — Se apartó y lo dejó pasar. Se puso unas zapatillas y dejó la caja que llevaba en el suelo, a un lado de la entrada para que no molestase. — Vamos al salón, allí estaremos más cómodos. — Estaba muy nerviosa, Heechul estaba en su casa, a esas horas de la noche y era completamente diferente al Heechul que había conocido aquel día en el despacho de su amigo. Iba tan pendiente de él, que acabó tropezando pero no llegó a caer porque él la agarró. Se quedaron mirando a los ojos, en silencio y la tensión sexual que se creó en ese momento podría haberse cortado con un cuchillo. Él bajó la mirada hasta sus labios y ella, de manera instintiva se los humedeció. Estaban prácticamente tocándose, cuando el teléfono empezó a sonar. Él inspiró hondo, cerró los ojos, los volvió a abrir y la soltó.
            — Creo que será mejor que respondas. Puede ser algo urgente. — Su voz ronca y su mirada decían bien a las claras que odiaba aquella interrupción. Ella se sonrojó tanto, que lo hizo sonreír de manera tierna. La vio coger el teléfono y al ver quién llamaba, lo miró consternada. Esperaba que no fuese motivo de otra discusión entre ellos, pero desde luego, no estaba dispuesta a renunciar a su amistad con él.
            — Pero si hace un momento que te marchaste ¿pasó algo?
            — No, es sólo que recordé que no te di las buenas noches al irme y por eso te llamaba. — Su tono dulce la hizo sonreír.
            — Tonto, no hacía falta que llamases sólo para eso. — Eso la hizo sonreír y Mir lo notó.
            — Soy muy educado y no me puedo acostar sin desearte buenas noches, cuando todas las noches lo hago. — Su tono era cómico y de fingido ego herido.
            — Muchas gracias y descansa. Recuerda que mañana tendréis mucho trabajo.
            — Felices sueños Inma— y sin darle tiempo a ella a contestar, colgó.
            — ¿Era Mir? — Su tono neutro, hizo que no supiese cómo reaccionar.
            — Sí — y lo miró sin decir nada más esperando su respuesta.
            — Le envidio. — Y la miró con una sonrisa triste que la dejó estupefacta
            — ¿Lo envidias? ¿Por qué? — Su voz era apenas un susurro, porque no se acababa de recuperar de aquella revelación. Heechul la cogió de las manos y la llevó hasta uno de los sofás, donde la sentó de manera cuidadosa y él hizo lo mismo sin soltárselas.
            — Por la gran relación que tenéis. Envidio que os llevéis tan bien, que tengáis tanta complicidad. Sino hubiese sido un maldito capullo integral el día que nos conocimos, probablemente ahora tendrías conmigo la relación que tienes con él. La razón por la que estoy aquí, es para pedirte perdón por todo. Por cómo te traté el día que nos conocimos, por mi reacción en tu despacho, después, prejuzgándote sin saber nada sobre ti. Podría argüir como excusa mi experiencia en estos años pasados con mujeres que sólo buscaban la fama, pero eso no me disculpa. Sé que no todas no sois iguales, pero me resultaba más fácil ser así para no volver a sufrir. De lo que no me daba cuenta, es que, poco a poco me iba hundiendo y eso no sólo me hacía daño a mí, sino también, a todos aquellos que me quieren. Por eso, Leeteuk hyung, empezó a tomar cartas en el asunto y tratar de hacerme reaccionar, — esbozó una sonrisa triste— pero me negaba a dar mi brazo a torcer. Leeteuk me dijo que sabías todo sobre la pelea. Eso fue uno de los mayores errores de mi vida, pero los celos y la rabia me cegaron. Supe por Hong Ki, que lo pasaste realmente mal y de verdad que lo siento, lo siento muchísimo. Fui un animal, no debería de haberme portado así. Le hice daño a uno de los maknaes, al cual pude haberle arruinado la carrera y a ti te hice pasar por un infierno. Te pido que me perdones, por favor. Eso no volverá a pasar nunca más. Tanto Leeteuk hyung como Hong Ki estuvieron hablando conmigo estos días, animándome para venir y pedirte perdón. Leeteuk se puso más bien en plan madre marimandona y Hong Ki se convirtió en mi Pepito Grillo particular. Te pido que me des una segunda oportunidad, por favor. Déjame demostrarte que cambié, que no soy el mismo que conociste aquel día. Confía en mí, por favor, no te defraudaré, te lo juro. — Su intensa mirada, en la que había también un gran arrepentimiento, así como su tono esperanzado, mientras mantenía sus manos agarradas con fuerza, la hizo tragar saliva con fuerza y pestañear para alejar las lágrimas.  A Heechul aquella disculpa le había costado mucho debido a su gran orgullo, por lo que prefirió soltarlo todo del tirón para sufrir menos, ya que eso de las disculpas no era algo en lo que tuviese mucha práctica. 


            Inma se levantó y carraspeó para tratar de aligerar la situación y hacer que ese nudo en su garganta desapareciese de una vez. Se fue hasta la entrada, donde estaba la caja.
            — ¿Se puede saber qué hay en esta caja? — Le miraba sonriendo, mientras se frotaba las manos contra los pantalones intentando controlar el temblor que se había apoderado de ella por el contacto con las manos de él. Vio que se sentía un poco incómodo mientras iba hacia ella, por lo que lo miró interrogante.
            — Bueno, verás, Leeteuk hyung, una vez más en su papel de madre, me recordó que no me podía portar como una sassaeng, que eso era algo que a nosotros tampoco nos gustaba. Así que me dijo que lo mejor era dar la cara en este asunto, del que ya estás al tanto. Es el resto de la colección del manhwa de Goong— Se pasaba una de las manos por la parte de atrás de la cabeza despeinándose, mientras esperaba la reacción de ella. Estaba molesto a la par que avergonzado.
            Inma se rió y se agachó para abrir la caja, y allí estaban el resto de los volúmenes.
            — Muchas gracias, de verdad, aunque eso de recibir un paquete anónimo no me hizo ninguna gracia. Si esperas un momento, los llevaré a la habitación— Cogió la caja pero al levantarla, se le levantó la camisa del pijama, haciendo que se la bajase de manera apresurada y se fue rápido hacia su dormitorio.
            Heechul tardó un momento en reaccionar al ver un atisbo de la cicatriz pero enseguida se recuperó y se apresuró hacia el dormitorio donde estaba ella dejando la caja en una esquina. Apenas se volvió, él le levantó la camiseta del pijama hasta el borde del sujetador. Ella empezó a protestar y tratar de bajarla pero la empujó contra el armario aprisionándola sin darle posibilidad a escapar. Cuando levantó su mirada, la preocupación y la estupefacción marcaban su cara.
            — ¿Qué fue lo que te pasó? — Sus manos ya no tenían la fuerza del principio y ella pudo por fin soltar sus manos y bajarse la camiseta. Suspiró con pesar y lo miró a los ojos.
            — Nada, tranquilo. — No quería hablar del tema y esperaba que su tono seco le dejase bien claro que no quería seguir por esos derroteros.
            — ¿Cómo que nada? Si no fuese nada no tendrías esa cicatriz. — Su tono denotaba enfado pero en su mirada se podía leer una gran preocupación. Aunque unos segundos después pasó a ser suave y tranquilizador— Por favor, confía en mí.
            Inma lo miró estudiándolo y al final, suspirando derrotada se lo contó todo, porque sabía que Heechul era de los que no se daba por vencido, de que cuando quería algo, no paraba hasta lograrlo. Cuando acabó, se quedó en silencio esperando su reacción, que la pilló totalmente desprevenida, ya que la besó en los labios.
            En un primer momento se quedó sorprendida pero enseguida empezó a responderle y aquel beso que había empezado como una manera de consolarla por su parte y de disculpa fue aumentando hasta convertirse en un beso fuerte, donde ambos dejaban bien claro el ansia que sentían por el otro. Sus lenguas se enzarzaron en un duelo de voluntades y si él trataba de convertirla en una muñeca sin voluntad en sus manos en esa seducción, estaba muy equivocado, porque ella estaba a su mismo nivel y daba tanto como recibía. Él se separó un momento para mirarla y sonrió de medio lado, la cogió por las nalgas y la empotró contra el armario quitándole de manera brusca la camiseta del pijama, dejando a la vista su sujetador de satén negro con pequeñas rosas rojas que hizo que empezase a respirar más deprisa y ella sonriese de satisfacción al ver su reacción ante su sostén. Tendría que darle las gracias a Sonia por aquel regalo de despedida, aunque en un principio le había dado mucha vergüenza aceptarlo, ya que no era de ponerse ese tipo de lencería.
            Se lanzó a besarla de manera salvaje mientras sus manos amasaban sus pechos, haciendo que ella gimiese de placer en su boca, mientras notaba entre sus piernas cómo se iba mojando, así como su erección. Ella le iba desabrochando de manera apresurada la camisa hasta sacársela por completo y poder acariciar su torso a su completo antojo dejando las marcas de sus uñas, tanto en su pecho como en su espalda.
            Él abandonó su boca y fue bajando por su cuello hasta sus pechos, besándolos y humedeciéndolos a través del satén, haciendo que ella echase la cabeza hacia atrás y se mordiese los labios y gimiese elevando su torso pidiendo más y de paso haciendo que su pelvis entrase en contacto más íntimo con la de él frotándose para encontrar algo de alivio pero él no la dejaba el tiempo suficiente. Heechul estaba tan enloquecido de deseo que le arrancó el sostén dejando los pechos al descubierto, haciendo que él sonriese complacido ante su tamaño, blancura y el color de sus pezones. La despegó del armario y la llevó hasta la cama dejándola en medio, mientras él se apresuraba para quitarse el resto de la ropa hasta quedar completamente desnudo ante ella, haciendo que ella se pusiese de rodillas, para acercarse hasta él y comenzase a besarlo, mientras una de sus manos se apoderaba de su polla, la cual, casi no le cabía en la mano y empezase a acariciarla primero de manera suave pero luego de manera más fuerte y rápida, mientras él gemía de placer llevándolo hasta el límite, pero cuando estaba por metérsela en la boca, él la agarró por el cabello y la echó de nuevo en la cama, arrancándole el pantalón del pijama y las bragas que al ser tan delicadas, acabaron para tirar a la basura. Le abrió las piernas, dejándoselas dobladas para tener un mejor acceso a su meta pero antes se lanzó de nuevo a su boca de manera salvaje, como un hambriento se lanzaría sobre un gran banquete. Ella estuvo a la altura de su pasión y le devolvió toda la pasión que él le estaba dando. Se arqueó para frotarse contra su polla pero él no permitía que ella alcanzase el orgasmo, no hasta que él quisiese.
            Abandonó su boca y le dio besos por toda la cara, fue por su mandíbula, hasta la oreja y el hueco que había detrás, mientras sus manos seguían dedicando atención a sus pechos. Poco a poco fue bajando por su torso hasta llegar a sus pechos. Mientras una de su manos seguía con uno, su boca se apoderó de otro, lamiendo su pezón, mordisqueándolo y chupándolo hasta dejarlo tan sensible y erecto que era casi doloroso. Estuvo un buen rato con cada uno de ellos, mientras Inma no paraba de gemir y arañar su espalda. Una vez abandonó sus pechos, fue bajando por su torso hasta llegar a su pubis, le abrió las piernas lo más que podía y enseguida se centró en chuparle el clítoris, mientras primero con un dedo y luego con dos la penetraba. Los gemidos y el placer de Inma iban creciendo mucho más. Abandonó su clítoris, para penetrarla con la lengua utilizando al mismo tiempo los dedos, volvió de nuevo al clítoris y fue aumentando la velocidad y fuerza hasta que finalmente la hizo alcanzar el orgasmo.
            Inma se quedó totalmente rendida pero él casi no le dio tiempo a recuperarse, porque enseguida le dio la vuelta, y empezó a masajearle el trasero para ir subiendo por toda la espalda. La elevó para que su mano tuviese acceso a su pubis y trabajarle el clítoris para excitarla de nuevo, mientras se dedicaba a besarle la espalda y acariciarle con la mano que le quedaba libre. Inma se agarraba a la almohada y ahogaba sus gritos en ella. Cuando creía que no aguantaría más, Heechul la llevó de nuevo al orgasmo, haciendo que cayese rendida contra el colchón.
            Apenas tuvo unos segundos para recuperarse porque de nuevo le dio la vuelta y la besó con esos labios tan carnosos y sensuales que tenía y que tantas fantasías le habían hecho tener. La empezó a besar profundamente, cuando sin previo aviso, la cogió por las nalgas y la empaló de una sola embestida, haciendo que ella se quedase sorprendida por un momento, pero enseguida se adaptó a él, que se quedó un momento quieto en su interior, disfrutando de la sensación más intensa que jamás había tenido nunca al estar dentro de una vagina. Ella había cruzado las piernas a su espalda y empezó a entrar y salir de ella, de manera lenta y suave al principio, haciéndola ser consciente de cada centímetro que salía de su cuerpo y gimiendo de placer, para a continuación, cuando estaba casi fuera, penetrarla de una sola vez, rápida y con fuerza, haciendo que ella abriese la boca para dejar escapar el gemido y arqueándose aún más, para darle un mejor acceso a su cuerpo. La tortura se prolongó sin saber cuánto, ella no podía alcanzar el orgasmo que la liberase del dolor que sentía en su interior hasta que él quisiese. Cuando creía que por fin lo lograría, salió por completo de ella y dándole la vuelta, la puso de rodillas y la penetró desde atrás de una sola embestida. Sus manos pasaron a ocuparse de sus pechos, pellizcando los pezones y amasando los pechos, mientras su boca se ocupaba de su cuello y su espalda. De nuevo la estuvo torturando así durante todo el tiempo que quiso, mientras la habitación se llenaba de los gemidos de ambos. Cuando Inma creía que no podría más, le dio la vuelta y apoyándose él contra el cabecero, poniéndola a ella a horcajadas, haciendo que ella sonriese con satisfacción plenamente femenina. No se lo creía, Heechul le estaba cediendo el control de la situación y lo pensaba aprovechar. Se inclinó hacia él para besarlo, mientras rozaba su pubis contra su polla y sus testículos, excitándolo, mientras jugaba con su boca. Cuando él trataba de profundizar el beso, ella se escapaba y sonreía. Las manos de él iban de su trasero a sus pechos. Ella cogió su miembro y lo guió hasta la entrada de su vagina, deslizándose poco a poco y moviéndose de acuerdo a sus gemidos para incrementar su placer. Una vez lo tuvo por completo en su interior, empezó a moverse atenta a sus gestos y gemidos, mientras se mordía el labio inferior, consciente del poder que tenía en esos momentos. Él se levantó hasta quedar pegado a ella y cogiéndola por el cabello, la besó de manera salvaje, mientras ella incrementaba el ritmo y la fuerza. Finalmente, ambos tuvieron que dejar de besarse porque los gemidos se lo impedían, ya que estaban cada vez más cerca del orgasmo. La agarró por las nalgas y la espalda y la guió con más fuerza, hasta que alcanzaron el orgasmo que fue fuerte y poderoso, dejándolos exhaustos y sudorosos. La echó en el colchón, saliendo de manera delicada de ella y manteniéndose abrazados, hasta que el sueño vino rápido a ellos.

            A las tres de la mañana, Heechul se levantó y se vistió en silencio, tratando de no despertarla. Cuando acabó, la miró durante un momento e inclinándose sobre la cama, le dio un ligero beso en los labios. Salió del piso y puso rumbo a su casa. No quería que aquello hubiese acabado así, pero una vez hubo probado el sabor de sus labios y ver la respuesta de ella, estuvo perdido. Se había acostado con tantas mujeres que había perdido la cuenta, pero acostarse con Inma había roto todas sus expectativas. Se dio cuenta de que con ella el sexo era diferente y la intensidad de sus sensaciones fue tan fuerte que se vio superado. Además, el descubrir lo que le había pasado, hacía que se sintiese más protector, pero en esos momentos no tenía la fuerza suficiente para protegerse a sí mismo, como para poder protegerla a ella de todas las especulaciones que se pudiesen crear. Maldita sea, acababa de meter la pata otra vez con ella y no sabía cómo arreglarlo. En cuanto llegó a casa, entró con sigilo, fue a su habitación y con cuidado de no despertar a Leeteuk, metió ropa en una bolsa y se fue.



            Al día siguiente, cuando se despertó, descubrió que estaba sola en la cama y que el sitio que debería de haber ocupado él estaba frío. Se había ido. Se levantó y se vistió, recogiendo el conjunto que él le había roto la noche anterior y lo tiró a la basura. Buscó por la casa pero no había ni una sola nota, nada que explicase por qué se había tenido que ir.
            Como era domingo, aprovechó para hacer limpieza general y salir a comprar. El día se le pasó volando pero no tuvo noticias de Heechul. El pensamiento de que sólo había sido otra más en su lista de conquistas empezó a echar raíces en ella, lo que la disgustó y la puso de mal humor. No se podía creer que hubiese sido tan fácil.
            Por la noche tuvo la llamada de Mir y consiguió que no se notase nada en su tono. Hablaron de cómo les iban los ensayos y todos los preparativos del nuevo disco y cómo siempre, la complicidad entre ellos era increíble. Podían pasarse horas hablando, que el tiempo se les iba sin que se les diese cuenta. Al final se desearon buenas noches y quedaron en verse el martes para las clases.

            Inma se sumergió a fondo en su trabajo, comía con Jo Wook, ya que la novia de éste tenía cosas de las ocuparse para su empleo en Seúl. Se pusieron al día sobre sus cosas, pero ella no dijo nada sobre su relación con Mir o lo que había pasado con Heechul y él tampoco quiso sacar a colación su nombre.
            Llegó el martes y mientras preparaba la cena para tres, ya que esa noche se sumaría Joon, que había decidido empezar a aprender español, no paraba de pensar en lo que había pasado con Heechul y recriminarse el haber caído tan fácilmente ante él. Cuando sonó el timbre, respiró aliviada y fue a abrir pero sólo estaba Mir, que en cuanto entró, le dio un abrazo de oso que ella devolvió con ganas.
            — Te eché mucho de menos estos días noona, pero en el trabajo apenas podíamos respirar. Es bueno estar de nuevo contigo— Su voz suave y cálida la hizo sonreír feliz. Mir nunca la decepcionaría, siempre tenía las palabras justas para hacer que se sintiese bien. Él estrechó aún más su abrazo, lo que la hizo gemir de dolor.
            — Yo también te eché mucho de menos, pero como no aflojes el abrazo tendrás que llevarme al hospital con varias costillas rotas. — Estaba bromeando pero no se alejaba demasiado de la realidad. Él se separó de mala gana y rezongando pero la sujetó por los hombros.
            — Y yo pensando que al ser española aguantarías mejor este tipo de abrazos. Me acabas de decepcionar noona— su falso tono herido la hizo reír, algo que le hacía mucha falta.
            — Sí, soy española, pero aún así, sigo siendo una mujer y mi cuerpo no es tan fuerte y resistente como el tuyo— Y le dio un ligero golpe en el abdomen, haciendo que ambos riesen y de esa guisa se los encontró Joon, que los miró extrañados.
            — ¿Se puede saber qué os pasa?
            — Pues que aquí tu donseng se cree que por ser española puedo soportar un abrazo en el que pone toda su fuerza.
            — Esta pequeña bestia nunca sabe la fuerza que tiene que poner en cada cosa— Y le dio un golpe cariñoso en uno de los hombros.
            — Pero hyung…
            — No os enzarcéis ahora en una discusión. Venga, vamos a ponernos manos a la obra o sino, no habrá cena española. — Ante la mención de la comida española, Mir arrastró a Joon hasta el salón y enseguida empezaron con las clases que fueron de lo más entretenidas, porque Mir no paraba de burlarse de Joon, Inma no paraba de reñir a Mir y recordarle que él tuvo que pasar por esa fase, lo que hacía que Joon le devolviese el golpe y preguntase. Inma a punto estuvo a punto de enloquecer con aquellos dos y sus tiras y aflojas pero consiguió manejarlos y que las clases fuesen bien.
            A la hora de la cena, la ayudaron a poner la mesa pero Mir vio que la puerta del dormitorio estaba abierta y vio una caja en él.
            — ¿Te compraste algo noona?
            — ¿Por qué lo dices?
            — Por esa caja que hay en tu dormitorio ¿puedo ver qué es? — Vio cómo ella empalidecía y enseguida supo que allí pasaba algo y que estaba relacionado con el primer paquete anónimo que había recibido. — No importa, ahora no es momento, que estoy famélico y quiero disfrutar de esa gran cena española. — Y con una sonrisa siguieron como si nada hubiese pasado.


La cena fue entretenida y divertida, porque le estuvieron hablando sobre todo lo que estaban haciendo y por el placer que ambos mostraban ante los platos españoles que ella les había preparado. Después la ayudaron a recoger, fregar y secar. Se habían sentado un rato en los sofás para hablar antes de irse cuando sonó el timbre. La reacción asustada de Inma no se le pasó a Mir y tampoco a Joon que miró a Mir al ver lo tenso que se ponía pero éste le hizo guardar silencio con una mirada, transmitiéndole que luego le contaría lo que pasaba, lo que le hizo asentir de manera leve.
            Inma fue hasta el interfono para mirar en la pantalla y se quedó sorprendida al ver quién era. Suspiró y abrió la puerta y fue hasta la entrada para recibir a su visitante.
            — Siento presentarme a estas horas pero es que estuve trabajando hasta hace un momento. Espero que no te parezca muy tarde. — Allí, con una sonrisa de disculpa que marcaba sus hoyuelos, estaba Leeteuk.
            — No, no, pasa por favor. — Su palidez era más que evidente y Leeteuk trató de ser lo más suave y amable posible.
            Lo llevó al salón y se quedó sorprendido al encontrarse a Joon y a Mir, que se levantaron de inmediato al verlo.
            — Buenas noches chicos ¿qué hacéis aquí? — Su tono era amable pero estaba claro que quería saber en ese mismo momento lo que estaba pasando.
            — Buenas noches, pues nada, que estamos aprendiendo español con nuestra noona, que de paso, como salimos tan tarde, nos alimenta con comida española y ahora estábamos charlando un rato antes de irnos. — Mir se puso al lado de Inma con una actitud casual pero que dejaba claro que era de protección. — ¿Y qué trae a ti por aquí a estas horas? — El tono fue amable pero el fondo denotaba que no le gustaba que se presentase a esas horas en casa de Inma.
            — Quería hablar con Inma para ver si sabía algo sobre Heechul. El sábado vino a disculparse por fin con ella, pero no regresó a casa y llevamos sin noticias suyas desde entonces. — Leeteuk cuando quería podía ser muy duro. Él era el mayor y desde luego no estaba dispuesto a dejar que ninguno de los donsengs le dijese lo que tenía que hacer. Aquella bomba hizo que tanto Mir como Joon mirasen asombrados a Inma, que en esos momentos deseó que se la tragase la tierra, y cerró los ojos aguantando las ganas para no cruzarle la cara a Leeteuk de un guantazo. — Además, quería saber cómo estaba ella, porque a pesar de darle mi número no me envió ni un solo mensaje ni me llamó, lo que me preocupó y decidí ser yo el que viniese a verla. — Ese era el Leeteuk del que Kyuhyun había hablado y la verdad que no era precisamente algo agradable de ver.
            — Sí, estuvo aquí, se disculpó pero después ya no volví a tener noticias suyas— Ella tenía una pose rígida y orgullosa y su voz era fría, tratando de no revelar nada pero Mir la conocía mejor que los otros dos y cogiéndola por una de las manos se la llevó al dormitorio para hablar a solas, dejando a los otros dos estupefactos.
            Cuando entraron, la sentó en el borde la cama y él se puso en cuclillas aguantando sus manos. La miró en silencio durante unos segundos pero ella no pudo aguantarle la mirada. De repente él recordó la caja y se dirigió a ella y al abrirla, allí estaban el resto de volúmenes de Goong.
            — Así que el admirador anónimo resultó ser Heechul hyung— su tono de voz era despectivo y su sonrisa de medio lado sardónica.
            — Deberías de haber sido policía, se te dan muy bien las deducciones— Inma utilizó un tono ligero, intentando bromear para aligerar el ambiente y calmar a Mir. Se había puesto en pie y se había acercado a él, que al sentirla justo detrás, se giró y la volvió a mirar a los ojos y sujetándole la cara entre las manos para que no se escapase. Escrutó en su mirada y al final lo supo, supo lo que había pasado entre ellos dos. Mientras, los ojos de Inma reflejaban culpabilidad por haberle ocultado las cosas y por el dolor que le estaba causando y quería llorar. Al notar su estado, Mir suspiró y la abrazó con fuerza y le habló con voz suave al oído.
            — Noona, tienes un gusto pésimo para los hombres. Tenía la esperanza de que pudiese ser yo el elegido pero no, al final sólo me ves como donseng. — sonrió triste— aunque en todo momento supe que nunca me podrías ver como lo ves a él y tampoco me diste esperanzas. — Inma tenía la cabeza hundida en su pecho, no podía mirarlo y él suspiró, la besó en la coronilla y guardó silencio unos segundos mientras la acunaba entre sus brazos. — Tranquila, no te sientas culpable, no podemos decidir de quién enamorarnos, simplemente sucede— Agachó la cabeza para ponerla a su altura y con una de sus manos levantó la de Inma para que lo mirase.  Cuando levantó la mirada para mirarlo, vio que le sonreía con cariño— ¿por qué te crees que hace tiempo que no te llamo por tu nombre? — Le miró extrañada, porque hasta ese momento no se dio cuenta de que desde hacía algún tiempo sólo la llamaba noona. — Mira que eres despistada, ni siquiera te diste cuenta del cambio. — Eso le hizo mover la cabeza con pesar— La razón, es que decidí que dejaría de verte como mujer. No quería seguir sufriendo un amor no correspondido pero tampoco quiero perderte, no sólo eres mi profesora. Sin darme cuenta, te convertiste en una gran amiga, contigo puedo hablar de todo, sentirme cómodo. Ser un hombre normal sin que mi fama esté por medio. — Soltó su cara, que la apretó contra su pecho, haciendo que su abrazo cobrase más fuerza y apoyando su cabeza en la de ella siguió. — Desde el momento en que decidí llamarte sólo noona, te convertiste en eso para mí. Te seguiré queriendo, protegiendo y ayudando, así que no te preocupes por mi corazón y a partir de ahora, quiero que me cuentes todo, porque para algo estamos los donsengs, para ayudar siempre a nuestras noonas— Y con un último beso en una de sus mejillas, la separó de él y la miró sonriendo.
            — Chul Yong, muchas gracias por quedarte a mi lado y por ser tan bueno— Le miró con cariño y tristeza por no haber podido enamorarse de él— Espero que encuentres a una gran mujer que te ame como realmente te mereces— Y elevándose un poco le dio un beso en una de sus mejillas.
            — Pero que sea española, que me hice adicto a vuestra comida— Y se llevó la mano al estómago mirándola contrariado— ¿No tienes por ahí ninguna amiga que presentarme? — Su tono inquisitivo y a la vez burlón, la hizo reír. Él sonrió y cogiéndola de nuevo de la mano, la sacó de la habitación.
            Cuando llegaron al salón, Leeteuk y Joon estaban hablando y ella pudo notar que sabían que algo más había pasado entre Heechul y ella pero por educación guardaron silencio. Fue Mir el primero en hablar cuando se reunieron.
            — Más te vale que encontremos rápido a Heechul, porque tendrá que darle una gran disculpa a mi noona pero antes me encargaré de decirle un par de palabras. — Ahora su tono era duro y su mirada denotaba una determinación que nadie podría parar.
            — Chul Yong, nada de peleas otra vez. — Inma se giró para reprenderlo pero él se limitó a sonreír antes de contestar.
            — Tranquila noona, sólo será una charla de hombre a niño, porque está claro que tendré que hacerle convertirse en hombre en tiempo récord. — Sonrió con anticipación ante la perspectiva de devolverle unos cuantos golpes de los que le había propinado.
            — Chul Yong…
            — Vale, vale, nada de peleas— Su tono condescendiente la hizo bufar y él se rió— Te lo prometí noona, te protegeré y cuidaré siempre, pero no te haré disgustar. — Se giró hacia Joon y Leeteuk que vieron asombrados cómo se desarrollaba la relación entre ellos. — Bien, será mejor que nos marchemos y la dejemos descansar. Hoy todos hemos tenido un día muy duro. — Se volvió de nuevo hacia Inma y la abrazó, frotándole la espalda. — Descansa noona y no te preocupes. Nosotros nos haremos cargo, así que céntrate en el trabajo. Te llamaré cada noche, como siempre ¿de acuerdo? — y besándola en ambas mejillas, se llevó a los otros dos sin darle tiempo a ella de reaccionar. Cuando finalmente lo hizo, sólo pudo sonreír con cariño y agradecer tener a alguien tan maravilloso como Chul Yong en su vida.

Fueron en silencio hasta la entrada del edificio y una vez allí, Mir paró a Leeteuk para interrogarlo.
            — ¿Entonces estáis sin noticias suyas desde el sábado?
            — Sí, se marchó por la noche y cuando me levanté la cama estaba intacta pero había desaparecido una bolsa y ropa. Lo hemos estado llamando al móvil pero está desconectado y con la fecha del lanzamiento acercándose, en la empresa andan bastante cabreados y nosotros preocupados.
            — ¿En serio creías que le podría haber dicho algo a Inma? — Su tono era cínico y lo miraba de manera desafiante.
            — Ya sólo me quedaba recurrir a ella, porque fue la última persona en verlo y en estos casos, lo lógico es hablar con las últimas personas que lo vieron, no lo olvides. — Lo miró desafiante y advirtiéndole que no se atreviese a darle consejos.
            — Pues creo que hay alguien que sí puede saber dónde está y con el que mantenga contacto ¿no se te ocurrió esa posibilidad? — Mir tenía las manos en los bolsillos y lo miraba divertido, mientras Joon procuraba que aquello no se cargase demasiado.
            — ¿De quién estás hablando?
            — Lee Hong Ki
            Fue decir ese nombre y de repente Leeteuk ponerse rojo, porque no se le había ocurrido recurrir a la persona más obvia. Todos sabían que Hong Ki y Heechul eran uña y carne.
            — Ya veo. Pues espero que nos ayudes a controlarlo para ver si descubrimos algo sobre el paradero de Heechul hyung. — Y sin esperar respuesta, empezó a caminar hacia la salida para coger un taxi.
            — ¿Tan seguro estás de que Hong Ki puede tener la respuesta? — El que lo hubiesen pillado en un renuncio no le había gustado nada y de alguna manera quería cuestionarlo.
            — Sólo hay dos personas que pueden controlar a Heechul, una eres tú y la otra Hong Ki, pero sólo a él le diría dónde está en caso de empezar a preocupar a la gente, porque él respetaría su decisión de permanecer ilocalizable durante un tiempo, mientras que tú, irías y lo traerías a rastras ¿o me equivoco? — Había girado la cabeza para hablar y lo miraba sonriéndole de manera irónica y sin esperar respuesta, salieron de allí, mientras Leeteuk se quedaba mirando el vacío y reconociendo que Mir tenía razón y que en esa ocasión, él había fallado por completo.


3 comentarios:

  1. HVDFOVGHVOFDVIOD HEECHUL VPJODVJFD MIR JVOIVHJOIJ LA VIDA
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  2. Hoy comprendí por qué el fic se llama "Manos de pianista" bsjhbshjfadjfdfbahjdbsjsdfg *-*
    felicitaciones Ari ^^

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  3. Me gusta mucho muchas muchas gracias y tambien me olvide de comentar antes muchas gracias por el cambio de letra y por hacer el capitulo mas largo, estoy encantada, espero con ansias el final.

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