jueves, 1 de agosto de 2013

[Teen Top] TO YOU: Capítulo 5

Por @Ari2pmam y @Jeannelok


No sacar ni publicar en otro lugar sin permiso de la autora y los respectivos créditos.


Capítulo 5


Durante toda esa semana, Chunji había estado yendo a casa de Hwa Young para ayudarla con el examen a pesar de que ella le dijo en numerosas ocasiones que no fuese, pero se mostró tan cabezota que se dio por vencida.
El resto de compañeros se lo toleraba sin decir nada porque siempre volvía para dormir en el piso y les evitaba dolores de cabeza y problemas.
A mitad de esa semana, Chunji empezó a mostrarse hosco con todos ellos hasta que la antevíspera de la grabación del programa, CAP decidió hablar con él a solas.
— ¿Se puede saber qué te pasa? Has estado desapareciendo todas las noches de esta semana, viniendo de madrugada y nosotros no te hemos dicho nada al respecto. De repente, el otro día empiezas a ser desagradable sin tener motivos, y tampoco te dijimos nada. Pero la paciencia se nos ha acabado, así que más te vale que desembuches rapidito antes de que te molamos a palos. — CAP estaba apoyado contra la puerta, bloqueándole la salida, mientras mantenía los pulgares enganchados en los bolsillos de los pantalones y lo miraba enfadado.
— No me pasa nada. — Chunji se mostraba esquivo, no tenía ganas de decirle la verdad, porque sabía lo que pasaría.
— Ya, y la luna está hecha de queso. — Su sarcasmo fue de lo más corrosivo, provocando que Chunji lo mirase de medio lado y no le gustó lo que vio. Estaba al borde de irse a por él y darle una buena tunda. Así que dio un pequeño grito de impotencia, mientras se mesaba el cabello.
Empezó a andar arriba y abajo por el dormitorio en silencio, sin que CAP se perdiese detalle de lo que sucedía aunque no dijo nada. 
Tras un par de minutos se detuvo, inspiró con fuerza y se enfrentó a él.
— Esta semana he estado ayudando a Hwa Young noona con los últimos repasos para su examen. Me gustaría estar con ella ese día pero el problema es que coincide con la grabación del programa y me estoy volviendo loco, ¿contento? — Lo miraba exasperado, aunque se había quedado sin fuerzas, dejándose caer encima de la cama.
— Pues si ya sabes que pasado mañana tenemos la grabación del programa, está bien claro qué es lo que tienes que hacer, ¿no es así? — Tanto su tono como su mirada le advertían que no se atreviese a saltarse la grabación por ir a ver a Hwa Young.
Chunji lo miró con resentimiento mientras lo veía salir, dio un golpe a la cama, dejó caer la cabeza y al cabo de cinco minutos había cogido sus cosas para ir a casa de Hwa Young.
— Volveré tarde, no me esperéis levantados. — Y se fue de allí sin dedicarles una sola mirada.
Poco después llamó al timbre de la casa de Hwa Young y ésta fue a abrirle enseguida.
— Último día viniendo aquí. Te has estado escapando del piso toda la semana para venir a ayudarme y no es plan. — Chunji iba a protestar pero ella levantó una mano y lo hizo callar. — No, me vas a escuchar. Te agradezco muchísimo lo que has estado haciendo por mí, pero tienes obligaciones y no son unas obligaciones cualquiera. Eres un ídolo y por lo tanto tienes que tener mucho cuidado con lo que haces, porque no estamos hablando sólo de ti, sino que lo que hagas repercutirá en tus cinco compañeros. No deseo que por mi culpa sufráis algún daño, porque sé lo que os ha costado conseguir vuestro sueño y lo que os cuesta manteros en lo más alto. 
Estaba muy preocupada y eso a Chunji le partió el corazón, así que se acercó y la abrazó con fuerza, aunque ella tardó un momento en responderle, pero al final se relajó contra él y se lo devolvió, mientras reposaba la cabeza sobre su hombro.
— Lo siento noona, lo siento mucho. — Mientras se lo decía intensificó su abrazó y luego la besó en el cuello de manera breve, para a continuación separase de ella pero sin soltarle los brazos. — No te preocupes, no habrá problemas y hoy será el último día que me escape para ayudarte con el examen. Así que vamos, no podemos seguir perdiendo tiempo. — Le sonrió para darle ánimos y agarrándola de una mano la llevó hasta el salón para seguir con los últimos repasos.
— Chan Hee... — Su tono admonitorio no le sirvió para nada, porque él la empujó hasta que quedó sentada sobre la alfombra, entre el sofá y la mesa donde estaban los apuntes y los libros, y él se sentó a su lado.
— Noona, no tenemos tiempo que perder, tú tienes un examen que hacer y yo un programa que grabar, así que aprovechemos el tiempo al máximo, porque no nos queda demasiado. Además, mañana no vendré y tendrás que estar sola para el repaso final. Se te acabó el recurrir a tu donseng. — Su fingida seriedad no logró hacerla reír, sólo mirarlo con más preocupación. Él apoyó un codo sobre la mesa y descansó la cabeza sobre la palma mientras la miraba con ceño fruncido. — Como no dejes de mirarme así, voy a tener que recurrir a una solución extrema, echarte sobre la alfombra y besarte hasta te olvides de todo. — La manera tan casual en que dijo eso, hizo que la cara de ella mutara de la preocupación al enfado. Hwa Young le arreó tal golpe en la cabeza que lo hizo perder el equilibrio.
— Deja de decir esas cosas y pongámonos a estudiar. — No fue capaz a mirarlo mientras decía eso, porque la vergüenza estaba pudiendo con ella, así que centró su atención en los apuntes.
— Ésa es mi noona. — El cariño y el orgullo con el que dijo eso no se le pasó por alto mirándolo de medio lado con el ceño fruncido, pero al final no pudo evitar sonreír contagiada por su sonrisa. 
— No tienes remedio. — Por toda respuesta, él se encogió de hombros con una sonrisa y tras besarla en la mejilla, se centró en ayudarla para el examen.
Llegó el día de grabar el programa y estaban todos menos Chunji, que se había quedado en cama porque no se encontraba nada bien del estómago. 
Los demás quisieron llamar al médico, pero CAP les disuadió arguyendo que a lo mejor por los nervios le había sentado mal la cena y que con descanso se le pasaría.
Les dijo lo mismo a su mánager y al equipo de grabación cuando no lo vieron con los demás. Pidió disculpas en su nombre contándoles que Chunji se sentía mal por no poder estar en la grabación, pero que temía ser una carga para todos debido a su estado y que los niños no disfrutasen de su día con ellos. Nadie dijo nada y todos aceptaron la historia como cierta.
— ¡Noona! — Hwa Young se sorprendió al verlo en el lugar del examen. Allí estaba él, con una gorra, gafas de sol y una sonrisa de oreja. Se estaba acercando pero ella apuró el paso, lo agarró por un brazo y se lo llevó a un lugar un poco más alejado mientras él se quitaba las gafas y la miraba sorprendido por su reacción.
— ¿No tendrías que estar grabando el programa en estos momentos? ¿Qué haces aquí? — Hwa Young estaba al borde un ataque de nervios por la osadía de Chunji, a lo que se unía el enfado mezclados con el deleite y la alegría. Emociones irreconciliables que la mantenían en una montaña rusa emocional.
— Tranquila noona, — La tenía agarrada por los hombros y la miraba entre divertido y preocupado — hoy la grabación empieza más tarde, así que no hay problema en que venga hasta aquí para desearte suerte antes del examen, ¿entendido?
— Chan Hee, me vas a acabar poniendo del corazón, en serio. No vuelvas a hacer locuras así mientras estés ocupado con el trabajo. — Se había desesperado ante su irreverencia, parecía que no quería ver los problemas que podría haber.
— Vale, de acuerdo, pero ahora respira hondo y céntrate en lo importante, el examen. He venido hasta aquí para darte ánimos antes de entrar y decirte que todo saldrá bien, que aprobarás porque has estudiado mucho y te has esforzado como nadie, ¿entendido? — La fe y confianza que tenía en ella nunca dejaba de asombrarla, parecía que siempre sabía mejor que ella lo que podía y no podía conseguir.
— Entendido, entendido, pero ahora vete a la grabación antes de que llegues tarde. 
— Primero quiero verte calmada. Hasta que no logre verte así no me marcharé, tú decides. — Sabía que era capaz de hacer lo que decía, así que cerró los ojos, controló su respiración y fue relajándose poco a poco. — Durante ese minuto, Chunji la miro con fascinación, sin poder quitarle la vista de encima y sintiéndose tan atraído por sus labios que aguantar el deseo de besarla se convirtió en un dolor físico.
— Bien, ya estoy calmada, por lo que puedes irte. — Le dedicó una gran sonrisa para demostrárselo y él acabó cediendo, no sin antes atraerla hacia él y mantenerla abrazada con fuerza, algo que la hizo sonreír. Estuvieron así un momento. Cuando empezaron a separarse, él la besó en la comisura de la boca, haciendo que ella lo mirase sorprendida.
— Lo siento, quería besarte en la mejilla, como siempre, pero tu sermón para que me marche enseguida al programa me distrajo y no sabía en lo que estaba pensando. — Le guiñó un ojo, mientras le dedicaba una sonrisa burlona haciéndola suspirar con resignación mientras esbozaba una pequeña sonrisa. — Será mejor que entres ya. — Y la empujó hacia la entrada del edificio.
— Que te vaya bien en el programa. — Y echó a correr dejándolo hecho polvo.
Había estado a punto de besarla en los labios y aunque era lo que más deseaba, quiso darse un buen par de puntapiés, porque con eso sólo hubiese conseguido distraerla de su objetivo, el examen.
Se frotó el cuello, presa del agotamiento y la frustración. Mantener las distancias con ella se estaba haciendo cada vez más duro, pero no quería perderla y de momento no estaba lista para escuchar su confesión.




Después de estar toda la mañana por ahí con los niños, fueron al piso donde grababan el programa, les tocaba hacer la comida para los niños y Ricky se ofreció voluntario para cocinar, lo que sorprendió a todos.
— Os pienso demostrar lo bueno que soy cocinando y las cosas que he aprendido. — Su gran confianza arrancó un coro de burlas por parte de sus compañeros.
— Eso tenemos que verlo, y lo más importante, tienes que superar nuestra prueba pero sobre todo la de Amaia y Zi Yu, ¿verdad chicos? — Niel se había inclinado para decirles eso a los pequeños que miraban a Ricky con interés pero divertidos.
— Sí, nosotros también daremos nuestra opinión. — Amaia, que al principio se había mostrado triste por la ausencia de Chunji, enseguida se olvidó de él gracias a los demás, sobre todo a Niel y Changjo.
— Quiero probar la comida de papá Ricky. — Escuchar a Zi Yu diciendo eso con voz suave y algo avergonzado, hizo que todos se quedasen boquiabiertos para luego sonreír de manera estúpida. 
Ricky se fue corriendo a por los dos críos y los abrazó al mismo tiempo.
— Ya veréis, os vais a chupar los dedos y ahora id a jugar con los otros papás, porque la cocina es un lugar peligroso para vosotros, ¿entendido? — Los niños asintieron, pero cuando Amaia estaba a punto de salir, se volvió y se acercó hasta él.
— ¿Qué pasa cariño? — Se había agachado para estar a su altura, pero la niña no dijo nada. Sólo se colgó de su cuello y lo besó con fuerza en la mejilla, le sonrió de manera pícara y se fue, dejando a Ricky tan sorprendido que acabó sentado en el suelo.
— Me ha besado, Amaia me ha besado. — Y empezó a reír de felicidad, mientras Changjo lo miraba divertido moviendo la cabeza de un lado a otro. Se acercó a él y extendió un brazo para ayudarlo a levantarse.
— Hyung, recupera la cordura, que tienes que preparar la comida para unas cuantas personas. — Ricky se agarró a su mano y Changjo tiró de él para ponerlo en pie. — ¿Necesitas ayuda?
— No, vete a jugar con los críos, tranquilo. Además, parece que te has convertido en el favorito de Amaia. — Aquello le hizo mostrarse ufano, porque había conseguido que la cría se olvidase de Chunji y que estuviese pendiente de él y bueno, también de Niel hyung, pero aún así, estaba feliz.
— Está bien. Buena suerte en la cocina. — Y salió de allí viendo cómo Ricky asentía en silencio.
Cerró la puerta de la cocina para que nadie lo molestase y para darles una gran sorpresa con los platos que tenía en mente. Decidió también que les prepararía a los críos una papilla de frutas para merendar. Hacía calor y como pensaba dejarla en la nevera enfriando, lo comerían sin problemas. Además, era un plato sano y sabroso. Se felicitó por su gran idea y se puso manos a la obra.
— Hyungs, ¿podéis venir a ayudarme a trasladar todo esto a la mesa? — Todos se giraron hacia él con sorpresa. Tan ensimismados habían estado con los críos que se habían olvidado de todo lo demás.
— Niños, vamos, hay que lavarse las manos antes de comer. — Niel se los llevó al baño mientras los demás lo ayudaban a poner la mesa y miraban los platos con fascinación.
— Increíble, tienen buen aspecto y su olor es delicioso. — L. Joe no sabía hacia dónde mirar, con tantos platos disponibles.
— Estoy deseando probarlos para ver si saben tan bien como huelen. — A Changjo se le hacía la boca agua, pero tenía que controlarse siempre con lo que comía porque ganaba peso con facilidad.
— Cuanto antes pongamos la mesa, antes podremos comer. — CAP estaba hambriento, pero al estar pendiente de los críos y que no se hiciesen daño con los muebles, se había olvidado del hambre.
— Bien, ya estamos de vuelta. — Niel venia sonriendo mientras traía a cada niño de una mano. Los soltó y fueron a sentarse a la mesa, Zi Yu al lado de L. Joe y Amaia al lado de Changjo, que sonrió feliz por eso.
La comida preparada por Ricky resultó estar deliciosa y recibió las felicitaciones por parte de todos, algo que lo alegró muchísimo, pero no cupo de felicidad al recibir la felicitación de Chris.
— Me gustó mucho la comida, estaba muy rica. — Se sonrojó al decir eso, pero L. Joe le frotó la espalda mientras le sonreía a modo de felicitación. 
— Bien, y ahora toca recoger todas las cosas y fregar. Así que vamos a ayudar a papá Ricky para darle las gracias por hacernos esta comida tan rica, ¿qué os parece? — Niel tomó de nuevo la iniciativa y vio cómo todos asentían. Así que se pusieron en pie y les dijeron a los niños que llevasen los cubiertos, salvo los cuchillos, mientras ellos llevaban las demás cosas.
Mientras Niel fregaba, Ricky y CAP recogían las cosas, quedándose L. Joe y Changjo al cargo de los niños.
Cuando acabaron y fueron al salón se dieron cuenta de que los niños estaban cansados y que aún tenían que seguir grabando por la tarde. Se quedaron sin saber qué hacer hasta que Ricky fue el que tuvo la idea.
— Creo que os vendría bien echaros una siesta, ¿qué os parece? — Vieron cómo los dos críos asentían mientras se frotaban los ojos, por lo que los llevaron al sofá. 
Changjo sentó a Amaia en su regazo y L. Joe se puso al lado de Chris, que aceptó su compañía de manera natural.
— ¿Os apetece que os leamos un cuento? — Esta vez fue Niel el que tuvo la idea, y de nuevo los críos asintieron. — Está bien, voy a buscar uno y papá CAP os lo leerá. — Al escuchar eso, el líder se giró hacia él mirándolo con los ojos desorbitados.
— ¿Que yo se lo leeré? ¿Por qué? 
— Porque tienes una voz profunda, la típica voz a la que se recurre para narrar historias o como voz en off en los dramas y películas, por eso. Además, los niños preferirán tu voz a las nuestras, ¿no es así? — Y se giró hacia ellos en busca de apoyos.
— Sí, yo quiero que papá CAP nos lea el cuento, me gusta su voz. — De nuevo Zi Yu los dejó fuera de juego con unas pocas palabras, que hicieron que CAP se pusiese rojo como la grana, mientras Amaia sonreía divertida observando en silencio toda la escena. 
— Está bien, os leeré el cuento, y Niel, trae unas mantas ligeras para que cuando se despierten no estén destemplados. — Aquel arranque del líder hizo que todos se mirasen entre sí y sonriesen divertidos.
Al poco, Niel estaba de vuelta con dos mantas y "El libro de la selva" de Rudyard Kipling. 
Changjo y L. Joe taparon a los niños con delicadeza, aunque el primero aprovechó para hacerle cosquillas en el cuello a la niña, que emitió una pequeña risa. Luego la besó en la cabeza, y tras eso, ella cerró los ojos y se dejó caer contra su pecho mientras agarraba su camiseta.
Zi Yu por su parte dejó que L. Joe le pasase el brazo para atraerlo hacia él y que lo usase como apoyo.
De esa manera, CAP empezó a leerles modulando su voz para que los niños disfrutasen de la lectura. 
Un cuarto de hora después se dieron cuenta de que los niños dormían profundamente, así que CAP dejó el libro y los observaron dormir con fascinación.
Ricky le pidió al equipo una cámara de fotos para sacarles fotos y así tenerlas de recuerdo para el futuro.
Apenas llevaban diez minutos dormidos cuando sonó el timbre de la puerta. Todos maldijeron en silencio y miraron a ver si los críos se habían despertado, pero por suerte seguían dormidos. 
Ricky se apresuró a ir a abrir y allí estaba Chunji sonriendo, aunque antes de que pudiese decir nada, le tapó la boca, lo que le hizo fruncir el ceño molesto.
— Shhhhh, no hables alto, los niños están durmiendo la siesta. — Le quitó la mano de la boca y Chunji asintió en silencio. — ¿Ya estás mejor? 
— Sí, tranquilo, ya estoy recuperado. —Ricky lo miró sin creérselo del todo, pero se encogió de hombros y volvió al salón.
— ¿Qué haces aquí? — Niel se mostró sorprendido al verlo allí como si no hubiese pasado nada.
— Me encontraba mejor y...— No pudo continuar porque al mirar hacia el sofá vio a Amaia dormida en brazos de Changjo, agarrada a su camiseta y a éste abrazándola con fuerza pero ternura, mientras sonreía feliz. En ese momento, Chunji sintió cómo el demonio de los celos hacía presa en él, a lo que se sumó un instinto de protección tan bestial que a punto estuvo de armar un buen jaleo. 
Puso una expresión amable y fue hasta Changjo.
— Deja, ya me hago yo cargo de Amaia.— Había extendido los brazos para cogerla, pero Changjo lo miró con el ceño fruncido y su tono no tuvo ni pizca de amabilidad.
— Hyung, también es mi hija y tengo todo el derecho del mundo a disfrutar de ella. Además, por si no te has dado cuenta, está muy cómoda conmigo. Nos hemos pasado todo el día juntos, no se ha separado de mí y tampoco de Niel hyung. — Y sin decir más, volvió a mirar a la pequeña mientras le acariciaba con delicadeza la cara.
Chunji, que estaba cabreado por eso, se fue a sentar enfrente de la feliz pareja mientras los observaba en silencio.
CAP se levantó, se acercó a él y poniéndose en cuclillas se acercó para susurrarle al oído.
—Lo que estás sufriendo ahora te lo mereces, por imbécil y veamos cómo reacciona Amaia. — Lo miró con dureza, volvió a levantarse y se fue a su sitio, mientras Chunji le dedicaba una mirada resentida.
Los niños siguieron durmiendo otros tres cuartos de hora y cuando se despertaron, lo primero que hizo Amaia fue abrazarse a Changjo y besarlo. Aquello estuvo a punto de enloquecer a Chunji y tuvo que contenerse para no partirle la cara a Changjo.
Se levantó y se acercó a ellos para tratar de coger a Amaia pero ésta, al verlo, frunció el ceño.
— Ya estoy aquí cariño, ¿vienes conmigo? — Le estaba sonriendo y su voz era suave esperando que ella dejase de inmediato los brazos en los que estaba y se fuese con él.
— No, quiero estar con papá Changjo, me gusta, y tú hueles raro, no hueles como siempre.— Aquello los dejó a todos conmocionados, salvo a CAP, que sabía por qué la niña había dicho aquello. Amaia por su parte se pegó más a Changjo, que estaba disfrutando muchísimo y se aguantó las ganas de prorrumpir en carcajadas. Así que abrazó a la niña con fuerza.
— Niños, tenéis que merendar, pero antes vamos a lavaros las caras para refrescaros un poco, ¿de acuerdo? — Niel decidió intervenir para que la sangre no llegase al río.
Los niños se levantaron y fueron tras él, aunque Amaia fue primero hasta donde estaba CAP y repitió el gesto que había tenido con Changjo al despertarse. Ella sonrió con picardía al verlo asombrado, aunque se recuperó enseguida, la abrazó, le sonrió y le devolvió el beso.
— Ahora vete con papá Niel y Zi Yu que te están esperando preciosa, y a la vuelta tendréis una merienda muy rica. — Amaia asintió, corrió hacia Niel y se cogió de su mano para ir al baño.
— Bien, ayudadme con las meriendas, no os quedéis ahí remoloneando. — Ricky decidió también hacer como si nada hubiese pasado, algo a lo que los demás accedieron de manera tácita y se fueron a la cocina a por las cosas para la merienda.
Cuando volvieron del baño, Changjo vio que Amaia tenía las coletas torcidas, así que corrió a por un cepillo y se llevó a la niña al sofá, sentándola sobre sus piernas.
— Tienes los moños torcidos, vamos a peinarte, ¿de acuerdo? — Y le dedicó una gran sonrisa que ella le devolvió. Miró al frente y se quedó quieta mientras él la peinaba con delicadeza.
Cuando acabaron, la llevó a la mesa, se sentó entre él y Niel, mientras que Zi Yu estaba sentado entre L. Joe y CAP. Ricky le sonrió a la niña cuando le ofreció el plato de papilla de fruta y el vaso de leche.
— Espero que os guste. — Y les hizo el gesto para que empezasen a comer. Al principio se mostraron recelosos, pero luego empezaron a comer con fruición. 
— Niños, comed más despacio, que nadie os va a quitar la comida y bebed leche, es buena para que crezcáis fuertes. — L. Joe los miraba divertido mientras les decía esto y vio cómo los dos niños al mismo tiempo, cogían sus vasos y bebían un buen trago. Al ver los bigotes blancos que les quedaban, todos rieron salvo Chunji, que seguía molesto. L. Joe y Niel se encargaron de limpiarles las caras con las servilletas.
Cuando acabaron, todos ayudaron a recoger y limpiar, salvo Chunji, que en esos momentos se sentía fuera de lugar.
Cuando ya lo tuvieron todo listo, el director del programa les dijo que lo siguiente sería que los niños eligiesen a su favorito, por lo que tenían que sentarse y ver a quién elegía cada uno.
El primero fue Zi Yu, que se puso rojo como un tomate al saber lo que tenía que hacer y que tras mucho pensárselo, fue incapaz de elegir a alguno de ellos, lo que provocó caras de decepción. Eso entristeció al pequeño, pero L. Joe se levantó de inmediato, fue hacia él y se agachó para tratar de confortarlo.
— Zi Yu, no te preocupes, si no estás preparado no tienes por qué hacerlo, no pasa nada, ¿entendido? — El pequeño sólo asintió, aunque la sonrisa cariñosa que le dedicó, hizo que el pequeño no se sintiese tan mal. L. Joe le palmeó el hombro y volvió a su sitio.
— Amaia, te toca elegir a ti. — Ante la orden del director, ella sonrió y no dudó en lanzarse corriendo a los brazos de Changjo, al que acabó tumbando. Él la abrazó con fuerza para que no se hiciese daño, mientras caían, para acabar los dos riéndose a mandíbula batiente. 
Mientras seguían en el suelo, él la besó varias veces en una de sus mejillas, besos que ella le devolvió. Todos observaban la escena divertidos, pero mantenían un ojo en Chunji, que había empalidecido por la elección de Amaia. 
Vieron que le costaba aceptar eso, pero ni Changjo ni Amaia se dieron cuenta porque estaban absortos el uno en la otra.
Tras dejarles un momento para jugar, el director les dijo que tenían que llevarse a los niños al dormitorio para hablar con ellos.
— Zi Yu, ¿por qué no elegiste a ninguno como tu favorito? — La pregunta fue hecha con suavidad y amabilidad para que no se pusiese a la defensiva, pero aún así, vieron cómo miraba hacia otro lado, mientras el sonrojo inundaba su cara. Al final, con la mirada baja y un tono de voz muy suave les respondió.
— No pude elegir a ninguno porque todos son muy buenos conmigo. — Aquello dejó a todo el equipo estupefacto, no se esperaban esa respuesta.
Tras seguir hablando con él durante unos minutos, le dijeron que podía irse y que hiciese entrar a Amaia.
Cuando ésta entró, venía con una sonrisa, había estado jugando con Changjo y Niel, y se lo había pasado en grande.
— Amaia, ¿por qué has elegido a papá Changjo como tu favorito? 
— Porque es fuerte y me gusta cómo late su corazón. — Los miembros del equipo se miraron entre ellos estupefactos, mientras la niña los miraba interrogativa al verlos reaccionar así.
— ¿Por cómo late su corazón? — La guionista seguía tratando de asimilar aquella respuesta.
— Sí, cuando me cogió en brazos esta mañana y me abrazó, escuché su corazón. Late muy fuerte y eso me gustó. Y cuando me cogió en brazos para que durmiese, el latido de su corazón me ayudó. — Y los miró como si su respuesta fuese de lo más normal.
Tras unos minutos, la hicieron salir, para luego decirles que la grabación acababa de terminar. 
El grupo se despidió de los niños, aunque la despedida de Chunji fue más bien fría pero educada, todo lo contrario que la de Changjo con Amaia.
Mientras iban en la caravana de regreso al piso, todos iban hablando, comentando cómo había sido el día. Estaban felices y eso hacía que el resentimiento de Chunji aumentase.
Cuando llegaron, CAP cogió por un brazo a Chunji antes de que éste se encerrase en el dormitorio. Los demás los miraron sorprendidos, pero CAP les hizo un gesto con la cabeza y fueron al salón, mientras ellos dos se quedaban en la entrada.
— Te dije que hoy tenías que ir al programa, pero tú preferiste escaquearte para ir a ver a Hwa Young. Ni se te ocurra cargar contra los demás por tu estupidez. Hicieron su trabajo, y tengo que decir que lo hicieron muy bien, sobre todo Ricky, y los niños se dieron cuenta de eso. — Chunji había apartado la mirada y trataba de soltarse pero CAP incrementó la presión. — Sé que te ha jodido lo de Amaia, pero la niña no es tonta, se dio cuenta de que la habías dejado de lado. Si Changjo se la ha ganado, ha sido porque ha demostrado quererla mucho más que tú. 
Tras decirle esto último, lo soltó y vio cómo se iba a paso rápido hasta su habitación, donde se encerró dando un portazo mientras CAP lo observaba desde el quicio de la puerta con mirada resignada. Los demás miraban hacia el cuarto y hacia CAP preguntando en silencio qué había sucedido, pero él se limitó a mover la cabeza de un lado a otro como quitándole importancia al tema.
— Parece que tenemos a otro niño con el que ejercer de padres, aunque ahora mismo está con una pataleta. Mejor esperad a que se le pase antes de hablarle. — Y se dejó caer en el sofá cerrando los ojos, agotado. A veces ser el líder daba demasiados quebraderos de cabeza.



Cuando al fin le abrió la puerta, Sung Jun parecía enfadada. C.A.P entró canturreando y feliz como si fuera su propia casa, fue hasta el comedor y se sentó en el sofá. Llevaba desde primera hora de la mañana ensayando con los chicos, pero les habían dado la tarde libre y nunca mejor hecho, pensó, pues tenía ganas de ir a hablar con su noona. La chica, al verlo tan contento, primero le pegó una colleja por llamar con tanta insistencia al timbre, y después se sentó en una silla frente a él, interrogándolo con la mirada. El chico aún se hizo de rogar, como venganza por el golpe recibido.
—Venga, he quedado dentro de una hora y no puedo quedarme mirando tu cara de tonto toda la tarde.
—Seguro que tu queridísimo novio entenderá que llegues tarde.
—Min Soo... o hablas de una vez o...
—Creo que de mayor, podría llegar a ser un buen padre. —Exclamó de repente, levantándose y sorprendiéndola. —Vale, quizá estoy exagerando, pero ha pasado algo que nunca creí que fuera a suceder.
— ¿Con los niños del programa? ¿Qué pasa, Zi Yu te ha saludado? ¿Amaia te ha explicado lo mucho que quiere a Chunji?—al escuchar eso último, el joven se echó a reír y no pudo parar en más de cinco minutos, hasta que la barriga comenzó a dolerle— ¡En toda mi vida recuerdo haberte visto reír tanto, y además de esa manera! ¿Se puede saber qué he dicho?
Una vez repuesto, y tras tomarse el vaso de agua que la chica le ofreció, volvió a sentarse y le explicó lo que había sucedido con Chunji y Amaia. Pudo ver que aunque Sung Jun intentaba contener una sonrisa como respeto para con Chunji, al final saltaba en carcajadas igual que él sólo por imaginarse su cara de desconcierto ante la reacción de la pequeña.
—Pero se lo tiene merecido. —Dijo, al final, C.A.P. —No sé a quién se le ocurre saltarse la grabación de un programa por ir a ver a una mujer...
—¿Tú no vendrías a darme tu apoyo en la misma situación?
—He dicho mujer...
—Porque me da pereza levantarme, que si no, iba hasta allí y te arrancaba esa bocaza que tienes. —la risa de la chica se cortó de pleno, lanzándole miradas llenas de odio. Él volvió a carcajearse al ver cómo se ponía su amiga y le costó otro buen rato reponerse.
— ¡Pero lo mejor no es eso, noona! Lo mejor es que les he contado un cuento... ¡y deberías haber visto cómo me miraban! ¡Cómo me escuchaban! Se han quedado dormidos mientras yo les leía un cuento... y dormían tranquilos. Pensé que lo haría mal, que me trabaría o que mi voz podría... no sé, asustarlos, ¡pero no!
— ¿De dónde has sacado que tu voz podría asustarlos?—A pesar de sus palabras anteriores, Sung Jun se puso de pie, se acercó hasta él y le revolvió el cabello de manera cariñosa. —Estoy muy contenta por ti, enano.
C.A.P se quedó estático mientras recibía esas muestras de cariño. Como estaba más bien acostumbrado a lanzarse pullas con ella y recibir collejas, esas muestras tan abiertas y sinceras de cariño lo dejaban confundido y mudo. No quería que Sung Jun dejase de tocarle la cabeza. Quería coger su mano, sentarla a su lado y quedarse un rato más así. Era una sensación tan agradable...
—Noona...
—Dime, Min Soo. —Para su desgracia, la chica dejó de acariciarle el pelo.
— ¿De verdad tienes que irte?—Abrió los ojos, sorprendido por su propia pregunta. — Nada, no he dicho nada.
— ¿Quieres que me quede?—Ella también estaba muda de la sorpresa. Se pasó un mechón de sus cabellos castaños por detrás de la oreja, intentando entender lo que había escuchado.
—Es sólo que... últimamente no nos vemos mucho...
—Pero hablamos cada día por teléfono, Min Soo. —era cierto. Y en realidad, él mismo no sabía por qué le había dicho eso. Pero se sentía tan pletórico por lo acontecido con los niños, por las sonrisas y besos de Amaia, y feliz por ese acto cariñoso de su noona, que guardaría en su memoria con celo porque sabía que pocas veces se repetiría, que quería hacer durar aquel momento lo más posible.
—Tienes razón, sólo estaba pensando en... en nada. No me hagas caso, noona, ¡tienes una cita!
—Sabes que puedes venir, a él no le importa...—C.A.P se puso en pie, alargó el brazo y acarició la mejilla de la chica. Reaccionó tal y como esperaba: dio un pequeño brinco casi indetectable, y se retiró hacia atrás como reflejo. Aunque Sung Jun se permitiera esas escasas muestras de cariño muy de vez en cuando, no permitía que él hiciera lo mismo.
—Me voy con los chicos, debemos planear el horario de lo que queda de semana. Gracias por escucharme, noona.
—Siempre que quieras, pequeño. —Respondió ella, sonriendo. Un rato más tarde, C.A.P volvía de nuevo canturreando por la ciudad hasta casa, permitiéndose incluso saludar a algunas fans que lo reconocieron por el camino.



Ricky había llamado a Na Na tras ver a C.A.P irse con urgencia cuando les dieron el resto del día libre. Quería pedirle un favor a raíz de lo que había sucedido durante la grabación del “Hello Baby”, y esperó que no tuviera nada que hacer ese día. Tuvo suerte, y media hora más tarde se encontraba en su casa, con un delantal y una estúpida sonrisa dibujada en la boca.
Como a los niños les había gustado mucho la merienda que les había preparado, le quiso pedir a Na Na que le explicara otras recetas y así poder ponerlas en práctica. Contenta por su entusiasmo, le había propuesto hacer galletas, que resultaban sencillas, divertidas y deliciosas. 
—Si os dejasen, —comenzó a decir—incluso podríais hacer las galletas con Amaia y Zi Yu. Se lo pasarían muy bien, harían las formas que más graciosas les resultasen y luego podrían regalárselo a sus padres. 
— ¡Eh!—exclamó Ricky, sorprendido al escucharla y con las manos llenas de harina—¡¡Esa es muy buena idea!! Se lo propondré a las noonas guionistas, a ver qué opinan...
—Vaya, noonas guionistas, y yo creyendo que era tu única noona...
—No la única, pero sí la más importante. —Comentó él, sin darle mayor importancia. En cambio, la muchacha se giró con lentitud como movida por un resorte y lo miró con el ceño fruncido. Incapaz de responder de manera adecuada a eso, abrió y cerró la boca estúpidamente antes de seguir haciendo formas con la masa que ya tenían preparada.
Media hora más tarde, se encontraban en el suelo mirando ansiosos el horno mientras esperaban que las galletas acabaran de hacerse. 
— ¿Verdad que es divertido cocinar?
—Sí, aunque yo prefiero lo de después. Comérmelo y eso...—La chica sonrió ante la respuesta de Ricky.
— ¿Y cocina alguien más para ti, a parte de mí?
—Con los chicos nos vamos turnando... aunque a L. Joe es mejor no dejarle acercarse a la cocina.
— ¿Y mi Niel? ¿Cocina muy bien?—la pregunta de Na Na molestó a Ricky, que pasó juguetón una mano por el suelo sin querer responderle. La muchacha le golpeó en la mano con suavidad— ¡Eh! Deja de hacer eso, ¡no juegues con el suelo, que está sucio y aún no hemos acabado de cocinar!
—Auch... ¿Sabes que mis fans podrían ir a por ti por esto? Es broma... por suerte, las Angels suelen ser bastante tranquilas...—Ricky no pudo evitar dibujar una sonrisa con los labios mientras hablaba de sus queridas fans. Na Na respondió de manera instintiva a ese gesto.
La verdad es que el chico se desvivía por las Angels, no sólo cuando hablaba de ellas lleno de cariño, afecto y agradecimiento. Decía que cuando se sentía bajo de ánimos, muchas veces quejándose de la poca letra que le daban en las canciones, preguntándose si tenía otra función a parte de la de ser gracioso y adorable en el grupo, las leía y se animaba. Ante esto, la muchacha tenía sentimientos encontrados. Le parecía absolutamente increíble que las palabras de desconocidas pudieran tener ese increíble efecto sobre él, le resultaba maravilloso. Y las envidiaba, por poder mostrarle todo ese afecto sin tener que esconderse. 
Se mordió el labio inferior, preguntándose qué diría él si la viera alguna vez entre todas esas adolescentes, con una camiseta del grupo y agitando un cartel con su nombre donde se leyera "Te quiero, donsaeng" sin sentirse mal por ello. Se pasó una mano por las mejillas, haciendo ver que se rascaba, cuando en realidad estaba intentando tapar su sonrojo.
—Pero lo importante aquí, es que aún no me has respondido sobre qué tal cocina mi Niel. —Ricky puso morros, molesto porque ella le volviera a preguntar lo mismo.
—Pues mal, cocina fatal, ¡no podrías comerte nada preparado por él!—Ante su respuesta infantil y celosa, Na Na se echó a reír. 
—Si lo ha hecho él, seguro que me encanta hasta quemado. Lo cual me hace pensar... ¡Mierda, las galletas!—Estaban tan entretenidos en su charla, que cuando abrieron el horno y sacaron las galletas, estaban un poco chamuscadas. Pusieron la segunda tanda, mientras probaban una.
—Menos mal que esto es de prueba... no podría dárselo a los niños ni de broma...
—Eso te pasa por distraerte...
— ¡Pero si tú también te has distraído! 
—No le lleves la contraria a tu noona...
—Jo...—ella suspiró ante su queja.
— ¿Y ya has aprendido a defenderte de los ataques de tus hyungs, y hasta del maknae?— La pregunta quedó en el aire, tal y como había sucedido con la de Niel. No hubo ningún tipo de respuesta. — Vale, cuando acabemos con las galletas, creo que tendré que enseñarte algunas cosas más... ¡Será una tarde muy larga!—Ricky se revolvió el cabello, mostrando su frustración. Aunque en realidad, se lo pasaba bien cuando su noona le enseñaba maneras de defenderse.
— ¿Y antes de irme, me prepararás algo de cenar?
Na Na no respondió. Se limitó a abrir de nuevo el horno, del cual salía un agradable olor.
—Confórmate con que esto sea su cena. —Y antes de sacarlas, le enseñó la lengua.
Más tarde y aunque él intentase escaquearse, la chica hizo espacio en la sala de estar apartando los muebles y le explicó una nueva técnica de defensa. No eran para nada peligrosas y según ella, hasta un niño de cinco años podría utilizarlas. Se puso en posición, instándole a que le hiciera un ataque como el de alguno de sus compañeros. Él se acercó, imitando al líder según le comentó, que adoraba hacerle la zancadilla y tirarlo al suelo. Repitiendo la acción que él se sabía de memoria pero que nunca lograba esquivar, le golpeó el pie y utilizó el peso de su cuerpo para hacerla caer. Na Na lo agarró del brazo y cuando Ricky quiso darse cuenta, era él quien se encontraba de espaldas en el suelo, con el cuerpo de la chica sobre el suyo.
Levantó los ojos y vio a su noona, con la mirada clavada sobre él pero sin moverse de la posición. 
—Noona, ¿estás bien?—el pecho de la chica estaba sobre el suyo, y pudo notar cómo se aceleraban los latidos de su corazón. Además, estaba sujetándole las manos a ambos lados de la cabeza con más fuerza de la que solía necesitar—...¿Noo...na?
—Eres demasiado débil—pareció reaccionar de repente. Se levantó de golpe y le dio la espalda, pasándose una mano por el pelo. Su voz sonó un poco extraña—. Levántate tú solo, ¿o esperas que te ayude?—Ricky gruñó.
—Jo, pero es que hyung tiene un cuerpo grande, ¿cómo quieres que acabe yo tumbándolo a él? Además, tengo hambre...
—Tienes razón. Mejor dejemos esto para otro momento. Por hoy ya no tengo ganas de seguir enseñándote más cosas.— sin volverse a mirarlo todavía, comenzó a arreglar los muebles. Ricky frunció el ceño ante su reacción, pero no quiso preguntarle nada y se puso a ayudarla.



Continuará...

[Imágenes extraídas de @googleimágenes]

2 comentarios:

  1. Me encanta, me encanta, me encanta...Ahora a esperar una semana para el siguiente!!!!

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  2. Que mal que tenga que esperar una semana para poder leer que sigue TT_TT esto de dos capis por semana te deja clavado.

    Me encanta

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