miércoles, 17 de julio de 2013

[Teen Top] TO YOU: Capítulo 3

Por @Ari2pmam y @Jeannelok


No sacar ni publicar en otro lugar sin permiso de la autora y los respectivos créditos.

TO YOU


Capítulo 3

Ese día la grabación comenzaría a las nueve de la mañana, por lo que ellos llegaron al acuario media hora antes de que comenzase. Diez minutos después de llegar ellos, llegaron los niños y tanto Amaia como Zi Yu venían medio adormilados. Los padres les saludaron amigablemente mientras intentaban desperezar a los críos, diciéndoles que iban a pasárselo muy bien. No fue hasta que Chunji se acercó a ellos y les habló, que la niña dejó de frotarse los ojos y se dignó a abrirlos del todo. Diligentemente, tendió su mano hasta el chico, quien probó, en vano, conseguir lo mismo con el niño.
Una vez estuvo todo el equipo preparado, fueron hasta la entrada del acuario. Nada más entrar, Amaia tiró de la mano de Chunji para ir a mirar una de las peceras, mientras Zi Yu se mantenía mirando asombrado hacia todos lados. Sin embargo, en cuanto intentaban preguntarle si tenía preferencia por mirar alguna cosa, volvía a cerrarse en banda.
Tras una hora correteando de un lado al otro, y haciendo confundir sobre quiénes eran realmente los niños, si ellos o los dos pequeños, les preguntaron si querían algo de beber, y esta vez, como si fuese un milagro, hasta Zi Yu les respondió afirmativamente. Sintiéndose héroes por ese pequeño avance, fueron a pedir algunas bebidas.
–¿Si te bailamos un poco de nuestra canción, nos las darás gratis?–suplicó Ricky, siguiendo lo que prácticamente, parecía una tradición entre los ídolos: conseguir descuentos o cosas gratis regalando bailes o haciendo monerías.
La chica no se hizo de rogar en cuanto el muchacho le puso pucheritos, y disfrutó de un corto, pero intenso, baile por parte de Teen Top, que pronto se transformó en una danza estúpida que arrancó las risas de todo el mundo alrededor.
Así fueron pasando el día de grabación, entre peces y risas. Les pusieron una ligera misión en la cual acabaron con las caras pintadas como peces y Amaia riendo de lo lindo. Antes de acabar, pasaron por la tienda de regalos. Era inmensa, y se divirtieron probándose todo tipo de sombreros y semejantes.
–¿No creéis que esto le quedaría muy bien a Zi Yu?– preguntó Changjo, sosteniendo uno de los sombreros entre sus manos. Todos entendieron la pregunta oculta que había tras esas palabras.
–Podemos probar...–musitó Niel, mirando al pequeño de reojo. Fue L. Joe quien le arrebató de las manos el objeto, y se armó de valor tras tragar aire. Fue hasta el pequeño y se arrodilló ante él. Incluso Amaia se volvió a verlos, expectante por la reacción de su amigo.
–Zi Yu... ¿no te gustaría llevar este bonito sombrero? ¡Seguro que te sentirás como un pez en el agua!–el pequeño lo miró tímidamente, inseguro. Parecía plantearse si de verdad sería bueno aceptar aquel regalo. Cuando L. Joe ya iba a darse por vencido, él alargo sus pequeños brazos y extendió las manos para recibir el regalo.
A Ricky se le escapó un grito de alegría y para disimular, se dio la vuelta. Justo cuando L. Joe iba a acariciar la cabeza del niño, sintiendo que poco a poco hacían algunos avances, escucharon una voz infantil llamándolo. Zi Yu se volvió en busca de quien lo llamaba y unos niños que parecían tener su edad se les acercaron.

Intentaron hablar con él, pero nada más verlos el pequeño se mantuvo callado y con la cabeza baja. L. Joe se sorprendió cuando notó que le cogía débilmente de la camiseta, casi como un grito de socorro. Ante su reacción, los niños se comenzaron a quejar de que siempre actuaba igual.
Nada más escucharlos, C.A.P se dirigió al cámara y le pidió que no grabase aquel momento. Después, Niel se arrodilló junto a los pequeños. Mirándolos con una sonrisa en la boca, pero con ojos severos, les dijo que sus palabras no habían sido muy amables.
—¡Pero es que él siempre quiere estar solo!–Niel iba a responder de nuevo, por suerte los padres de los niños al fin hicieron acto de presencia y se disculparon, alegando que se habían despistado un momento mientras compraban algunos regalos. Se llevaron de allí a los niños, quienes eran con toda seguridad, compañeros de colegio de Zi Yu. El niño, sin mediar palabra, les dio la espalda tirando al suelo el regalo que iban a hacerle y se lanzó en brazos de su padre, mientras la madre miraba a los chicos apenada por lo que acababa de suceder.
L. Joe recogió el muñeco del suelo, pensando lo que todos sus amigos: el pequeño avance que habían realizado, acababa de irse al garete. Pero, de todos modos, ahora sabían que quizá Zi Yu algún día tendría ganas de confiar en ellos y abrirse.
Cuando salieron del acuario iban cabizbajos, en silencio y pensativos, actitud que todos mantuvieron hasta que llegaron a casa.
— Creo que lo mejor que podemos hacer es poner en común lo que nos hayan dicho nuestras noonas. — Niel los miraba serio, no estaba de humor y lo mismo les pasaba a los demás, el pequeño avance que habían estado a punto de lograr se había ido al garete.
— Tienes razón, lo mejor será que nos sentemos y veamos qué conseguimos. — L. Joe los miró para ver si aceptaban y obtuvo un asentimiento de cada uno de ellos, por lo que fueron al salón y sentándose en los sofás esperaron a ver quién era el primero en hablar.
— Mi noona me dijo que aunque nos preocupemos por él, lo animemos y tengamos paciencia, eso puede resultar más perjudicial, porque puede sentirse presionado y que lo mejor sería buscar un psicólogo infantil que lo ayudase a solucionar el problema.— Changjo esperó que los demás no se escandalizasen por eso, pero vio que se tomaban la idea en serio, aunque fue Chunji el primero que dijo algo.
— Cuando los sunbaes de MBLAQ hicieron el "Hello Baby", recuerdo que tuvieron muchos problemas con una de las niñas, Dayoung, creo que se llamaba. La llevaron a una psicóloga y pudieron ver cómo la niña se sinceraba con ella. Gracias a eso pudieron solucionar los problemas y hacer que la niña no se sintiese tan apartada, y la impotencia que ellos sentían también desapareció, logrando desarrollar a partir de entonces una buena relación.
— Pero para eso tendremos que contar con el consentimiento de los padres. — Ricky sacó el asunto en el que ninguno había pensado. — No es nuestro hijo, sino el hijo de otros y por lo tanto no podemos tomar esa decisión tan importante sin consultarles antes. — Ante eso, los demás rezongaron desesperados, pero otra vez Niel acudió al rescate.
— No sabremos si podremos intentarlo a menos que hablemos con ellos. Tenemos que conseguir su número de teléfono, reunirnos con ellos y ver qué logramos.
— Si llamamos a nuestro mánager puede que él consiga que podamos ponernos en contacto con ellos. — CAP vio ante eso un salvavidas, porque lo estaba pasando muy mal ocupándose de los críos, aunque con Amaia no es que tuviese mucho trabajo, la verdad. Cogió su móvil y llamó a su mánager para ver qué podía lograr, mientras los demás esperaban expectantes. — Hyung, soy Min Soo, oye, ¿podrías conseguirnos el número de teléfono de los padres de Chris? Querríamos hablar con ellos de un tema antes de la siguiente grabación... Está bien, si lo consigues, avísanos. — Y tras eso colgó, dejándolos otra vez en silencio mientras esperaban noticias.
Mientras esperaban noticias, Chunji cogió su tablet y se puso a buscar cosas sobre ellos y el programa. Había muchísimas imágenes pero al entrar en el fancafé sonrió divertido y su ego sufrió un gran empujón.
Todas las fans destacaban la gran química que tenía con Amaia, la bonita pareja que formaban y cómo ambos estaban siempre pendientes del otro. Decían que por lo poco que habían visto, el papel de padre no se le daba nada mal.
— ¿Se puede saber qué te hace sonreír así? — Changjo fue el primero que se percató del cambio en Chunji y éste no pudo evitar mirarlo con la sonrisa de oreja a oreja.
— He entrado en el fancafé a ver qué dicen las Angels sobre el primer programa, y no es por nada, pero soy el que mejor parado sale. — Su evidente satisfacción, más su tono y mirada de suficiencia hizo que los otros se molestasen, pero antes de poder quitarle la tablet para ver si lo que decía era verdad, sonó el teléfono de CAP, que se apresuró a cogerlo.
Era un mensaje de su mánager con el número de teléfono de los padres de Chris, a lo que se añadía un consejo: "Manejad bien este asunto y no creéis problemas."
CAP les dio las buenas noticias y todos respiraron aliviados.
— Y bien, ¿quién hará la llamada? — De nuevo Ricky enfrentándolos a una gran pregunta.
— Min Soo hyung, tú eres el mayor y el líder, así que deberías ser tú. — La opinión de Changjo horrorizó al líder, que empalideció ante esa sugerencia.
— No, no, no, yo no puedo encargarme de algo tan delicado, bastante tengo con no salir corriendo cuando veo a los niños. — Esa protesta no pudo evitar hacerlos sonreír, porque era una gran verdad, CAP seguía aterrorizado por los peques.
— Está bien, ya me encargaré yo. — Un resignado Niel se puso a buscar su teléfono mientras les decía esto y los demás respiraron aliviados. — Hyung, pásame el teléfono para ver el número. El teléfono fue pasando de mano en mano hasta que le llegó. Le vieron marcar y esperar a que contestasen.
— ¿Diga? — La madre de Chris había contestado al teléfono.
— Buenas tardes, soy Niel, hemos conseguido su número a través de la cadena de televisión porque nos gustaría consultarles algo.
— Sí, claro, adelante, ¿de qué se trata? — La voz de la madre sonaba recelosa.
— Verá, nos gustaría saber si podrían reunirse con nosotros mañana por la mañana en nuestra empresa, nos gustaría hablar esto cara a cara. No se preocupe, no tenemos quejas de Chris, sólo queremos ayudarlo y se nos había ocurrido algo, pero para eso necesitamos su consentimiento.
— Está bien, si me das la dirección y la hora nos reuniremos allí con vosotros. — Niel le dio la dirección, preguntándole si les vendría bien a las diez de la mañana para que Chris no tuviese que madrugar demasiado. La madre aceptó y se despidieron hasta el día siguiente.
— ¿Y bien? — L. Joe era el que más nervioso estaba y a ninguno se le escapó.
— Ha aceptado pero aunque no lo ha dicho le ha preocupado la llamada. — Niel se quedó en silencio mirando su móvil, pensando en qué pasaría al día siguiente.
— Bueno, ahora sólo queda esperar a ver qué nos dicen los padres. — Chunji aceptó la situación sin pensar más en ella. Bastante tendrían mañana cuando les contasen la idea.
— Será mejor que nos pongamos a hacer algo, porque como nos quedemos aquí sentados dándole vueltas al tema, enloqueceremos. — CAP quería escapar de aquello, se le veía agobiado, por lo que los demás le dieron la razón y dejaron aparcado ese tema, para dedicarse a otras cosas que los mantuviesen distraídos hasta el día siguiente.

A las diez de la mañana los padres de Chris acompañados de su hijo llegaron a la empresa y los seis estaban en recepción esperándolos. Les sonrieron cuando los vieron y se saludaron.
— Bienvenidos y gracias por aceptar reunirse con nosotros. Iremos a una sala de reuniones para hablar con tranquilidad y sin que nadie nos moleste. — De nuevo Niel se había hecho cargo de la situación, mientras que los demás saludaban a Chris, aunque éste no estaba muy colaborador, pero ellos no se desanimaron.
Y así todos se dirigieron a la sala de reuniones que estaba en el primer piso.
— Si no les importa me llevaré a Zi Yu a recorrer la empresa mientras hablan con mis compañeros y así no se aburrirá. — L. Joe no paró de sonreír mientras decía esto y no quitaba ojo de Chris. — ¿Te gusta la idea? — El niño asintió, se acercó a él y salieron de allí.
— Verán, queríamos reunirnos con ustedes porque se nos había ocurrido la idea de llevar a Zi Yu a un psicólogo infantil para que lo ayudase a adaptarse a la nueva realidad que está viviendo. — Niel les sugirió la idea con el mayor tacto posible, mientras los demás los miraban expectantes.
— ¿Un psicólogo? — El padre fue el primero en recuperarse.
— Verán, en una edición anterior del programa hubo un caso parecido, una niña, y tras llevarla la mejora fue espectacular. Es algo que se debe intentar, ¿no creen? — Los padres los miraron dubitativos, se miraron entre ellos y tras un momento fue la madre la que habló.
— Con toda sinceridad, pensamos que traerlo al programa le resultaría muy beneficioso. Que le ayudaría a mejorar su ánimo y en su comunicación, así que cualquier ayuda será bien recibida, ¿conocéis algún psicólogo infantil que pueda sernos de ayuda?
— Conozco a una pediatra que nos puede ayudar en eso, es de total confianza, no teman. — Changjo les sonrió para darles seguridad.
— Está bien, lo dejamos en vuestras manos y esperamos que Zi Yu pueda volver a ser el niño de antes. —Los cinco se pusieron en pie, formaron una línea y les hicieron una reverencia.
— Muchas gracias por confiar en nosotros. Nos esforzaremos para que nuestro hijo vuelva a ser como antes. — Ante eso, los padres de Zi Yu no pudieron evitar sonreír divertidos.
— Bien, ahora sólo queda encontrar a L. Joe y a Zi Yu. — CAP estaba intrigado por dónde podría haberse llevado al niño y salieron todos juntos para ir a buscarlos.

No tardaron en hallarlos. Tal y como supusieron, se había llevado al niño a la sala más interesante de la compañía: la sala de grabaciones. Incluso ellos, la primera vez que habían pisado ese lugar, se quedaron impresionados. Niel se acercó hasta el panel, y a través del cristal que había justo encima llamó la atención de su compañero, que le estaba colocando los cascos a Zi Yu. Se fijó en que el pequeño se debatía entre mantener su estado apático, y la emoción de encontrarse en ese lugar. Era un mundo nuevo y diferente para un niño pequeño, incluso aunque estuviera acostumbrado a que le rodeasen las cámaras.
Al verlos, L. Joe salió, dejándolo emocionado con el material. Teniendo en cuenta cómo era y el cuidado con el que cogía los cascos, sabía que no iba a romper nada.
—¿Cómo ha ido?—le preguntó a su compañero, invitando a los padres a ir al lado de su hijo mientras éste se distraía.
—Bien, han dado el visto bueno. Pero y tú… ¿qué tal?
—No me ha hablado, pero creo que se le han caído un poco las defensas al entrar aquí, ¿has visto cómo le brillan los ojos?—preguntó el chico, sonriendo feliz y haciendo que sus ojos se convirtieran en sólo dos pequeñas líneas sobre su rostro.
—Podríamos grabar el programa siempre aquí, si tan bien va.—bromeó Chunji, en el preciso momento en que los padres aparecían con el niño de la mano.
—Nosotros nos vamos ya—anunció el padre—. En cuanto queráis quedar para… eso, avisadnos.
—Muchas gracias.—Sintonizados incluso sin decirlo, cuando C.A.P dijo esto, todos les dedicaron una reverencia. La madre de Zi Yu les sonrió con dulzura.
—Gracias a vosotros. Os estáis interesando por nuestro hijo sin cámaras delante… Vuestra preocupación es sincera, y eso nos hace admirar todavía más a unos chicos tan jóvenes como vosotros.— Recibieron los halagos con vergüenza. Los acompañaron hasta la salida, y una vez se alejaron, fueron a ensayar, pues por la tarde tenían que ir a un programa y actuar. Le dejaron a Changjo el papel de ir a hablar con su amiga pediatra para que lo pusiera en contacto con un buen psicólogo infantil.



Cuando llegó la noche, lo primero que hizo Changjo fue ponerse en contacto con Hee Young. Después de una breve conversación, fue nuevamente hasta el piso de la chica. Cuando llamó al timbre, escuchó unos pasos, un golpe, unas quejas y al minuto y medio, por fin le abrían la puerta. Hee Young llevaba puesto un delantal manchado de tomate y las cejas fruncidas, demostrando su enfado.
—Eres de lo más inoportuno.
—Y eso que acabamos de hablar, ¿de quién es esa sangre?—Bromeó. Ella le sacó la lengua antes de invitarlo a pasar.
—Iba a hacerme una cena sencilla, pero ya que venías quería hacerte algo diferente de cenar. Sí, me da igual tu régimen, pero… la he liado un poco.—Changjo se echó a reír, pues no sabía cómo demostrar la felicidad que acababa de sentir al escucharla. Que ella, que normalmente tenía dificultades para hacer un huevo frito tuviera aquel detalle, era sin duda entrañable.
—A ver, déjame ayudarte…—Se acercó hasta la cocina, y siguió riendo al ver el estropicio que había montado. Hee Young le dio un golpe en el hombro acompañado de una protesta. Changjo fue hasta un cajón y cogió un trapo, lo mojó y se puso a limpiar— Mira que tener a un cantante limpiándote la cocina… no puedes quejarte, ¿eh?
—¡Luego te pago!—bromeó ella.
—¿Pero me pagarás como yo quiero?—puso un tono de voz ronco y sensual, ganándose otro golpe.
—A ver si aprendes a respetar a tus mayores, ¿crees que vas a hacer que me derrita usando ese tonito de voz medio pornográfico?
—Sé que te gusta que lo ponga, admítelo.—Dijo él, todavía limpiando.
—Lo mismo que escuchar cómo arañan una pizarra.
—Tus gustos son muy extraños, noona…—y siguieron metiéndose el uno con el otro mientras el chico limpiaba y ella terminaba de cocinar. Quince minutos más tarde estaban sentados ante la comida, que olía bastante bien a pesar de que su aspecto dejaba bastante que desear. Por suerte, el gusto seguía el camino del olor.
Changjo puso al corriente de todo a su noona mientras comenzaban a cenar. Ella fue asintiendo con la cabeza mientras escuchaba.
—Sí que tengo un colega que os puede ayudar. Le pediré y te aviso.—él asintió con la cabeza, acabando de comer.
—¿Me vas a dar algo de postre?
—¿Todavía tienes hambre? Déjame mirar si tengo algo en el congelador…
—¡Puedes ser mi postre!
—Te estás ganando una buena, enano. No me hagas ir a buscarte el chupete, eh.—Hee Young fue hasta el congelador y cuando estaba sacando un helado, notó los brazos de Changjo alrededor de su cintura. Él se regocijó al notar que el cuerpo de la chica se tensaba ante el contacto, a pesar de que intentase disimularlo. Apoyó la nariz en su nuca y olió el aroma de su cabello.
—Algún día me tomarás en serio.
—Algún día te sacaré por la ventana. Cuando te pones así de pasteloso, cariñoso y sobón no hay quien te aguante, ¡antes no eras así!
—Supongo que he crecido.—Dijo sonriendo ampliamente, sin soltarla. Hee Young se vio obligada a ir a por un plato arrastrando a Changjo, que se divertía mucho con la situación. Cuando logró que la soltase, fue sólo porque le puso el plato con un pedazo de helado sobre la mesa y él se sentó a devorarlo feliz.
—Todo eso que me dices y al final, me gana un helado.
—¡Es que él no se me resiste!— Dijo suspirando antes de echarse a reír. Sin poder seguirle más el juego, Hee Young se sentó y apoyando la cabeza entre las manos, contempló complacida cuán alegremente comía su donseng.


La grabación del tercer programa llegó y fueron al parque de atracciones del Lotte. Aunque éste era diferente a los demás, porque tiene atracciones bajo techo y al aire libre, así como una pista de patinaje.
Una vez allí, las Las fans no tardaron en rodearlos y sacarles fotos a mansalva, por suerte respetando los límites para no resultar agobiantes.
Amaia estaba emocionada, mientras que Zi Yu seguía mostrándose reservado, aunque estaba fascinado por todo lo que veía y a ninguno se le escapó.
Niel y Chunji tenían agarradas las manos de Amaia mientras la niña saltaba una y otra vez y ellos la ayudaban a levantarse sin caerse. Era el tercer día de grabación, y la emisión de los dos primeros episodios había ido muy bien. Chunji seguía siendo el que se llevaba la mejor parte en las críticas por su relación con la niña, y no era para menos dado que al uno se le caía la baba con el otro.
Primero llevaron a los niños al carrusel, donde la pequeña rió emocionada mientras daban vueltas y el niño se aferró con fuerza, sin poder disimular una sonrisa. Todavía no habían podido hablar con el psicólogo, pero Changjo les había comentado que seguramente para el fin de semana ya tendría su número de teléfono.
Estuvieron de atracción en atracción, disfrutando viendo a los dos pequeños pasárselo bien, incluido Zi Yu que sin percatarse, buscaba la mano de L. Joe para agarrarse de él y que lo llevase. Así pasaron el rato, deteniéndose a comer algunas chucherías con el permiso de los padres. Se lo estaban pasando tan bien, que las horas volaban. Ya quedaba sólo media hora para acabar la grabación, y decidieron montarse en el tren aéreo que circulaba por dentro y fuera del parque, desde el cual se podía ver a otros críos reírse sin parar.
Se pusieron a la cola y poco después estaban abrochándose los cinturones. No hubo discusiones al decidir quién se sentaba con los niños. Antes de hacer que Zi Yu volviera a recluirse en sí mismo, preferían seguir como habían estado hasta entonces.
El tren se puso en movimiento con lentitud, y L. Joe, una vez ascendieron lo suficiente, le dijo al pequeño que mirase lo pequeñas que se veían las personas. Aunque no recibió respuesta, el rostro del niño habló por sí solo demostrando que estaba maravillado al ver cómo la gente se volvía minúscula a medida que subían. De repente, haciendo que se distrajera y apartase los ojos que tenía clavados en el niño, Amaia se puso a gritar. A su lado, Chunji le paso una mano alrededor y le preguntó qué le pasaba. A pesar de ir despacio, era difícil poder atenderla sentados y atados, por lo que se dio cuenta de que, frente a él, su compañero estaba pasándolo muy mal.
    Amaia siguió gritando y llorando el resto del trayecto, diciendo que tenía miedo y quería bajarse. Cuando pisaron suelo, Chunji la acunó en brazos intentando calmarla en vano. Ella pataleó y pidió que la bajase, llamando a sus padres, quienes tampoco lograron calmarla por mucho que probaron.
    –Nunca se había subido tan alto, debe haberse asustado.– Explicó la madre, mientras acariciaba la cabeza de la pequeña. Su llanto era desesperado y Chunji sentía que se le estaba contagiando.
    –Amaia...– Se volvieron sorprendidos al escuchar la suave voz de Zi Yu mientras se acercaba a su amiga y le daba la mano. – Ya ha pasado, ya estamos en el suelo, ¿ves?– Aunque el niño entendía ya perfectamente el coreano, le costaba un poco expresarse y lo hizo de manera lenta y torpe, pero sin duda, tierna. Se agachó mientras hablaba y dio unos golpes en la tierra, demostrándole a Amaia que ya no podía sucederle nada. – No llores más, por favor.– Le pidió, logrando que, poco a poco, el llanto de la pequeña remitiera. El primero en reaccionar fue L. Joe, que se puso a la altura de los pequeños y felicitó al niño por ser tan buen chico. Chunji, sin poder resistirse más y sintiendo que el corazón se le había detenido unos instantes, se agachó también y abrió los brazos, a los cuales Amaia acudió sin pensarlo y esta vez se dejó achuchar y querer sin quejas.

Continuará...

Imágenes extraídas de @tumblr, google imágenes

4 comentarios:

  1. Chicas, me encanta esta historia!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me encanto, sorry por no comentar antes.
    Esta semana no hubo capi??

    ResponderEliminar
  3. Chicas, que ha pasado esta semana que aún no han publicado el capítulo correspondiente? Todo bien? Disculpen si peco de ansiosa, pero ustedes suelen ser muy puntuales y yo, aunque pocas veces comento, sus historias nunca me las pierdo. Espero que esté todo bien. Un abrazo!!!

    ResponderEliminar
  4. ¡¡Hola!!
    Disculpad la tardanza. No ha habido ningún problema del que debáis preocuparos, de nuevo sentimos la tardanza. Esperamos poder subirlo a lo largo del día.
    De nuevo, perdonad y muchísimas gracias por leernos, nos hace muy felices <3<3

    ResponderEliminar