sábado, 24 de agosto de 2013

[Super Junior + MBLAQ] Manos de pianista: capítulo 1

Por @Ari2PMAM

No sacar ni publicar en otro lugar sin permiso de la autora y sus respectivos créditos


Capítulo 1

            Estaba agotada, aquella mañana las clases le habían resultado pesadas de dar, aunque en parte era debido a la mala noche que había pasado. Sabía que había soñado con alguien que conocía pero no recordaba quién. En ese sueño lo pasaba realmente mal y cuando se levantó, estaba más agotada que cuando se acostó.
            Ahora, por fin a solas y en silencio en su despacho, se tomó una pastilla para el dolor de cabeza que tenía, se sentó un momento para reunir fuerzas e ir a continuación a por Jo Wook para comer. Salió y se dirigió al ascensor, porque no le apetecía nada subir por las escaleras, aunque era sólo un piso. Al llegar arriba se encaminó al Departamento de Musicología hasta dar con su despacho. Llamó y antes de que le dijese nada, apareció en el quicio de la puerta como hacían siempre el uno con la otra.
            — Vaya, lo siento, no sabía que tenías visita. Me voy y…— Ya se estaba retirando pero Jo Wook no lo permitió.
            — Pasa, no hay problema, es un viejo amigo y de todas maneras quería que os conocierais— Esbozaba una gran sonrisa, se acercó hasta ella tapando a su amigo y la hizo adentrarse en el despacho hasta quedar a la altura del visitante, que se giró en ese momento para verla, dejándola tan estupefacta que se hubiese ido al suelo si Jo Wook no la hubiese estado sosteniendo.
            Allí, ante ella, estaba él, Heechul, el hombre del que se había enamorado hacía tanto tiempo. Lo había visto evolucionar a lo largo de todos esos años y no podía creer que lo estuviese viendo en persona. Aunque enseguida se dio cuenta de que no era el mismo que conocía. Sus ojos estaban vacíos, su sonrisa era un rictus de cinismo. Al estudiarlo con calma en el silencio que se instaló en el lugar, se dio cuenta de que no quedaba nada del muchacho que había sido.
            Heechul, mientras tanto, maldecía en silencio a Jo Wook por haberle invitado a comer. Sabía que no debería de haber aceptado pero se convenció de que debía de salir y tratar de distraerse. Lo que no se esperaba es que se fuese a encontrar con una cita a ciegas. No tenía ganas de salir con más mujeres, estaba harto, pero al verla, se dio cuenta de dos cosas. Una, era muy clara: Occidental y la otra, que lo conocía de sobra al ver aquella cara de estupefacción.
            — Heechul hyung, permite que te presente a Inma. Es profesora de español en esta facultad y es una gran fan de Super Junior desde hace muchos años. — Al escuchar esas últimas palabras, pudo reaccionar y arrearle un codazo en el estómago a Jo Wook  por tener la lengua demasiado suelta. — Vale, hoy me toca a ir a mí a por la comida, así que os dejo un rato a solas para que os vayáis conociendo y que así la comida sea más distendida. — Cogió su bolsa a toda prisa y salió de allí a la carrera sin que a ella le diese tiempo a pararlo.
            Un silencio incómodo se instaló entre ellos y ella se dio cuenta de que él abandonaba su rostro para inspeccionar con calma el resto de su cuerpo. Aquello le produjo cosquillas en el estómago pero al mismo tiempo le resultó ofensivo, al ver su expresión cínica. Así que decidió reunir todo su valor y pasar al ataque para tratar de ganar terreno.
            — ¿Piensas quedarte callado todo el rato? — Su tono era belicoso, se había cruzado de brazos y se apoyó contra una de las estanterías en frente de donde él estaba sentado
            — La verdad es que no tengo gran cosa que decir. Estoy harto del acoso de las fans y suponía que en cuanto te recuperases del estupor, empezarías con el mismo bombardeo sin sentido que las demás fans— Su tono burlón y de hastío la enfadó mucho más, sobre todo, al ver la postura que adoptaba en el sillón. Había cruzado las piernas y en los brazos del sillón apoyaba los codos, mientras mantenía las yemas de sus dedos unidas y la miraba por encima de ellas con sorna.
            — Pues no nos deberías de medir a todas por el mismo rasero. Que la mayoría de fans coreanas estén como cabras y carezcan de cerebro, no significa que eso se nos pueda aplicar a las occidentales, y más aún a las españolas. — Estaba realmente enfadada y lo miraba con el ceño fruncido.
            — Verás, las occidentales tenéis fama de ser mujeres fáciles y supongo que las españolas lo mismo ¿eres una de esas? — Se levantó con la elegancia de un felino y se fue acercando a ella, hasta quedar lo bastante cerca como para sentir su respiración— ¿No te gustaría acostarte conmigo e ir presumiendo por ahí de haber logrado seducir al gran Heechul? — Mientras decía esto último, le cogió un mechón de cabellos y la miró con cierto interés burlón. Ella se irguió todo lo que pudo y con calma le apartó la mano de su cabello y le dio un sonoro bofetón que le dejó su mano marcada en la mejilla. Eso lo pilló desprevenido y la miró consternado. Nunca ninguna mujer se había atrevido a hacerle eso pero allí estaba ella que lo miraba con furia y desprecio, respirando de manera agitada y temblando mientras contenía su furia.
            — Que te quede claro, no soy de esas pero lo que tenéis que aprender los hombres, es que nosotras tenemos la misma libertad para acostarnos con quien queramos y cuando queramos sin que nadie nos diga nada por ello.
Además, ¿gran Heechul? — Lo miró con sorna de arriba abajo— Puede que eso se te pudiese aplicar hace unos años pero ahora sólo eres una cáscara vacía de todo sentimiento, nada queda de aquel que enamoraba a todo el mundo. Sólo te regodeas en tu desgracia y no luchas por salir adelante. No tienes fuerza de voluntad, eres un maldito cobarde que no atreve a coger el toro por los cuernos y enfrentar las cosas. Ahora sólo das pena y asco— y de un empellón lo mandó de nuevo al sillón, mientras cogía sus cosas y se largaba de allí, casi al mismo tiempo que Jo Wook entraba en el despacho.
            — ¿Qué…?— Se quedó mirando la puerta vacía y luego pasó a Heechul, que mostraba algo de asombro pero estaba dominado por la furia.
            — ¿Se puede saber qué armaste hyung? — Jo Wook lo sabía pero no se lo podía creer. Conocía su estado y por eso había planeado aquello. Porque sabía que ella le haría bien.
            — Nada, sólo una pequeña diferencia de opinión en un tema sin importancia— y dando el tema por concluido se giró a mirar por la ventana.
            — ¿Pequeña diferencia de opinión? — Dejó la comida sobre la mesa y lo enfrentó— Mírame cuando te hablo— Aquel comportamiento sorprendió a Heechul.
            — ¿Así le hablas a tu hyung? —Se estaba enfadando aún más viendo el modo en que ahora lo trataba Jo Wook, como si fuese un niño pequeño que tuviese que rendir cuentas a su padre por haber hecho una trastada.
            — ¿Mi hyung? ¿Qué hyung si se puede saber? Aquí no está aquel muchacho que me ayudó durante el servicio militar y que se convirtió en mi hyung. Ahora sólo veo a alguien que se revuelca en su autodesprecio. Sabía que estabas mal y te quise dejar tiempo y espacio para ver si te recuperabas. Hace seis meses que conozco a Inma y la interrogué las suficientes veces como para saber que no pertenece al grupo de mujeres a las que estás acostumbrado. Tu cerrazón a encasillarlas a todas en el mismo grupo, logró herir a una gran muchacha, cuyo mayor sueño era poder conocerte. Te admiraba, eras su favorito, su gran amor. Sabía que ella podía devolverte esa ilusión perdida, pero ¿qué hiciste? En vez de tratarla con respeto e intentar conocerla, no, la trataste como al resto de putas a las que estás acostumbrado. Puede que ahora no te arrepientas, pero luego sí que lo harás, porque me encargaré de restregarte por la cara lo feliz que hace a otro hombre y lo feliz que es ella habiéndote olvidado. Ahora márchate de aquí antes de que te parta la nariz de un puñetazo y no vuelvas hasta que mi hyung esté de regreso y te hayas disculpado como corresponde con Inma, porque sin duda es a la que más daño le hiciste— Estaba realmente enfadado y su respiración era rápida. Heechul se le quedó mirando, se puso en pie, cogió su chaqueta y salió del despacho.




Inma estaba conmocionada por lo que hacía un rato había sucedido en aquel despacho. No se lo podía creer, el muchacho al que vio cambiar hasta convertirse en hombre. Aquel al que había querido durante tantos años, al que había extrañado durante su estancia en la mili, lo había conocido y su sorpresa no pudo ser más desagradable. Era un monstruo vacío de todo buen sentimiento. El Heechul que tanto había querido había desaparecido.
            La pelea que habían mantenido fue realmente desagradable y turbadora. Nunca pensó que algo así le pudiese suceder. Conocer a uno de sus grandes ídolos y en vez de ser un encuentro feliz para recordar el resto de su vida, se convirtió en un lodazal en el cual todos sus sueños e ilusiones sobre él habían perecido.
            Ahora mismo sus nervios estaban destrozados. Necesitaba estar a solas, pero no en su apartamento, donde se sentiría encerrada. Así que se dirigió a aquel parque. Un lugar donde había encontrado un lugar perfecto para estar sola sin que nadie la molestase tiempo atrás. Cuando llegó allí, se dirigió a la carrera a su refugio. Le daba igual que la gente la mirase, necesitaba estar a solas porque las lágrimas empezaban a acudir a sus ojos, mientras el enfado iba cediendo paso a la tristeza y a la decepción. Apenas se había sentado y las lágrimas manaban de sus ojos como si fuesen ríos en época de crecida.
            Se levantó porque no podía seguir sentada debido a la rabia que estaba dominando su cuerpo.
            — Maldito seas Heechul. Te convertiste en un ser despreciable. Un maldito cabrón sin sentimientos, un bloque de hielo, un cerdo egoísta, un misógino al que con gusto le partiría la cara. Te odio, te odio y te odio, gilipollas de mierda ¿cómo te puedes haber convertido en alguien tan despreciable?
            Mientras tanto, en la linde del bosquecillo que rodeaba aquel pequeño refugio, alguien observaba a aquella extranjera. Hablaba casi a voces pero lo único que entendió fue el nombre de Heechul y por su actitud debería de estar maldiciendo a todos sus antepasados. Eso le hizo sonreír de medio lado pero sin humor. Al parecer era cierto lo que se decía, que Heechul últimamente sólo sabía acabar con cuanta persona se le pusiese por delante y le entrase de manera torcida.
            La observó de manera más detenida y se dio cuenta de que no era precisamente el tipo de mujer a la que seduciría para pasar un buen rato y luego dejarla. En aquella se notaba que había fuerza y un carácter muy fuerte. Se dio cuenta además, de que la pena que reflejaba, no era la de una mujer abandonada después de una noche de pasión creyendo que al día siguiente habría algo más. La pena que transmitía era la de alguien que perdió a un ser querido. Echó la cabeza a un lado y se preguntó si acaso era una fan a la que Heechul había tratado mal porque ella fue muy pesada o si lo había acosado.             Demonios, todas aquellas cábalas le estaban volviendo loco. Nunca había prestado demasiada atención a aquellos temas pero algo en aquella mujer hacía que no le pudiese quitar ojo de encima. Vio que al final suspiraba y se sentaba pero su ceño fruncido indicaba que estaba planeando un asesinato, muy posiblemente el de Heechul, lo que le hizo sonreír. Sentía la suficiente curiosidad como para acercarse a ella, aunque no sabía en qué idioma iban a hablar. Escuchó cómo le sonaba el teléfono y se quedó en su sitio para ver si se enteraba de lo que iba la conversación y para su más absoluta sorpresa, aquella mujer se puso a hablar en coreano. Sabía que no era educado escuchar las conversaciones ajenas, pero bueno, hacía tiempo que no se sentía tan tentado por nada ni por nadie y quería disfrutar de aquello.

            — Sí, dime Jo Woon… No tranquilo, no es tu culpa, lo hiciste con la mejor intención pero no salió bien. La culpa sólo es de él, así que no te preocupes ¿vale?... Tranquilo, estoy bien, sólo algo alterada pero enseguida se me pasa, así que cálmate…Deja de disculparte, porque el que tiene que hacerlo es él, no tú ¿entendido?... Hala, hasta mañana y deja de darle vueltas a la cabeza con ese tema…Adiós. — Colgó y se sentó en el banco. Echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y suspiró intentando dejar la mente en blanco y calmarse.
            — Perdona ¿estás bien? — Se había acercado a ella de manera sigilosa, para no darle tiempo a reaccionar hasta que estuviese justo a su altura y logró sus propósitos. Aunque cuando le vio los ojos, se dio cuenta por su reacción, que lo conocía, ya que se quedó estupefacta. — Tranquila, soy real, no estás sufriendo alucinaciones— y esbozó una sonrisa que le provocó un vuelco en el estómago.

5 comentarios:

  1. Es que vamos a ver, Heechul eres tontito. Mira que la muchacha esta, así sin conocerla mucho, parece simpática eh... Menos mal que tu amigo te pondrá donde te toca.
    Uooooh un personaje misterioso, ¿¿quién será??
    :-p nah, que sabes que me encanta y mucho <3

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  2. Buenas! Hace tiempo que os sigo, pero hasta ahora no me había decidido a comentar. Pero como yo también soy escritora de fanfics, y sé la ilusión que hace que te comenten, pues al final me he animado ^^
    Pues hasta ahora me esta gustando la historia. A lo mejor todo esta pasando muy precipitadamente, y la escena de la pelea la hubiese hecho más larga, pero me gusta cómo lo lleváis. Tengo curiosidad por ver como Heechul va a recuperar el aprecio de la chica. Y espero que ésta no caiga rendida a sus pies a la primera de cambio, que por lo que se ha visto de su caracter, lo dudo. Y encima habéis metido a un tercero en discordia, que por las etiquetas que tiene el fanfic, me atrevo a decir que es un miembro de MBLAQ? (lo cual me encantaría, por que también soy fan de ellos)
    En fin, que seguiré leyendo el fanfic con ganas!^^seguid así!

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  3. que bueno esta el fic !! espero poder seguir leyendo los proximos cap !! muchas gracias !!

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Muy pero muy interesante, pero por favor escribe mas largo que quiero leer mas jajaaj

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