Por @Ari2PMAM
Capítulo 1
Estaba
agotada, aquella mañana las clases le habían resultado pesadas de dar, aunque
en parte era debido a la mala noche que había pasado. Sabía que había soñado
con alguien que conocía pero no recordaba quién. En ese sueño lo pasaba
realmente mal y cuando se levantó, estaba más agotada que cuando se acostó.
Ahora, por
fin a solas y en silencio en su despacho, se tomó una pastilla para el dolor de
cabeza que tenía, se sentó un momento para reunir fuerzas e ir a continuación a
por Jo Wook para comer. Salió y se dirigió al ascensor, porque no le apetecía
nada subir por las escaleras, aunque era sólo un piso. Al llegar arriba se
encaminó al Departamento de Musicología hasta dar con su despacho. Llamó y
antes de que le dijese nada, apareció en el quicio de la puerta como hacían
siempre el uno con la otra.
— Vaya, lo
siento, no sabía que tenías visita. Me voy y…— Ya se estaba retirando pero Jo
Wook no lo permitió.
— Pasa, no
hay problema, es un viejo amigo y de todas maneras quería que os conocierais—
Esbozaba una gran sonrisa, se acercó hasta ella tapando a su amigo y la hizo
adentrarse en el despacho hasta quedar a la altura del visitante, que se giró
en ese momento para verla, dejándola tan estupefacta que se hubiese ido al
suelo si Jo Wook no la hubiese estado sosteniendo.
Allí, ante
ella, estaba él, Heechul, el hombre del que se había enamorado hacía tanto tiempo.
Lo había visto evolucionar a lo largo de todos esos años y no podía creer que
lo estuviese viendo en persona. Aunque enseguida se dio cuenta de que no era el
mismo que conocía. Sus ojos estaban vacíos, su sonrisa era un rictus de
cinismo. Al estudiarlo con calma en el silencio que se instaló en el lugar, se
dio cuenta de que no quedaba nada del muchacho que había sido.
Heechul,
mientras tanto, maldecía en silencio a Jo Wook por haberle invitado a comer.
Sabía que no debería de haber aceptado pero se convenció de que debía de salir
y tratar de distraerse. Lo que no se esperaba es que se fuese a encontrar con
una cita a ciegas. No tenía ganas de salir con más mujeres, estaba harto, pero
al verla, se dio cuenta de dos cosas. Una, era muy clara: Occidental y la otra,
que lo conocía de sobra al ver aquella cara de estupefacción.
— Heechul
hyung, permite que te presente a Inma. Es profesora de español en esta facultad
y es una gran fan de Super Junior desde hace muchos años. — Al escuchar esas
últimas palabras, pudo reaccionar y arrearle un codazo en el estómago a Jo
Wook por tener la lengua demasiado
suelta. — Vale, hoy me toca a ir a mí a por la comida, así que os dejo un rato
a solas para que os vayáis conociendo y que así la comida sea más distendida. —
Cogió su bolsa a toda prisa y salió de allí a la carrera sin que a ella le
diese tiempo a pararlo.
Un silencio
incómodo se instaló entre ellos y ella se dio cuenta de que él abandonaba su
rostro para inspeccionar con calma el resto de su cuerpo. Aquello le produjo
cosquillas en el estómago pero al mismo tiempo le resultó ofensivo, al ver su
expresión cínica. Así que decidió reunir todo su valor y pasar al ataque para
tratar de ganar terreno.
— ¿Piensas
quedarte callado todo el rato? — Su tono era belicoso, se había cruzado de
brazos y se apoyó contra una de las estanterías en frente de donde él estaba
sentado
— La verdad
es que no tengo gran cosa que decir. Estoy harto del acoso de las fans y
suponía que en cuanto te recuperases del estupor, empezarías con el mismo
bombardeo sin sentido que las demás fans— Su tono burlón y de hastío la enfadó
mucho más, sobre todo, al ver la postura que adoptaba en el sillón. Había
cruzado las piernas y en los brazos del sillón apoyaba los codos, mientras
mantenía las yemas de sus dedos unidas y la miraba por encima de ellas con
sorna.
— Pues no
nos deberías de medir a todas por el mismo rasero. Que la mayoría de fans
coreanas estén como cabras y carezcan de cerebro, no significa que eso se nos
pueda aplicar a las occidentales, y más aún a las españolas. — Estaba realmente
enfadada y lo miraba con el ceño fruncido.
— Verás,
las occidentales tenéis fama de ser mujeres fáciles y supongo que las españolas
lo mismo ¿eres una de esas? — Se levantó con la elegancia de un felino y se fue
acercando a ella, hasta quedar lo bastante cerca como para sentir su
respiración— ¿No te gustaría acostarte conmigo e ir presumiendo por ahí de
haber logrado seducir al gran Heechul? — Mientras decía esto último, le cogió
un mechón de cabellos y la miró con cierto interés burlón. Ella se irguió todo
lo que pudo y con calma le apartó la mano de su cabello y le dio un sonoro
bofetón que le dejó su mano marcada en la mejilla. Eso lo pilló desprevenido y
la miró consternado. Nunca ninguna mujer se había atrevido a hacerle eso pero
allí estaba ella que lo miraba con furia y desprecio, respirando de manera
agitada y temblando mientras contenía su furia.
— Que te
quede claro, no soy de esas pero lo que tenéis que aprender los hombres, es que
nosotras tenemos la misma libertad para acostarnos con quien queramos y cuando
queramos sin que nadie nos diga nada por ello.
Además, ¿gran Heechul? — Lo miró con sorna de arriba abajo—
Puede que eso se te pudiese aplicar hace unos años pero ahora sólo eres una
cáscara vacía de todo sentimiento, nada queda de aquel que enamoraba a todo el
mundo. Sólo te regodeas en tu desgracia y no luchas por salir adelante. No
tienes fuerza de voluntad, eres un maldito cobarde que no atreve a coger el
toro por los cuernos y enfrentar las cosas. Ahora sólo das pena y asco— y de un
empellón lo mandó de nuevo al sillón, mientras cogía sus cosas y se largaba de
allí, casi al mismo tiempo que Jo Wook entraba en el despacho.
— ¿Qué…?—
Se quedó mirando la puerta vacía y luego pasó a Heechul, que mostraba algo de
asombro pero estaba dominado por la furia.
— ¿Se puede
saber qué armaste hyung? — Jo Wook lo sabía pero no se lo podía creer. Conocía
su estado y por eso había planeado aquello. Porque sabía que ella le haría
bien.
— Nada,
sólo una pequeña diferencia de opinión en un tema sin importancia— y dando el
tema por concluido se giró a mirar por la ventana.
— ¿Pequeña
diferencia de opinión? — Dejó la comida sobre la mesa y lo enfrentó— Mírame
cuando te hablo— Aquel comportamiento sorprendió a Heechul.
— ¿Así le
hablas a tu hyung? —Se estaba enfadando aún más viendo el modo en que ahora lo
trataba Jo Wook, como si fuese un niño pequeño que tuviese que rendir cuentas a
su padre por haber hecho una trastada.
— ¿Mi
hyung? ¿Qué hyung si se puede saber? Aquí no está aquel muchacho que me ayudó
durante el servicio militar y que se convirtió en mi hyung. Ahora sólo veo a
alguien que se revuelca en su autodesprecio. Sabía que estabas mal y te quise
dejar tiempo y espacio para ver si te recuperabas. Hace seis meses que conozco
a Inma y la interrogué las suficientes veces como para saber que no pertenece
al grupo de mujeres a las que estás acostumbrado. Tu cerrazón a encasillarlas a
todas en el mismo grupo, logró herir a una gran muchacha, cuyo mayor sueño era
poder conocerte. Te admiraba, eras su favorito, su gran amor. Sabía que ella
podía devolverte esa ilusión perdida, pero ¿qué hiciste? En vez de tratarla con
respeto e intentar conocerla, no, la trataste como al resto de putas a las que
estás acostumbrado. Puede que ahora no te arrepientas, pero luego sí que lo
harás, porque me encargaré de restregarte por la cara lo feliz que hace a otro
hombre y lo feliz que es ella habiéndote olvidado. Ahora márchate de aquí antes
de que te parta la nariz de un puñetazo y no vuelvas hasta que mi hyung esté de
regreso y te hayas disculpado como corresponde con Inma, porque sin duda es a
la que más daño le hiciste— Estaba realmente enfadado y su respiración era
rápida. Heechul se le quedó mirando, se puso en pie, cogió su chaqueta y salió
del despacho.
Inma estaba conmocionada por lo que hacía un rato había
sucedido en aquel despacho. No se lo podía creer, el muchacho al que vio
cambiar hasta convertirse en hombre. Aquel al que había querido durante tantos
años, al que había extrañado durante su estancia en la mili, lo había conocido
y su sorpresa no pudo ser más desagradable. Era un monstruo vacío de todo buen
sentimiento. El Heechul que tanto había querido había desaparecido.
La pelea
que habían mantenido fue realmente desagradable y turbadora. Nunca pensó que
algo así le pudiese suceder. Conocer a uno de sus grandes ídolos y en vez de
ser un encuentro feliz para recordar el resto de su vida, se convirtió en un
lodazal en el cual todos sus sueños e ilusiones sobre él habían perecido.
Ahora mismo
sus nervios estaban destrozados. Necesitaba estar a solas, pero no en su
apartamento, donde se sentiría encerrada. Así que se dirigió a aquel parque. Un
lugar donde había encontrado un lugar perfecto para estar sola sin que nadie la
molestase tiempo atrás. Cuando llegó allí, se dirigió a la carrera a su
refugio. Le daba igual que la gente la mirase, necesitaba estar a solas porque
las lágrimas empezaban a acudir a sus ojos, mientras el enfado iba cediendo
paso a la tristeza y a la decepción. Apenas se había sentado y las lágrimas
manaban de sus ojos como si fuesen ríos en época de crecida.
Se levantó
porque no podía seguir sentada debido a la rabia que estaba dominando su
cuerpo.
— Maldito
seas Heechul. Te convertiste en un ser despreciable. Un maldito cabrón sin
sentimientos, un bloque de hielo, un cerdo egoísta, un misógino al que con
gusto le partiría la cara. Te odio, te odio y te odio, gilipollas de mierda
¿cómo te puedes haber convertido en alguien tan despreciable?
Mientras tanto,
en la linde del bosquecillo que rodeaba aquel pequeño refugio, alguien
observaba a aquella extranjera. Hablaba casi a voces pero lo único que entendió
fue el nombre de Heechul y por su actitud debería de estar maldiciendo a todos
sus antepasados. Eso le hizo sonreír de medio lado pero sin humor. Al parecer
era cierto lo que se decía, que Heechul últimamente sólo sabía acabar con
cuanta persona se le pusiese por delante y le entrase de manera torcida.
La observó
de manera más detenida y se dio cuenta de que no era precisamente el tipo de
mujer a la que seduciría para pasar un buen rato y luego dejarla. En aquella se
notaba que había fuerza y un carácter muy fuerte. Se dio cuenta además, de que
la pena que reflejaba, no era la de una mujer abandonada después de una noche
de pasión creyendo que al día siguiente habría algo más. La pena que transmitía
era la de alguien que perdió a un ser querido. Echó la cabeza a un lado y se
preguntó si acaso era una fan a la que Heechul había tratado mal porque ella
fue muy pesada o si lo había acosado. Demonios,
todas aquellas cábalas le estaban volviendo loco. Nunca había prestado
demasiada atención a aquellos temas pero algo en aquella mujer hacía que no le
pudiese quitar ojo de encima. Vio que al final suspiraba y se sentaba pero su
ceño fruncido indicaba que estaba planeando un asesinato, muy posiblemente el
de Heechul, lo que le hizo sonreír. Sentía la suficiente curiosidad como para
acercarse a ella, aunque no sabía en qué idioma iban a hablar. Escuchó cómo le
sonaba el teléfono y se quedó en su sitio para ver si se enteraba de lo que iba
la conversación y para su más absoluta sorpresa, aquella mujer se puso a hablar
en coreano. Sabía que no era educado escuchar las conversaciones ajenas, pero
bueno, hacía tiempo que no se sentía tan tentado por nada ni por nadie y quería
disfrutar de aquello.
— Sí, dime
Jo Woon… No tranquilo, no es tu culpa, lo hiciste con la mejor intención pero
no salió bien. La culpa sólo es de él, así que no te preocupes ¿vale?...
Tranquilo, estoy bien, sólo algo alterada pero enseguida se me pasa, así que
cálmate…Deja de disculparte, porque el que tiene que hacerlo es él, no tú
¿entendido?... Hala, hasta mañana y deja de darle vueltas a la cabeza con ese
tema…Adiós. — Colgó y se sentó en el banco. Echó la cabeza hacia atrás, cerró
los ojos y suspiró intentando dejar la mente en blanco y calmarse.
— Perdona
¿estás bien? — Se había acercado a ella de manera sigilosa, para no darle
tiempo a reaccionar hasta que estuviese justo a su altura y logró sus
propósitos. Aunque cuando le vio los ojos, se dio cuenta por su reacción, que
lo conocía, ya que se quedó estupefacta. — Tranquila, soy real, no estás
sufriendo alucinaciones— y esbozó una sonrisa que le provocó un vuelco en el
estómago.
Es que vamos a ver, Heechul eres tontito. Mira que la muchacha esta, así sin conocerla mucho, parece simpática eh... Menos mal que tu amigo te pondrá donde te toca.
ResponderEliminarUooooh un personaje misterioso, ¿¿quién será??
:-p nah, que sabes que me encanta y mucho <3
Buenas! Hace tiempo que os sigo, pero hasta ahora no me había decidido a comentar. Pero como yo también soy escritora de fanfics, y sé la ilusión que hace que te comenten, pues al final me he animado ^^
ResponderEliminarPues hasta ahora me esta gustando la historia. A lo mejor todo esta pasando muy precipitadamente, y la escena de la pelea la hubiese hecho más larga, pero me gusta cómo lo lleváis. Tengo curiosidad por ver como Heechul va a recuperar el aprecio de la chica. Y espero que ésta no caiga rendida a sus pies a la primera de cambio, que por lo que se ha visto de su caracter, lo dudo. Y encima habéis metido a un tercero en discordia, que por las etiquetas que tiene el fanfic, me atrevo a decir que es un miembro de MBLAQ? (lo cual me encantaría, por que también soy fan de ellos)
En fin, que seguiré leyendo el fanfic con ganas!^^seguid así!
que bueno esta el fic !! espero poder seguir leyendo los proximos cap !! muchas gracias !!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy pero muy interesante, pero por favor escribe mas largo que quiero leer mas jajaaj
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